Me aferré a mi suéter negro mientras caminaba por la solitaria calle que me llevaría al club, quería reconsiderar las cosas, me sentía como una loca yo sola caminando sin saber que me esperaba, cualquiera diría que no le temo a nada, pero la verdad...es que todo esto lo hacía porque estaba aterrada, y no iba a regresar, no cuando estaba tan cerca, así que caminé aún más, observando la cuadra, era una calle poco transcurrida, cada 5 minutos pasaban carros de lujo lo cual me hacía asegurar nuevamente que esta no era una calle cualquiera, había casas pero no tantas, la mayoría grandes y hermosas, empecé a ver las cámaras en los postes, los terrenos baldíos se hacían más visibles, ahí supe que había llegado.
Club la mafia de mando.
El guardia que ya había visto antes estaba viendo hacia al frente, no notó mi presencia hasta que me puse frente a él con una sonrisa nerviosa, me miró de reojo y chasqueó la lengua.
— ¿Qué quieres muchacha? - Lo miré quedándome en blanco, no sabía si era apropiado decirle al guardia a qué venía, no conocía al tal Jugador.
— Bueno...verá le explico, trabajo para alguien de allí adentro. - Señalé la puerta y él arrugó la cara. — No alguien de allí adentro. - Me corregí, sin saber que inventar. —Debo encontrarme con alguien de allí adentro, juro que fui invitada. - El guardia no tan convencido, se movió un poco y me examinó.
Mis pies iban de un lado al otro dando pequeños saltos en mi lugar, no sé porque esperaba que no lograra reconocerme, pero en serio lo esperaba, yo traía puesto un pantalón de tela negro, una camisa blanca de botones simple y mis zapatillas. Me miraba bastante normal, tampoco tenía una cara tan memorable, o eso era lo que pensaba, mi apariencia no daba un impacto en las personas, y este hombre al ser un guardia, estaba segura que había visto ya a muchas personas desde mi última vez aquí, así que me calmé y traté de no lucir nerviosa.
— Identificación. - Me ordenó en tono brusco, y yo con torpeza saqué mi tarjeta de trabajo con mi información, se la entregué y él la observó por unos segundos viéndome a mí y luego a la tarjeta en su mano. — ¿Tú ya no habías venido antes con una chica de cabello naranja? - Abrí los ojos un poco y tragué saliva tratando de esconder mi sorpresa, estúpida Liz y su manía de andar con cabello tintado de naranja, pero claro que me iba a reconocer, andaba con una naranja andante. —¿Quién te invitó dijiste?
— Bueno es que...- Me vi interrumpida por el sonido abrupto de una puerta abriéndose, un hombre rubio y delgado salió de esta, y no lucía contento.
— ¿Qué carajo estás haciendo Bob? Player lleva esperándola hace ratos, hazla entrar que no tenemos toda la maldita noche. - Me quedé con la boca abierta mientras el llamado Bob me extendía mi tarjeta de vuelta.
— Pasa, disculpa el inconveniente. - No le dije nada, solo tomé mi tarjeta y entré rápidamente al club.
Pero que conveniente, llegó justo a tiempo.
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The Player [El club 1] ©
Teen FictionKelly descubre un extraño manuscrito en el escritorio de su jefe, y el contenido de este hará que su vida cambie radicalmente, es demasiado tarde, aquí no puede escoger bandos, en realidad no sabemos quienes son los buenos ni los malos, todo lo que...