The Player [El club 1] ©

Capítulo 16

PT y LT, ¿Qué era? ¿Quiénes eran? ¿Cómo creía el de tapabocas que yo, una chica ordinaria iba a poder resolver este montón de pistas y cosas incompletas? Ni que fuera Sherlock Holmes.

Por otro lado, Josh pasó ocupado la mayoría del día y no pude verlo, ese hombre me confundía con sus detalles románticos y cosas, para luego dejarme en claro que solo me quiere cómo una amiga. Pero no quería pensar en eso ahora.

Estaba sentada en una banca del aeropuerto, aburrida de esperar, Joshua dijo que su vuelo llegaba a las 17:00 horas, eran las 18:10 y no aparecía.

¿Me tenía que preocupar ya?

¿Por qué me pidió venir a recogerlo de todos modos? No lo entendía, pudo pedir a uno de los chóferes de la familia que vinieran por él.

Volví a ver la entrada por la que Joshua tendría que haber salido ya varios minutos y me levanté de mi asiento para estirar un poco las piernas.

Mi celular vibró en mi bolsillo, así que lo saqué y revisé, tenía un mensaje de un número desconocido.

- Me duele que ayer fueras al Club y no pasarás a verme.

Xxx.

18:12.

¿Tres x? ¿Era un nombre pero tenía que descifrar quién era? ¿Era una página porno tratando de jugarme una broma?

O podría ser que...

Era él debe ser él ¿o no? ¿Quién más podría ser? ¿Cómo se dio cuenta que fui al club?

Una oleada de miedo me invadió por un segundo.

Vacilé entre responder o ignorar, ya me asustaba el hecho de que tuviese mi número, pero creo que sería mejor que aclarara las cosas.

- Exploraba el lugar, me fui rápido.

18:14

Mi celular sonó enseguida de nuevo.

- Claro, no me engañas Kelly Marey, ya sé que quieres, veme hoy en el Club si quieres respuestas, hoy ando de buenas.

A las 7, no llegues tarde.

18:15

Mordí el labio inferior, nerviosa, pero por supuesto que era él.

- ¿Cómo estás seguro que eso es lo que quiero?

18:17

Me quedé esperando su respuesta pero jamás llegó, me había dejado en leído.

— No era la forma en la que esperaba mi bienvenida pero... - La voz cantarina de Joshua me hizo voltear rápidamente, con los ojos bien abiertos y el celular aun en las manos, seguía algo consternada, pero su apariencia fue lo que me dejó aún más atónita.