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—Hanna era increíble en lo que hacía— dije agarrando un poco de ropa para empezar a empacar.

—Sí, aunque cada quien es increíble en algo, claro primero hay que encontrar quienes somos realmente.

—Hanna siempre supo quién era...

—Es tu hora, busca quien eres— exclamó mi madre cortando lo que trataba de decir, ella me dedicó una sonrisa sincera y siguió ordenando algunas cosas.

No hablamos mucho mientras terminábamos de empacar, cuando estuvo lista la maleta me sonrió y salió de la habitación, guardé algunas fotos, apronte mi bolso de mano, busqué el dinero que teníamos ahorrando Hanna y yo, luego de terminar me tiré en la cama de mi hermana, aún faltaban como dos horas para que anocheciese.

Decidí bañarme, solo deje que el agua helada corriera por mi cuerpo, mientras es frase se repetía Busca quien eres, así como en un libro de terror o en una película, la soledad siempre se manifestaba fría, triste y con una frase que podría cambiar tu existencia, pero la ignore concentrándome solo en el frio que helaba mi cuerpo y en la soledad, me gustaba la soledad, la tranquilidad que está me proporcionaba me parecía increíble.

Cuando el cielo celeste quedó de un azul oscuro y poco a poco negro decidí acostarme, busque en mi celular fotos y me puse a mirarlas, Hanna amaba el océano, así que a dónde fuéramos le sacaba fotos en cambio yo amaba el cielo y los colores extraordinarios que se veían en él, mirar fotos del cielo me liberaba de todo mal, se sentía pacificó igual que la soledad, esos pequeños detalles me hicieron pensar que cuando en la vida todo parece ir mal te das cuenta de esos pequeños detalles que te hacen feliz.

***

La noche pasó junto con ella los días pasaron, nuevamente volvía a salir el Sol y con él una nueva oportunidad de vivir la vida era el último día que tenía antes de marcharme, estaba asustada no sabía cómo me iría pero tenía ganas de marcharme, tal vez debía aceptar que no me marchaba solo porque quisiera hacer realidad los sueños de mi hermana, tal vez Emily tenía razón y me marchaba porque no aguantaba despertarme todos los días en mi cuarto sin ella.

Hice la misma rutina de siempre, me levante, me cambie y desayune, luego solo me senté en mi cuarto viendo todo lo que había cambiado en estas últimas semanas, mi vida también había cambiado y mañana cambiaría aún más.

En ese momento mi celular sonó, una video llamada de Tob, le conteste y sonreí, él estaba despeinado, como si recién se hubiera bañado.

—Hola Deni— dijo sonriendo

—Holi

—¿Tu último día en esta bella ciudad y estás encerrada en tu cuarto?

—Si — exclamé mirando hacia la ventana

—Sabes hay algo que me molesta...

—¿Que cosa? — pregunté, el me miraba pero ya no sonreía

—Que vas a pasar tu cumpleaños en otro país— dijo haciendo una mueca

—No lo había pensado— conteste pero era la verdad no había pensado que el sábado 13 era mi cumpleaños número dieciocho.

—Lo supuse, al igual que supongo que no lo quedarías celebras si te quedarás...

— Supones bien.

—Seguramente no te vea por mucho tiempo así que aprontarte porque hoy saldremos -—dijo sonriendo

—Okey — dije para cortar el celular, me vestí un poco abrigada el día hoy estaba gris, la lluvia amenazaba y aunque la mayoría de personas dijeran que era un día triste, era un día perfecto en mi opinión.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora