Western Illinois Correccional
Tan solo me senté en esa silla, mis nervios empezaron a subir, el ambiente aquí era pesado, como si lo peor fuese a aparecer a través de esas rejas, encontrarme con él luego de 3 semanas y más cuando yo había sido la culpable de que estuviera aquí, no hacía las cosas más fáciles. Lie estaba en la cárcel, y pensé que cuando eso pasara todo se arreglaría, que todo mágicamente tomaría su rumbo, pero no fue así, no he localizado a Armando desde que lo vi en la comisaría ese día, y Josh y Joshua parecieron desaparecer por completo, estaba sola, y estaba furiosa. Y sabía quién más se sentía de la misma forma.
Lo vi caminar del otro lado de los barrotes, un policía lo llevaba del brazo, obligándolo a caminar, sus manos se encontraban esposadas, el guardia abrió el pequeño portón eléctrico que daba paso a la sala de visitas en donde yo estaba, mis manos se movieron inquietas en mi regazo mientras lo seguía con la mirada, hasta que estuvo parado frente a mí, su cabello lucía desordenado y su postura perezosa y cansada, me inquietó el hecho de ver como en todo su recorrido hasta llegar a mí, no me había despegado los ojos de encima.
¿Me odiaría?
El guardia le dio un empujón para que se sentara frente a mí y así hizo, sentándose plácidamente en la silla sin dejar de verme. ¿Estaría planeado mi asesinato?
— Tienen 15 minutos, nada de roces ni entregar objetos de ningún tipo, guarden una distancia prudente. - Nos ordenó el guardia antes de dejarnos solos. Yo no sabía ni hacia dónde mirar, la mirada penetrante de Lie no me dejaba pensar con claridad, solo estaba sentado viéndome sin mover un músculo, y yo ni siquiera sé con qué fin había venido a verle.
— Eres la primera visita que recibo desde que me ingresaron aquí. - Lo miré en silencio y torcí la boca sin saber qué decir — Ya deja de sentirte culpable, hiciste lo que tenías que hacer.
— No tuve opción - Me defendí en un tono áspero.
— Lo sé, Armando puede ser un tanto persuasivo.
—Debo sacarte de aquí...- Murmuré viendo hacia arriba en un intento desesperado de conseguir un poco de aire, ya que me estaba costando hasta respirar.
— ¿Por qué has venido eh? ¿No sabes qué hacer con el club? - Mis ojos se abrieron un poco con sorpresa ¿Qué significaba eso?
— ¿Qué? - Ya no sabía que estaba diciendo, parecía como si anticipara cada uno de mis movimientos, y odiaba eso, odiaba que creyera que podía controlarme.
—Ya sé que el club está a tu nombre guapa, fue una buena idea, mira que no sería bueno si el dueño estuviera en la cárcel, que es mi caso. Aunque me ofende un poco que no me lo hayas consultado antes.
— Tú... ¿Cómo sabes que-
— Lo predije, era bastante evidente de hecho, ¿qué no lo terminas de entender? Yo siempre voy un paso adelante de todos, y yo siempre gano, no importa que parezca que no. - Se inclinó un poco hacia mi mirándome con una sonrisa torcida — Te dejé hacer esto porque tengo planes para ti mi pequeña flor, y para eso necesitaba verte caer indefensa, ponerte entre la espada y la pared para que superas la presión que porta un líder, quería formar tu carácter, hacerte fuerte, y no me decepcionaste, eres tan fuerte como creí desde un principio. Necesito alguien igual a mí, alguien que me ayude a manejar lo que tengo pensado construir, alguien con la misma ambición de poder que yo, y noté esa ambición en ti desde el día uno, desde que te plantaste frente a mí ese día en el club sin saber cuán peligroso podía ser, o mejor aún, acercarte aún sabiéndolo, eso despertó curiosidad en mí, no cualquiera se para frente a alguien desconocido y lo confronta como tú lo hiciste.
— N...no entiendo ¿sabías que había cambiado el contrato a mi nombre y no me detuviste?
Aspiró aire profundamente y volvió a recostarse en la silla. — Cuando Dave me lo dijo simplemente sonreí, porque eres lista, algo descuidada pero pudiste idear un plan bajo presión, eso me gusta, y sé que no viniste aquí para saludar, veo en ti esta aura diferente, más oscura y decidida, y veo que cortaste tu cabello - Inconscientemente toqué los mechones de mi cabello recordando que lo había dejado corto en un arranque de ira y de querer ver algún cambio en mí — Estas molesta, no...Estás furiosa ¿no es cierto?
Tragué saliva con dificultad apretando la mandíbula, ¿cómo sabía hasta lo que estaba sintiendo?
— Necesito arrancarle esa sonrisita de triunfo a Armando del rostro, que sufra, que todos se enteren de la basura que es, necesito...
— ¿Qué necesitas?
Sin pensar bien en lo que hacía me hice hacia enfrente tratando de acercarme a él —Voy a sacarte lo juro - Me apoyé en la mesa con manos temblorosas y quise acercarlas a Lie. Él me sonrió.
—No se puede tocar, florecita. - Dijo en un susurro viendo de reojo al guardia.
—Dame la maldita mano que es el único gesto de hermana que voy a llegar a hacer en mi vida - Apretó los labios riendo y tomó como pudo mi mano, ya que las esposas le inhabilitaba mover las manos como era debido, les di un leve apretón y me alejé. —Hice lo que hice porque no confiaba en ti, porque...estaba asustada - Quise justificar mi traición aunque esta no tuviera justificación.
—Ya te dije que estuvo bien, fue una buena movida, aunque tienes un club que manejar. Eres la jefa ahora.
—No sé cómo rayos administrar un club, y Joshua...si se entera de esto seguro me mata el mismo.
— A ti nadie te toca un pelo, puede que esté aquí encerrado, pero tengo gente fuera, ellos te ayudarán, solo grábate bien este nombre, este nombre te va a salvar el trasero más de una vez, y sé que ya se han presentado, así que no te será difícil encontrarlo. - Asentí inclinándome para escucharlo mejor, él hizo lo mismo. — Dave Walsh.
—El rubio...- Musité.
— Búscalo y dile quien eres, dile quien realmente eres.
— ¿Quién realmente soy? - Pregunté confundida.
— Bien, se acabó el tiempo. - El guardia nos interrumpió apareciendo a mi costado, y Lie se levantó sin dejar de verme.
—Ahora eres la reina, Kelly, eres la Reina del Club.
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The Player [El club 1] ©
Teen FictionKelly descubre un extraño manuscrito en el escritorio de su jefe, y el contenido de este hará que su vida cambie radicalmente, es demasiado tarde, aquí no puede escoger bandos, en realidad no sabemos quienes son los buenos ni los malos, todo lo que...