¿Resolviéndolo?

1.8K 207 27
                                    

¿Resolviéndolo?

Conocía a la perfección el recorrido que debía realizar para llegar a la estación de trenes y en cualquier otra ocasión lo hubiera disfrutado, sino fuera por la abundancia de muggles y los pensamientos que la atormentaban.

—Tal vez aún pueda escapar —reflexionó Lyra, pero cuanto tiempo podría durar sola.

¿La preocupación de Theo y de Draco sería mayor que su enojo?

¿Le darían caza? ¿Su cabeza tendría el mismo precio que la de cualquier sangre sucia?

Eso sería insultante.

No, tenía que levantar la cara con orgullo. Después de todo no se trataba de cualquier persona con problemas.

Claro que no.

Ella era Lyra Malfoy, y aunque le costara decirlo, también era una Lestrange.

Reprimió una maldición. Un hombre apresurado la empujó entrando a King Cross y ni siquiera se detuvo a averiguar si le había hecho daño.

Los muggles deben tener una seria deficiencia visual.

Más que el enojo, un escozor en el antebrazo izquierdo la regresó a la realidad, recordándole otra razón por la que ya no le era posible escapar.

Una vez en la plataforma 9 y 3/4 se encontró con el ajetreo usual al primer día de clases, a pesar de que era claro que este año había menos personas aguardando la salida del expreso de Hogwarts.

Se hizo paso entre la muchedumbre al ver la cabellera de Narcisa Malfoy y sin importarle perder el porte elegante, abrazó con fuerza a la mujer.

—Mamá —murmuró sin romper el lazo.

—Está bien, cariño. Todo está bien.

—¿No estás enojada?

—Debí darme cuenta de que había algo más detrás de tu comportamiento.

—Te juro que nunca lastimaría a Draco.

—Lo sé, Lyra. Aunque dejes que pocas personas lo noten, tienes un gran corazón.

La muchacha se separó con una sonrisa inocente.

—Lo que creo es que la influencia de Rodolphus y Rabastan no ha sido la mejor para ti.

—Ellos no me obligaron a beber esa cosa.

—Pero la pusieron a tu alcance. Se supone que serían responsables por ti y tu seguridad, parece que era pedirles demasiado —Lyra hizo un gesto de disgusto y la mujer le acarició el rostro —Puedo ver que, tras solo unas semanas, ya no te sientes del mismo modo respecto a ellos.

—Es solo que, fui yo quien tomó la decisión.

La respuesta de la mujer fue silenciada por la llamada del tren.

La joven miró a todos lados —¿Y Draco? ¿Dónde está?

—Abordó un poco antes de que llegaras. Él tiene tú baúl, así que sabe que irás a buscarlo.

—Eso significa que sigue enojado.

—Tu hermano tiene un carácter un poco especial —Narcisa suspiró —ambos lo tienen. Por eso te pido que tengas paciencia, no quiero que te sientas mal si su perdón tarda en llegar. Mantenme al tanto de lo que pase. Ahora date prisa, no querrás que te deje el tren.

La muchacha le dirigió una sonrisa antes de desaparecer.

Debía admitirlo, puede que la inasistencia de sus compañeros estuviera a su favor, ya que había encontrado un compartimiento para ella sola. Era deprimente a la vista, pero era su última opción para repasar lo que había practicado.

Malfoy y LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora