Capítulo 31

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Mi teléfono suena sin cesar y gruño antes de contestar

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Mi teléfono suena sin cesar y gruño antes de contestar. Me lo coloco en la oreja haciendo una mueca.

— ¿Diga? - Respondo de mala gana, porque en serio estaba teniendo un buen sueño.

— Hola, Kelly. - De inmediato todo el sueño se va y estoy más que despierta. Parpadeo varias veces tragando saliva.

— Joshua...- Mi voz es un susurro, me levanto como puedo sentándome en la cama. — ¿Necesitas algo?

— Sí, tengo unos documentos que pasar a escrito y otros a la computadora, son demasiados, así que necesitaré de tu ayuda, luego de eso te puedes ir.

— S-sí, claro, ¿quieres que vaya hoy?

— Sí, a las 9 estaría bien - Me despego el celular de la oreja para mirar la hora. Eran las 7:50, tenía que levantarme ya si quería llegar a tiempo.

— Claro, ahí estaré - Mi voz salió temblorosa y bufé mentalmente por eso.

— Bien, te espero en mi oficina, se puntual - Sin esperar respuesta de mi parte cortó.

Suspiré con enfado. ¿Qué me pasaba? me comportaba como una niña colegiala quien fue llamada por su crush pidiéndole una cita, debía calmarme, solo era Joshua, el niño con ojos azules y cabello rubio que conocí en el Rivershort un día, con su risita infantil y las pecas en su nariz. Siempre lo sentí tan cercano, como un mejor amigo que siempre iba a ser solo eso, un mejor amigo. Jamás me hubiese imaginado que iba a ser el hombre que más nerviosa me iba a poner con tan solo una llamada de trabajo insignificante.

Me levanté de un salto y fui al baño. Después de casi una semana sin trabajar, mi cuerpo ya se estaba acoplando a los horarios irregulares de sueño y las comidas por servicio a domicilio. Ser desempleada era lo mejor del mundo, pero claro, no tengo a nadie quien me mantenga, debía volver al esclavismo, así que luego de darme una ducha rápida, me puse una falda de tela negra, una camisa blanca de tela fina con mangas largas y mis tacones negros plataforma de siempre. Solo iba a quedarme por unas horas y no saldría de la oficina de Joshua así que me maquillé ligeramente. En la empresa había reglas de etiqueta estrictas. No podías usar ropa casual en horas laborales, las mujeres debían maquillarse y peinarse apropiadamente, nada de peinados extravagantes ni maquillajes góticos, aunque Shonda se pasaba todas esas normas por el trasero y se pintaba los labios de rojo tinto o colores aún más escandalosos, supongo que nadie podía llevarle la contraria después de todo. Los hombres debían vestir con pantalón y camisa de tela siempre, aunque claro, los estilos podían varias, se puede llegar a vestir elegante y a la moda. Josh era una prueba viviente de ello.

Para cuando llegué a la empresa, mis piernas temblaban, no quería pensar con negativismo, pero solo lo peor rondaba por mi mente estos días, nada bueno podía pasar si Armando sabía que yo era Selene, ¿y si Joshua sabía? Dios y sí...

— ¡Kelly! - Exclamó Patty, una de las supervisoras encargadas de atención al cliente. Yo le sonreí ligeramente.

— Hola, Patty.

The Player [El club 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora