Sentí un cosquilleo incómodo en la garganta, los nervios se agolparon dentro de mí de forma brusca, y me quedé inmóvil, porque la postura relajada de Josh era como la de alguien que sabe que va ganando, y si así era, eso me convertía en la perdedora, estaba harta de ser la perdedora.
— ¿De qué hablas? - reaccioné después de un buen rato, me había quedado sin palabras, todo lo que había pensado se había esfumado al ver la cara de Josh.
— Sé que quieres, solo dilo.
Parpadee varias veces — Pero... ¿Qué? No entiendo.
— Ven y siéntate, no me hagas perder tiempo, dulzura. - Mi estómago volvió a revolverse de nervios, me senté en una silla frente a él.
— Sabes a qué vengo.
— Creo saberlo - él trataba de estar serio, pero la pequeña curva que se formaba en sus labios lo delataba.
¿Qué le resultaba gracioso?
Él ya sabía que yo vendría a proponerle algo con la esperanza de que no le dijera nada a Joshua y que esta situación se agrandara, pero creo que lo único que causaba mi desesperación en él era gracia.
Lo miré lo más seria que pude — Tengo un plan y quiero que me ayudes.
— Pero por supuesto. - Respondió sin dejar de sonreír.
— Bueno ¿puedes dejar de sonreír así, señor mafia? Empiezo a tener miedo. - volvió a reír ahora con burla y sacó aire por la nariz, viéndome como si yo fuese muy tonta o ingenua.
— Habla, porque no tengo todo el día Key Key, vamos. - dejó su peso en la silla y entrelazó sus dos manos en el estómago.
Saqué todo el aire que inconscientemente contenía. — Lo pensé un poco y...digamos que puedo solo ayudar a Lie, pero sé que alguien va a terminar mal, principalmente ustedes, y no quiero eso. - Josh asintió dándome la razón. — o puedo ayudarlos a ustedes, pero Lie no estará contento con eso y tanto ustedes como yo estaremos en problemas. - Josh arrugó la frente. — Decidí que necesito un plan, un plan real, necesito dejar de tener miedo, he estado haciendo las cosas mal y me he dejado llevar por impulsos y estupideces lo sé lo siento, pero prometo no meterte en problemas. - El castaño se levantó de la silla y se acercó donde yo estaba, sentándose ahora en el escritorio, se miraba tan alto e imponente desde mi posición, que pensé que me iba a pedir que saliera y no lo molestara más.
— Quieres que te ayude. - Respondió en un suspiro cansado, yo asentí y me paré para así poder verle mejor.
— Por favor, ayúdame y así todos ganamos.
Sé que estaba haciendo lo que más odiaba. Pedir no era de mis cosas favoritas pero me había quedado sin opciones, la verdad nunca las había tenido.
— ¿Qué quieres que haga exactamente? - Se inclinó un poco hacia mí, sus ojos achicándose.
¡¿Por qué se acercaba tanto?!
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The Player [El club 1] ©
Teen FictionKelly descubre un extraño manuscrito en el escritorio de su jefe, y el contenido de este hará que su vida cambie radicalmente, es demasiado tarde, aquí no puede escoger bandos, en realidad no sabemos quienes son los buenos ni los malos, todo lo que...