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—¡Que mierda hace este gato en la cocina!— salte del sofá cayendo en el suelo.

Si Ethan y yo habíamos dormido en el sofá, re cómodo por suerte, tenía puesta solo la camisa de Ethan ¿Me importó? No.

Corrí hasta la cocina donde estaban los cuatro chicos mirando a una bolita blanca que maullaba.

—Déjenlo — exclamé abriéndome pasó para agarrar el gatito.

—Denis ¿por qué puta mierda hay un gato?— pregunté mi primo intentando controlar su ira.

Cariño unas visitas al psicólogo para controlar esa ira no te vendría nada mal.

—Lo encontré ayer tirando mientras veníamos del baile y decidí quedármelo...

Slade no parecía contento pero aun así miró al gatito y lo acarició.

—¿Cómo se llama?— preguntó, note cómo Ethan se introducía en la habitación perezosamente.

Mire a él gatito pensando un nombre, sus ojos eran azules como los de Ethan, ¡claro! un "clic" resonó en mi cabeza.

—Zeus — declare, Ethan fijó sus ojos en los míos y sonrió.

—Zeus es nombre de perro— exclamó Tob mirando al gatito.

—¿Y eso a quien le importa?

—Entonces será Zeus Peiton— acepto Tob levantando las manos en señal de rendición.

—No, no Zeus Pons Peiton— declaró Ethan cruzándose de brazos, mire a mi alrededor, la cocina estaba hecha un asco,

—Tienes razón, sos el padre limpia lo que ensució— coloque a Zeus en los brazos de Em y agarre la mano de mi primo — mientras yo y Slade vamos a comprar el desayuno.

Ethan pareció querer quejarse pero luego comprendió que tenía que hablar con Slade precisamente de lo que había pasado ayer.

—Yo que tú me cambiaba, no creo que a Ethan le guste que andes así en la calle — declaró Slade riéndose Mierda.

Ya vuelvo- caminé tranquilamente hasta mi habitación, mentira si corría se me veía el trasero por eso caminé.

Ya dentro de la habitación me coloqué unos Jean, unos zapatos negros, me peiné un poco, lave mi cara y me dejé la camisa negra de Ethan.

Un look algo extraño pero se veía fenomenal.

Lista, ya vámonos — Declare abriendo la puerta del departamento para salir.

Bajamos las escaleras en puro silencio hasta llegar a la calle donde no me aguante más y pregunte.

—¿Que pasó anoche?

Slade se tensó, sabía que se ponía así cuando no quería hablar con alguien pero también sabía que siempre terminaba diciéndome.

—Uno se puede equivocar...

—Si, en verdad muchísimas veces pero si amas a alguien son esos errores los que demuestran todo lo contrario — lo pegue un codazo para que continuara hablando.

—El día que salimos a bailar me emborraché y la invité a hacer un trío — se tapó la cara con ambas manos — Cris me dijo que no y bueno me termine follando a la mina, solo.

Wow, ¿ese era mi primo?

¿Te arrepientes?— pregunte quitando las manos de su rostro, sus ojos verdosos estaban quedando rojos por la presión que hacía para no llorar.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora