Malfoy y Lestrange

Capitulo Especial 1°

Capitulo Especial 1°

En silencio observó todos los detalles que se reflejaban en el espejo de tres cuerpos. A los pocos segundos su reflejo dejó de imitar sus movimientos y comenzó a modelarle.

Había algo que no la convencía del todo.

¿Era el color? ¿la tela?

Lyra dirigió su mirada a uno de los sillones del probador donde se encontraba un resignado Theo —¿Qué opinas?

—Deberías llevártelo.

—Pero entre éste y los demás, ¿Cuál te gusta más?

—Todos me gustaron.

—¿Esa es tu respuesta final?

—Lo más importante es que te gusten a ti —respondió con una sonrisa.

Mientras regresaba su atención al reflejo, afirmó —Si me ayudaras, nos iríamos más rápido.

—Entonces, compra todos, yo invito.

Se oyó el sonido de unos zapatos de tacón alto, acompañado de la frase —Je le savais! Oh, ese vestido es perfecto para ti.

—Uhm... No me convence del todo.

—Tengo unos bocetos que sin duda van a encantarte, enseguida regreso.

—Merci.

Theo suspiró.

—Le daré una ojeada a los diseños y nos iremos. No más ropa, lo prometo.

El castaño le lanzó una mirada llena de incredulidad.

—Al menos por hoy.

—Cuando me convenciste de venir dos días antes a París, no tenía en mente que te la pasarías de compras.

—Te lo voy a compensar.

—Yo solo digo que la recompensa debería ser tan alta como el riesgo.

Lyra salió con su ropa habitual —¿De qué riesgo hablas? Yo no veo ninguno.

—Si tus papás se enteran.

—Podrás decir que tú descubriste todo cuando llegamos aquí.

—Oh, pero ellos dirán que tuve que ser responsable y volver.

—Ellos nunca hablan, no hay manera de que crucen información.

El sonido de tres pares de tacones acercándose inundó el ambiente. La diseñadora volvió escoltada por dos ayudantes.

La muchacha eligió tres diseños, y con un centímetro flotante una de las jóvenes tomó sus medidas.

—Entonces serían las 2 primeras túnicas y lo que separe en el probador —meditó un segundo— ¿La capa de viaje de la entrada está a la venta?

—Sin duda tiene buen gusto.

La joven miró al castaño —¿Crees que le guste a Astoria?

—¿Su cumpleaños no fue hace meses?

—Si, pero aún le debo su regalo de graduación.

—Creo que sí.

—Entonces, todo ello y los diseños que mi madre separó desde Inglaterra.

Una de las asistentes murmuró —C'est trop d'argent.

Lyra señaló a la otra asistente —¿Sabes? Tú me agradas, elije algo que realmente te guste y agrégalo a mi cuenta.