La vida es complicada, y solo lo dices en serio cuando lo haces con propiedad. Puedes mirar la vida de otro y decir, "Su vida debe ser muy complicada" pero en realidad no te importa, no lo sabes, no lo vives. Yo pensé que la vida de los Tucker no era tan complicada o tal vez sí pero pensé que no era para tanto, es más, llegué a envidiarla en cierto punto. A veces no sabes qué cosas deseas de otros, hasta que miras la pantalla completa.
Como si mi vida no tuviera suficiente caos, mi mamá llegó a verme, Liz estaba haciendo mercado así que estaba sola, me tomó por sorpresa la verdad, ella no era de visitarme, ni llamarme, ni...estar allí básicamente.
— Mamá – Murmuré desde la puerta, la miré de arriba a abajo, su cabello negro azabache estaba más largo, llevaba de esos vestido que siempre se ponía, super ajustados de la cintura y busto y acampanados de abajo. Aún creía que tenía 20 años.
— Hola hija, ¿Cómo estás? – Me sonrió de lo más alegre, como si no tuviéramos casi 2 meses de no saber de la existencia de la otra. Abrí completamente la puerta para que pasara.
— Pues...bien ¿Qué haces aquí?
— Yo estoy bien, gracias por preguntar. – Me miró mientras se quitaba su abrigo y lo ponía en el perchero.
— Ya, lo siento mamá, no estoy pasando por un buen momento – Caminé hasta llegar a la sala y me dejé caer en el sofá. — Siéntate, ponte cómoda.
— ¿Qué pasa? Cosas del trabajo supongo ¿no? – asentí apoyando la cabeza en mi antebrazo, me dolía la espalda y el cráneo, el estrés estaba haciendo efecto. — Trabajar en esas empresas grandes debe ser agotador, te dije que te quedaras en ese trabajo de organizar eventos, siento que lo disfrutabas, tú lo disfrutabas ¿cierto? No entiendo porq...
— Lo dejé porque no me sentía bien, no era tan buena, ¿para qué iba trabajar en algo en lo que no soy buena? Además ni me pagaban bien. – estiré los labios con molestia.
— Pero te gustaba, eso era lo importante. – suspiré y la miré haciendo una mueca.
No había pasado ni 1 minuto y ya estábamos discutiendo.
— ¿Ves? Por eso me mudé, no podemos hablar por más de 2 minutos sin discutir. Parecemos un matrimonio – Reí de mala gana, y ella se rió un poco.
— Tú eres muy terca, jamás aceptas nada de lo que te digo. – Rodó los ojos.
— ¿Qué haces aquí mamá? – Sabía que no venía a verme, nunca le había importado como estaba, así que algo tenía que querer.
— Bien, me atrapaste – Rió alzando las manos. — Tal vez necesite algo de dinero, y Liz me dijo que te pagan bien en esa empresa, y has estado ahorrando ¿verdad? Siempre has sido de ahorrar.
— ¿Cuánto necesitas? – Me rasqué la cabeza viéndola con los labios ligeramente apretados.
— ¿2,000 dólares? Tal vez 2,500.
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The Player [El club 1] ©
Teen FictionKelly descubre un extraño manuscrito en el escritorio de su jefe, y el contenido de este hará que su vida cambie radicalmente, es demasiado tarde, aquí no puede escoger bandos, en realidad no sabemos quienes son los buenos ni los malos, todo lo que...