Malfoy y Lestrange

Epilogo

Epilogo

Tal vez debería ir más seguido a ese banco en la Mansión Malfoy. La vista era en verdad perfecta, con o sin el amanecer en el firmamento.

Estaba intentando ordenar sus ideas, pese a la música que se escuchaba a lo lejos.

El crujido de una rama seca, la hizo apuntar su varita a un punto a la distancia.

Su hermano alzó los brazos en señal de rendición, y luego de que la joven bajara su varita, se sentó junto a ella.

—Una cosa es llegar tarde a tu propia fiesta y otra es escaparte de ella.

—Volveré en un rato. Necesitaba pensar, este lugar me ayuda.

—Es la primera vez que tienes una audiencia sola con los aurores ¿Cómo te fue? Tardaste bastante.

—Encontraron cosas mías en la casa Lestrange, creo que se lo estuvieron guardando hasta ahora.

—¿Y te lo dieron como regalo de cumpleaños? —soltó con sarcasmo.

Lyra rió —Eso fue lo que les dije. Luego les pregunté sobre lo que tenía que hacer para que me dejaran en paz.

—Dime que no lo hiciste —el platinado estaba harto de los aurores.

—Acepté beber el veritaserum.

—No es una prueba válida, no pueden juzgarte por eso.

—Parecieron complacidos.

—¿Que les dijiste?

—Sí, soy su hija. Sí, viví en la casa Lestrange. No, nunca maté a nadie. Sí, considero que le di información valiosa a Potter. Sí, escapé de la batalla para despedirme. No, no sé dónde están. No, no he tenido ninguna clase de comunicación. No, ha este punto no creo haber sido lo suficientemente importante. Gracias por arruinar mi cumpleaños. Ya no tengo nada más para ustedes, por favor ya dejen de citarme.

—Lyra...

—Hablemos de algo más feliz, ¿sí? —afirmó tras un largo suspiro— Aún no me das mi regalo de cumpleaños.

—Elegí hacer algo por ti.

—¿Eso significa que no me compraste nada? —preguntó indignada —Sabes que esas cosas doradas en nuestra bóveda de Gringotts compran cosas, ¿verdad?

—Créeme, va a gustarte.

—Más te vale.

—Está mañana, respondí la carta de Hogwarts. No regresaré, así que tú podrás tener un último año sin mí.

—Pero papá te dijo que...

— Ya es hora de que tome mis propias decisiones.

—Bueno, estoy un poco orgullosa, aunque no vale como obsequio.

—Entonces será un regalo para mí mismo, compartir clases contigo y Theo habría sido una pesadilla.

Lyra volvió a reír.

—No estoy listo para volver a Hogwarts.

Con un falso tono de tristeza, protestó —Pero iba a ser perfecto, ya tenía todo planeado, hasta practiqué como ignorarte frente al espejo.

—Suerte compartiendo clases con la sangre—el chico se corrigió a si mismo —con Granger.

Una rama volvió a crujir y ambos levantaron sus varitas en la dirección en la que provino el ruido.