Hay algo en el generoso y abnegado amor de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha probado la falsa amistad y la frágil fidelidad del hombre.
(“El gato negro”, de Edgar Allan Poe)A la semana siguiente y con un texto nuevo –que Axel le había leído durante una larga llamada telefónica– Gabriel se presentó a clase de Literatura.
No sabía si Axel vendría hoy, así que no venía tan animado. Pero nada se comparaba al primer día del curso o las ocasiones pasadas en que tuvo que tomar esta materia. Incluso sin Axel, ya no era un infierno. La maestra, ya que se dio el tiempo de conocerla, era muy buena persona y se preocupaba por sus alumnos...lo que lo dejaba pensando en lo diferente que hubiera sido todo si desde la primera vez le hubiera hablado de su problema o al menos hubiera mostrado un poco de interés; la verdad es que siempre fue demasiado grosero, porque eso alejaba a los demás –la profesora Lu incluída– y le evitaba dar explicaciones.
Sus compañeros –por lo menos Sarah y Karen– eran agradables si les dabas una oportunidad. Sarah seguía siendo... bueno, Sarah; pero al ayudarlo con su dislexia sin decir nada y al callar la trampa que hacía con Axel demostró que no era lo que los demás pensaban...y, Gabriel creía, le gustaba Karen. Lo que no entendía es por qué no se lo decía. Es decir, Karen también prefería a las chicas y Sarah había hablado de su hermano gay, así que obviamente su familia no sería un problema. Entonces ¿por qué no intentarlo?
Gabriel quería ayudarla porque le recordaba a él mismo cuando empezó a sentir cosas por Axel y no sabía cómo hacérselo saber o si le correspondería.
Y, lo más importante, ¡el cuento de hoy era muy interesante!
—Te veo muy alegre, Gabriel —la profesora dijo, sonriendo, cuando entró al salón y se dirigió a su escritorio.
Gabriel le regresó la sonrisa. —Buenos días, maestra. ¡Me gustó mucho el cuento!
La sorpresa hizo que uno de los marcadores se le cayeran a la profesora Lu. No había nada más bonito para un maestro de Literatura que cuando un alumno es feliz leyendo, sobre todo aquellos que no iniciaron siendo amantes de la lectura.
Lo que sea que la profesora estuviera por decir se cortó cuando Sarah, que se había levantado para ayudarla, resopló. —¿Qué tiene de especial el cuento, Gabriel? Ya para empezar desde el título es horrible —hizo una mueca y movió sus manos mientras lo decía—. “El gato negro”.
La maestra evitó por poco un golpe con su propio marcador. Se lo quitó suavemente a Sarah y le hizo una seña para ir a sentarse. —¿Cuál es el problema con el título, Sarah?
Sarah suspiró. Aparentemente algo la estaba molestando, porque venía de mal humor. No eran su sarcasmo y arrogancia habituales, hoy estaba demasiado irritable. —No sé —su enfado se desinfló un poco cuando se sentó—. Sólo me hizo pensar... El título, no la historia... En las brujas. Muchas veces se relacionan los gatos con las brujas. ¿Y qué tiene eso de bonito?
Esta vez fue Karen quien resopló.
Gabriel sonrió y miró con interés entre ambas.
La maestra se apoyó en su escritorio y también las miró, tratando de reprimir una sonrisa. —¿Tienes algo que decir, Karen?
—En realidad, sí. No sobre el cuento, sino sobre lo que dice Sarah.
Sarah hizo una mueca, no estaban ahí el rubor y la mirada brillante que generalmente la llenaban cuando hablaba con ella o la miraba. —¿Qué tienes que decir al respecto?
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Enamorándome del nerd (o Un disléxico enamorado)
Teen FictionTERMINADA» Axel es un bibliófilo: él ama los libros, la lectura, los mundos a los que unas simples letras te pueden llevar. En pocas palabras, Axel es para todos un Nerd. Gabriel es uno de los chicos más guapos del Instituto. Es atractivo, es popula...