≽˖՞🖇️ ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ mpreg oneshots (ateez x ateez)
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─── clasificación ᴍᴀᴛᴜʀᴇ: "su historia contiene
representaciones gráficas de violencia,
sexualidad, lenguaje fuerte y...
W O O S A N ────── se fue a buscar una vida mejor, sin saber todo lo que dejaba atrás.
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Wooyoung ingresó a la cafetería frotando sus brazos debido al frío invernal que abrigaba la ciudad. Su auto se había quedado varado a dos calles y los servicios de red no funcionaban, por lo que no pudo llamar a un mecánico ni nadie que pudiera pasar a recogerlo.
Se sentó en la mesa junto a la pared de vidrio y esperó a que fueran a atenderle, necesitaba tomar algo caliente. Dejó su bolso en la silla de al lado, tomó su teléfono y trató de conectarse a la red wi-fi de la cafetería, pero esta parecía no funcionar, posiblemente debido a la tormenta.
Suspiró pesadamente y optó por simplemente esperar.
Alzó la vista cuando se dio cuenta de que alguien se había parado al lado suyo sin decir nada y frunció el seño sin poder evitar que una sonrisa se le escapara de sus labios. Boqueó como un pez sin saber qué decirle al sujeto, que parecía igual o más perplejo que él.
―San... ―finalmente dijo Wooyoung, peinando su flequillo con algo de nervios―. Wow, han pasado... seis años, ¿verdad? Qué gusto verte.
Habían pasado seis años desde que San se había ido. Wooyoung no lo odiaba por haberlo hecho, incluso podría decir que aún estaba enamorado de él, después de todo, San había sido su mayor amor y jamás lo había superado. Había sido difícil, porque un día estaban tan enamorados y felices, pero al siguiente, San le hablaba desde un avión diciéndole que jamás volvería a Corea. Que era el fin.
Así de repente todo se había terminado.
―Youngah ―San casi jadeó sin aliento, apresurándose a sentarse enfrente de Wooyoung―. Estás... Luces realmente bien.
Además de Wooyoung, no había nadie más en la cafetería. Eran las nueve de la noche y la tormenta los obligaba a todos a quedarse en casa. Wooyoung sin embargo, había tenido que salir porque su novio lo había dejado. Había tomado sus cosas y se había marchado hecho una furia.
Aquel pensamiento hizo que Wooyoung soltara una risita nerviosa, sentía un gran deja vu ese día.
―¿Qué te divierte? ―dijo San sonriendo al ver aquel rostro tan hermoso.
―Es divertido porque ―Wooyoung se señaló y luego señaló a San, riendo―. Tú... Cuando te fuiste... ¡Yo estaba exactamente como estoy ahora! No lo puedo creer. Definitivamente no he tenido suerte en el amor. ―Apresó sus mejillas entre sus manos.
San lo miró ladeando la cabeza sin comprender a qué se refería. Hacia unos años, había abordado un avión a último momento con la idea de dejar sus miserias en Corea y perseguir el sueño americano, sin embargo, el sueño se había convertido en pesadilla. No había logrado absolutamente ningún progreso económico, por lo que volvió, aunque tardó bastante en rendirse.
