— ¡Sal! - gritó Liz entre risas.
— ¡No, nunca! - Me rehusaba a salir del probador.
— Ay, quiero verte, ¡no seas tan aguafiestas 친구!
— Ya te dije que no me hables en chino que no entiendo. - Abrí la puerta del probador parándome encorvada a propósito solo para molestar a mi amiga.
— Es coreano, mensa, párate derecho. - me ordenó y yo refunfuñando le hice caso, moviéndome de un lado al otro haciendo el intento de modelaje. - Te queda muy bien, en realidad tienes un muy bonito cuerpo, no sé porque no te vistes mejor, ya pareces un cuadro pintado.
— No sé si estar halagada u ofendida por cómo hablas de mi forma de vestir. - Liz río con gracia y se tapó la boca cuando notó que yo solo hacía pucheros de disgusto.
— Ay es que si te vistes un poco mal amiga.
—Aprecio tu sinceridad. - Estiré las comisuras con una sonrisa fingida y volví al vestidor.
— ¡Cómprate ese! - Escuché exclamar a Liz por fuera.
—Es que si es por ti me llevo toda la tienda. - Otra vez escuché la risa cantarina de Liz del otro lado, y reí también.
Habíamos venido a comprar ropa nueva con Liz, según ella, yo solo usaba los mismos trapos. ¡Pero es que no me quedaba tiempo para comprar ropa nueva! y siempre que compraba terminaba disgustándome ya puesta, y no me la ponía nunca, así que volvía a usar los mismos trapos de siempre.
Hoy era mi día libre, libre de Lie, libre de los Tucker, libre de la compañía, solo era yo y mi mejor amiga, comprando ropa.
Al fin hacía algo normal.
Algo que me hacía sentir tranquila.
— ¡No me gusta! ¿No ves la bolsa que se hace en mi trasero? No me queda bien Liz. – Lloriquee como niña pequeña viéndome desde el espejo del probador, Liz estaba en la puerta con la mitad de su cuerpo metido en el vestidor.
Bien, tal vez ir de compras no me tranquilizaba.
— Es que no le pones actitud, párate bien y verás cómo se llenan esas pompis. -- No pude evitar soltar una risotada.
— ¿Quién dice pompis? Eres tan tierna. – Me voltee para empezar a sacarme el pantalón.
— Yo digo que lo compres.
— Has dicho eso con cada prenda que me he medido, Liz...
— ¡Todo te queda bien! Yo no te mentiría, soy tu amiga. – La miré suspirando, con un pie fuera del pantalón y otro a medio sacar.
— Bien, lo compro, pero es lo último que compro.
— De hecho es lo primero que te vas a llevar, vamos sal que quiero ir a la tienda de al lado a comprar unas cosas. – Fruncí los labios y me saqué lo que me faltaba del pantalón, Liz salió del cubículo.
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The Player [El club 1] ©
Novela JuvenilKelly descubre un extraño manuscrito en el escritorio de su jefe, y el contenido de este hará que su vida cambie radicalmente, es demasiado tarde, aquí no puede escoger bandos, en realidad no sabemos quienes son los buenos ni los malos, todo lo que...