Capítulo 3

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No me di cuenta cuando pasó tanto el tiempo, solo estaba yo sola en el largo pasillo, miré el reloj en mi muñeca y ya pasaban de las 9:00 de la noche, pero había querido avanzar con algunos arreglos que me tocaban para el evento del domingo

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No me di cuenta cuando pasó tanto el tiempo, solo estaba yo sola en el largo pasillo, miré el reloj en mi muñeca y ya pasaban de las 9:00 de la noche, pero había querido avanzar con algunos arreglos que me tocaban para el evento del domingo. Aquí encontraba todo lo que necesitaba, mientras que en casa, no teníamos ni pegamento.

Me paré inquieta fuera de la empresa a esperar al Uber que se suponía me llevaría a casa, pero los minutos pasaban y no veía señales de el, me estaba empezando a desesperar, porque era tarde y estos tacones estaban matándome.

Llamé a mi amiga Liz, la chica asiática de cabello naranja adicta a los cosméticos que había encontrado en mi casa un día comiéndose la comida que había en el refrigerador con la excusa de que "Su mamá era amiga de la dueña de la casa" en primer plano, pensé en lo loca que debía estar mamá al permitir gente abusiva en casa, pero luego sin darme cuenta, esa chica "abusiva" se convirtió en mi mejor amiga, y mi actual roommate.

Pero en serio tenía una pésima roommate.

— ¿Ahora qué pasa? – La escuché suspirar del otro lado de la línea, la había llamado anteriormente para que contactara a un Uber, claramente no había dado bien la dirección, porque era imposible que tardaran tanto, y si era así, mi cantidad de estrellas para ese chófer iba a ser de - 0.

— ¿Qué pasa? Pasa que estoy fuera de la empresa y he esperado ese Uber por media hora y no aparece ¿Acaso quieres que me rapten aquí? ¿No diste bien la dirección? ¡¿Qué clase de amiga eres?! – Chillé exagerada.

— ¿Una amiga que agradecería que no la molestes en su maratón de Breaking Bad?

— En serio actúas como si el mundo fuera un lugar seguro y no estuviera propensa a raptos, violación, robo, literal cualquier cosa puede pasarme, Liz. Ten consciencia. – Me quejé, dejando caer mi mano izquierda en mi muslo, resoplando mientras miraba hacia todos lados.

— ¡Oye! Para mi defensa sí di bien la dirección, tal vez tú me la diste a mí mal. – Rodé los ojos rascando mi cuero cabelludo con desesperación.

— Vivimos en el mismo lugar ¿Cómo no te sabes la dirección de tu propio departamento?

— Dile a Josh ¿Aún sigue en la empresa no? – Me quedé en silencio por unos segundos, pensando.

No, ni pensarlo.

— No ¿Sabes lo atareado que está? Moriría de vergüenza si me dice que no, y sería muy irrespetuoso porque es mi jefe, no tiene por qué llevarme a mi casa, está ocupado Liz.

— Sí en ocasiones se toma el costo para llevarte no creo que le moleste traerte de regreso. Kelly, te dieron un trabajo en el que no tienes que hacer casi nada, más un increíble sueldo, ¡te aman! llama a cualquiera de los dos, nada te puede pasar si estas fuera de la empresa hay guardias Queen Drama, te veo luego, besos – Sin darme tiempo para replicar, colgó.

The Player [El club 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora