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La muerte es fácil es momentánea, es una caída y ya está, no hay más, la vida es más difícil, es una escalera sin fin, cada persona tiene una meta, un objetivo, se supone que luego debes morir, tenía diecisiete años, nadie se merece morir a tan co...

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La muerte es fácil es momentánea, es una caída y ya está, no hay más, la vida es más difícil, es una escalera sin fin, cada persona tiene una meta, un objetivo, se supone que luego debes morir, tenía diecisiete años, nadie se merece morir a tan corta edad, pero eso caracterizaba a la muerte, le llegaba a todos sin importar la edad, la clase social o la sexualidad, la muerte no diferenciaba.

Era 25 de marzo del 2019, mi hermana falleció el 24 y acá estaba sentada en su funeral, destrozada, mis familiares lloraban en cambio yo no podía, no sentía tener la fuerza suficiente para hacerlo, estaba  sin aceptar lo que había pasado, Tob me abrazaba y lloraba cada vez más, por un momento recordé todos esos momentos que pase con ella, las risas, los llantos, me acuerdo el dia que conocimos a Tob.

Íbamos al parque cuando Hanna vio que un niño se caía de un árbol, nos acercamos para ver si estaba bien, hace doce años sucedió eso, desde ese momento Tobias se convirtió en nuestro mejor amigo, mi hermano.

El funeral termino, todos se despidieron lamentándose, se marcharon lentamente menos Tob y yo, me quede mirando donde ahora estaba enterrada mi gemela, una lagrima salió por mi ojo, note como Tob me miro y sentí sus brazos alrededor mío, un abrazo de dolor.

-¿Le dolió? – pregunto

-Creo que sí, cuando la camioneta se dio vuelta ella se pegó muy fuertemente en la cabeza, no volvió a despertar – lo último lo dije en un susurro apenas audible

-¿Que haremos sin ella?

-Tu supongo que conseguirte otra novia...

-No vuelvas a decir eso Denis, la amaba, no podre...- no pudo terminar la oración la voz se le cortaba, lo abrace lo más fuerte que pude – Ya hay que irnos – culmino, yo me separe y asentí, antes de marcharme mire fijamente la lápida, Hanna no estaría más conmigo.

¿Que haría yo sin ella?

Tob me llevo devuelta a casa, sabía manejar pero era ella, ella era la que manejaba todo el tiempo, me había negado en ir manejando, en ir en su lugar, no quería, no podía, al llegar a casa vi como todo estaba apagado, mi casa nunca estaba así, siempre había luces, todo decorado, a ella le encantaba que todo estuviera en su lugar y ahora parecía como si no hubiera rastro de ella.

Me despedí de Tob quien se fue sin decir nada, suspire aun mirando mi casa, entre en esta sin notar la presencia de mis padres, se sentía fría y desolada pero a pesar de eso ahora tenía el mayor retos de todos, adentrarme a nuestra habitación sin desmoronarme, y subí hasta la puerta, agarre el pestillo y lentamente lo gire con la mano temblorosa, entre mirando el suelo grisáceo. Cerré la puerta dándome vuelta para mirarla, apoye mi frente en está preparándome para lo que se venía, lentamente me di vuelta observando la habitación, en el fondo había una ventana donde se encontraba el escritorio, a su derecha estaba el lienzo donde pintaba.

Aún la podía ver, pelo atado en un moño, ropa cómoda, con sus auriculares escuchando sus canciones favoritas, mientras bailaba y pintaba, se sentía libre al hacer eso, era su manera de alejar los problemas.  Enfrente de este se hallaba el ropero, justo a su lado mi librero, enfrente de esto se hallaba nuestra cucheta, yo dormía arriba y ella abajo, me quede mirando su cama, en una pata de la cucheta teníamos fotos nuestras pegadas.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora