Cuando llegaron a casa, lo primero que Nana hizo fue hablarles de Yugyeom. Después de abrazar a su niño, claramente.
¿Yugyeom?
Claro, esto después de una sesión excesiva de afectividad y cariño. La mujer cruzaba los cincuenta y no podría creer el que ahí estuviera su pequeño jovenzuelo hecho todo un hombre. Ahora era más alto, ¡muchísimo más que el promedio! Y refulgía en una apariencia encantadoramente masculina. Sin esos horribles pendientes que había agarrado maña en su juventud y sin esas marcas de piercing's que sacaba en cara con sus amistades. Ahora estaba prolijo, peinado y denotando respeto de su postura. Su espalda ya no estaba encorvada y sus zapatos estaban tan lustrados como los del señor Jeon. ¡Era una viva copia de los alfas que llevaba por progenitores! Y, tal parecía que, aquellos mismos habían hecho un excelente trabajo con él. Porque de ser un mocoso con tono aburrido y despreciable, ahora había pasado a modular tan estupendamente bien que la mujer se preguntó si de casualidad no era historiador o algo similar. Y no, no lo era.
El chiquillo siguió el negocio familiar. Se había graduado en abogacía, con dos años de adelanto por el talento que cargaba. El talento, el don, el genio, la erudición. El niño ya no tan niño, había sido capaz de recoger todos los frutos que mal cuidó en su juventud. Y ahora estaba triunfando, siendo exitoso en todos los humores de su gratificadora vida. ¿Cómo era posible que el destino se hubiese burlado de tal forma? Dejándolo como el último en la fila, como el más dulce conejo de su clase..., y encima como un beta burro. ¡Y ahora! Ahora todo había cambiado. Todo..., cambiando de una forma realmente cuestionable. Pero aún así, lo agradecía. Que su niño estuviera bien, lo agradecía por encima de todas las cosas.
—Puedes llamarlo. Todos los números cercanos a la familia Kim están anotados a un lado del teléfono —señaló la mujer, sonriendo dulcemente antes de apoyarse a un lado del umbral, jugando con la escoba que colgaba de sus avejentadas manos.
El más alto asintió y se acercó, frunciendo el ceño al ver la época de la que parecía ser el marca-número.
—Disculpe, ¿hablo con Yugyeom?
Segundo tono.
—Eh, sí. Soy yo, ¿con quién hablo?
—Oh..., es así. Mi nombre es Jeon Jung Kook. Verá..., me gustaría hablar con usted.
¿Por qué tanta formalidad? Y ese ambiente seco que cruzaba la línea telefónica...
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La resiliencia de mí amor -KooKv-(Ad.)
FanfictionAdaptación de @ew_dams Es realmente hermoso ✧◝(⁰▿⁰)◜✧ Jeon Jung Kook tiene doce años cuando conoce a Kim Taehyung, que a su vez cuenta con diecisiete. Las circunstancias en las que se relacionan no son favorables. Jeongguk se encuentra en la penit...