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Último día de vacaciones.

El ultimo dia para dormir hasta tarde.

—¡Chicos arriba vamos a salir!

Salte de la cama aterrizando en el suelo, creo que Ethan y Zeus se despertaron por el golpazo, los mire a ver si seguían dormidos, mientras Zeus me miraba con sus ojos azules, Ethan seguía en su quinto sueño.

Logre tomar mi celular para mirar la hora: 5:00 am.

¡Porque mierda me joden a las cinco de la madrugada el último día de vacaciones!

—Voy— gruñí, caminando hasta la puerta, la abrí dejando a la vista a mi primo.

—Vamos a salir, levanta a Ethan y prepárate, ah por cierto lleva traje de baño— exclamó para volver por el pasillo

—¡Buen día a ti también!

(...)

Un resumen de lo qué pasó después, levante a Ethan, nos aprontamos y nos subimos a este auto que alquiló Slade y Cris.

Llevamos tres horas de viaje y por suerte ya estamos llegando a nuestro destino o eso es lo que me dijeron, eso no quita lo horrible que es viajar.

—¿Estas bien?— pregunto/susurro Ethan en mi oído.

Mire sus ojos, azules, destellantes, adictivos.

—No me admires, diablita — sonrió, esa sonrisa perfecta.

—¿Acaso es un delito?— pregunte levantando una ceja.

¿Cuándo había dejado de contradecir a Ethan? ¿Cuándo había caído jodidamente en sus brazos?

Supongo que esto era el amor, atracción física al principio de ese tipo que no te puedes controlar pues su cuerpo es como una droga para tu ser, pero con el tiempo eso cambia, empiezas a sentir lo que él siente, te duele lo que le duele, sus sueños se convierten en los tuyos, sus miedos en tus peores pesadillas.

—¿Acaso se olvidaron que estamos acá adelante?—ironizo mi primo.

—Cállate y maneja. — Aún no lo perdono por levantarme tan temprano.

—Si señora.

El viaje duro dos horas más, pero al fin llegamos a nuestro destino: Valencia.

Madrid es un lugar hermoso pero Valencia era increíble, la arquitectura antigua del lugar, las flores que habían en todas partes, los turistas sacándose fotos, el océano azul exactamente del mismo tono que sus ojos.

—¿Entonces valió la pena despertarte a las 5 a.m?—pregunto Slade pegándome un codazo.

Habíamos logrado estacionar en frente a la playa.

—Si — exclamé observando el océano.

Sentí como me rodeaba con su brazo
—Hay que disfrutar el día

Camine y me coloque al lado de Ethan, estaba haciendo la cola en un carrito de comida, el lugar era maravilloso pero nos estábamos muriendo de hambre.

No quisimos estar mucho tiempo comiendo así que simplemente pedimos unas hamburguesas para ir comiendo mientras recorríamos un poco de la ciudad.

Este lugar me hace recordar Brasil, era diferente claro está, pero la energía y la vibra era muy parecida, todas las personas sonreían bajo el cielo azul, soñaba música en las calles, me sorprende como dos lugares tan distintos se parecen tanto.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora