Capítulo 2

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Creo que no vendría de más explicar cómo surgió mi amistad con los Tucker, la verdad jamás pensé que dos chicos como ellos pudieran formar amistad con alguien como yo, en esos tiempos no era la Kelly de ahora, y ellos siempre fueron muy inalcanzab...

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Creo que no vendría de más explicar cómo surgió mi amistad con los Tucker, la verdad jamás pensé que dos chicos como ellos pudieran formar amistad con alguien como yo, en esos tiempos no era la Kelly de ahora, y ellos siempre fueron muy inalcanzables, más ahora suelo pensar que lo que se ve inalcanzable en realidad no lo es, aunque en esa época sí que los veía como un sueño.

Se mudaron al pueblo el mismo año que mi padre y su padre si hicieron amigos, asistían a la misma secundaria que yo y por la cercana relación de nuestros padres, comenzaron a hablarme a mí también, nos volvimos muy buenos amigos y yo comencé a acostumbrarme a tenerlos cerca.

Mi padre amaba la pesca, es más, a diario expresaba que si no hubiera dedicado su vida a la carpintería, en definitiva hubiese sido un pescador, pero de igual forma, decía que cuando tu pasión se vuelve tu oficio, pierde toda la diversión, y se hace una obligación. Es por eso que prefirió tomar la pesca como un hobby. Allí fue cuando conoció a Armando Tucker, padre de Josh y de Joshua, a él le apasionaba la pesca también, pescaba en el mismo lago que mi papá, lo hacía con tanta frecuencia que una vez por error, y hasta el son de hoy no tengo idea cómo pasó, Armando tomó la cubeta de cebos de mi padre, y por esa tan sola equivocación creció una gran amistad, así fue como conocí a los hermanos Tucker, cuando tenía 14 años.

Josh Tucker, el mayor, 23 años, conocido como el más carismático de los dos hermanos, cabello entre castaño y rubio, ojos azules, cejas espesas, era un hombre de ensueño, como el prototipo de chico perfecto y caballeroso de las películas, a veces dudaba de que fuese real, era un hombre muy cotizado y aclamado por las mujeres, aunque eso no lo hacía un mujeriego, no necesitaba hacer mucho para tener a cualquier mujer a sus pies y sin embargo no había escuchado que tuviese novia.

Joshua Tucker, el menor que parecía el mayor, 22 años, con bonitos ojos como los de su hermano, era un hombre centrado, con un liderazgo increíble, amable como ningún otro, siempre animado y positivo, él siempre había sido así, apasionado y muy enfocado, era conocido como "el Ken" cuando estábamos en secundaria por tener una cara perfecta, y lo molestaban mucho porque su tono de voz no era el más masculino, pero a mí me parecía muy atractivo. Aunque siempre el más atrayente para todos había sido Josh, Joshua tenía otros encantos.

En resumen, esa es mi historia con los Tucker, terminamos secundaria juntos y no los volví a ver después de la graduación, solo sabía pequeñas novedades de ellos gracias a viejas amistades de secundaria que siempre chismorreaban sobre otros ex compañeros, y claro que yo no me negaría ante tan atrayente información.

Fue hasta hace 1 mes que volví a encontrarme con Joshua, yo estaba comprando leche en el supermercado porque era todo lo que hacía, mi yo desempleada y triste no esperó toparse con un deslumbrante y bien vestido Joshua a tan solo unos pocos metros de distancia.

— ¿Kelly? - Escuché a alguien decir mi nombre, poco usual ya que siempre todos me llamaban por mi apellido, Marey.

— ¿Tucker? – Dejé la leche en el carrito y lo miré atónita.

¿En serio era él?

— ¡Rayos cuánto tiempo! - Me dijo sonriente, observé con detenimiento el rostro de Joshua, ¿Pero qué demonios? ¡Que ya era un hombre hecho y derecho! Aunque siempre mantenía su risita aniñada noté su piel más blanca, sus ojos tan lindos, brillantes, azules. Se notaba que estaba haciendo ejercicio, y la forma en la que se acercó para abrazarme me hizo quedar paralizada en mi lugar, tratando de no desmayarme con el olor tan delicioso y masculino que emanaba de él.

— Sí wow estás...diferente. - sonreí y me arreglé un poco el cabello, sintiéndome demasiado fea como para estar frente a alguien tan atractivo como él.

¡Tú no has cambiado nada! - Eso fue un directo "te miras como la Kelly de 17 años, sin pechos y sin trasero" genial, él es un Dios griego y yo...yo era una papa.

— Ya ves...siempre la misma. - Apreté los labios sonriendo apenada.

Observé como su expresión cambió a una de duda e incomodidad, lo miré en silencio mientras él vacilaba en si hablar o no.

— Me contaron una mala noticia, no sé si sea cierto....los chismes van y vienen y no estoy seguro si de verdad es real. – habló con notable nerviosismo, yéndose por las ramas. Aunque ya sé en qué dirección iba esto.

— ¿Qué te contaron? – respondí sonando serena, viéndolo con el ceño fruncido.

— ¿Danon murió? - Y como lo supuse...eso salió a relucir, como lo hacía cada vez que me topaba con alguien conocido. Todo iba bien hasta que mencionó el nombre de mi padre. Lo miré inmóvil, parpadeando repetidas veces mirando hacia otra dirección, entonces con mucha fuerza de voluntad, expresé un:

— Sí...

Por Dios...Marey. - sentí como su cuerpo caliente me envolvía en un abrazo nuevamente, y acariciaba mi cabello, tal y como en los viejos tiempos — Lo siento tanto ¿cómo has estado? – preguntó separándose de mí, con una genuina cara de preocupación. Me dio ternura pensar que después de varios años, aún seguía preocupándose por mí con esa intensidad de siempre...Tan exagerado.

Pues mejor...me he tomado unos meses de descanso, pero supongo que ya es hora de buscar un trabajo y un departamento, vivir con mamá es la peor tortura - Hice una mueca y él solo sonrió y negó con la cabeza, sabía que mi madre y yo jamás fuimos las mejores amigas, peor ahora en un momento tan crucial de mi vida.

¿Sabes? Estamos en búsqueda de una secretaria en la empresa.

Hablas de... ¿Su empresa?

— ¡Claro! Podrías ser nuestra secretaria, sería genial poder tener a alguien de confianza a cargo de nuestros eventos y asuntos. ¿Qué dices?

Oh bueno....yo no sé si estoy en condiciones y... - Me interrumpió tomando mis manos con ternura, lo miré nerviosa.

Puedes ir a tu tiempo, nadie te presionará, hablaré con Josh, sabemos lo duro que debe ser para ti y queremos ayudar, dame tu número para así poder contactarte.

Y bueno, este es el resumen corto de como terminé trabajando en la empresa de los Tucker.

Fue un giro bastante sorpresivo en mi vida.

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¡Hello players!

Bienvenidxs a esta historia ¡gracias por leer!

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The Player [El club 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora