54[ No controles ]

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-¿Por qué escaparon?



Nadie me supo responder con certeza.



Jungkook estaba parado a mi lado, mirando a los trillizos con decepción. Incluso Jaeho lucía algo desorientado, como triste de su error.



-Eso... -empezó a decir Hyunseok, excusándose fallidamente. Calló antes de tener la posibilidad de hablar.



-¡No me toques! -JJ, que había estado observándonos a la lejanía y con la mirada de preocupación de Namjoon constantemente puesta sobre él, se levantó y se alejó. Me miró fríamente antes de refunfuñar por lo bajo. En ese momento entró Chen, acompañado del mejor amigo de Jung; Yoongi. Lo había ido a recibir a la salida. Sólo ahí reaccionó, corriendo a abrazar al paliducho por la cintura. Posesivo, gruñó escondiendo su cabeza en la rodilla ajena. No pude evitar fruncir el entrecejo y bramar por lo bajo, a la defensiva. ¿Por qué estaba tocando a otro omega?, ¿por qué abrazaba a Chen? ¿Cuándo le di el derecho de hacerlo? Estoy aquí, ¿por qué no me abraza a mí?



Hiro y Seokkie tampoco se quedaron atrás; acercándose al rubio platinado y abrazándolo fuertemente. Otra sensación abrumadora me persiguió hasta el fin del mundo, desgraciada. Estaba celoso. Mi omega estaba celoso.



-¿Chicos...? -preguntó el blondo, avergonzado y mirándome en busca de ayuda. Sin embargo, yo sólo aparté la vista. Qué descaro más grande..., fingir que no le gustaba el abrazo mimoso de mis ratones.



-Chen-nii -farfulló Hiroto, rompiendo en llanto desconsoladamente. ¿Qué...? ¡Ni siquiera los había retado! ¿Por qué exageraban tanto...? ¿Y por qué seguían abrazándolo como si sus vidas dependiesen de ello? Ahora deseaba tener verdaderas razones para golpearlos. ¡Ellos estaban envolviendo a otro omega de sus aromas! ¿Y yo? Solo, aislado como el vil perro de la historia. No había dicho ni hecho nada que fuera extraño. Merecían un castigo, ¡por mínimo!



-¿Están bien todos? -preguntó el, confundido y todavía abochornado.



-Sabemos que Namjoon no es nuestro padre -soltó JJ con petulancia, mirándonos a todos con resentimiento-. Tú lo eres, ¿verdad, Chen-nii?

Y el sigilo se hizo presente.

Jk frunció el ceño y yo tragué hondo. Grandioso. Un puto problema más a la lista. ¿Acaso era necesario mencionarlo en voz alta? ¡No! Lo peor era la conclusión a la que habían llegado.

-¿De dónde sacaron eso? -quiso saber mi ex-compañero de trabajo, simulando tranquilidad. Él, evidentemente, quería agarrarlos a todos por el cogote y lanzarlos a la mierda.

-Duermes con appa, le das besitos y cocinan juntos -lo señaló, considerándolo en automático culpable de sus acciones. Deseé golpearme la cabeza contra la pared. Jodidamente tierno e imbécil al mismo tiempo-. ¡Si cocinan juntos es porque se aman! -Todos arrugaron la nariz por instinto. Sólo yo sonreí con algo de ligereza. ¿Qué estupidez era esa? ¿Había forma, siquiera, de que un omega embarazase a otro? Y sí, no dejaba de ser tierno, acariciador y, ¡hasta acaramelado!; pero no había ningún sustento de trasfondo. Y entendía, realmente entendía que fueran niños..., pero comenzaba a preocuparme el hecho de que esa inocencia no dejase tal lugar de lado.

La resiliencia de mí amor -KooKv-(Ad.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora