Capítulo 4

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— Vamos, vamos, vamos

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— Vamos, vamos, vamos. – Dije contando los segundos que el ascensor subía, hasta que al fin las puertas se abrieron y corrí hasta la recepción, donde se encontraba Shonda viéndome con dagas en sus ojos, lista para matarme, volviendo su vista a la pantalla.

Y no la culpaba, tenía como asistente a un completo desastre, casi siempre llegaba tarde y a ella le tocaba soportarme, pero vamos...10 minutos tarde no era nada ¿o sí?

— Llegas 15 minutos tarde. – me dijo sin siquiera mirarme mientras tecleaba en el computador.

— ¿Qué? ¡Pero si sólo fueron 10! – le eché un vistazo a mi reloj de muñeca y efectivamente había llegado 15 minutos tarde.

— Oh ¿Así que cuentas los minutos de retraso pero no los minutos que tarda el colectivo en llegar para que así vengas a la hora?

— ¡Eso ni siquiera tiene sentido! No controlo el transporte público. – Me quejé mientras colocaba mi cartera en mi cubículo.

— Pero sí puedes controlar tu tiempo, ahora mueve ese trasero y empieza a sacar todos esos papeles que ha dejado Joshua en su oficina, me tiene hasta... – señaló un poco más arriba de su cabeza – aquí.

Mis ojos casi se salen de sus orbes, con preocupación me llevé una mano a la frente y voltee a ver a ambos lados, sin siquiera saber lo que estaba buscando.

— ¡Ay Dios mío! Le dije que iba a pasar sus juntas para más tarde, ¿Dónde está ahora?

— Pues salió hace 20 minutos junto a Alex, dijeron que tenían problemas con un cliente, tal vez con un casino, no lo sé no dijeron mucho.

Demonios, pero qué clientela tan difícil la de este mes.

Pero... ¿Un casino? No creo que la empresa trabaje con casinos.

De hecho, había olvidado hablar sobre la empresa. Básicamente, Future Company (el nombre más ridículo para una empresa tan grande) al igual que su empresa matriz vende mercancía por Internet, todo tipo de aparatos electrónicos entre otras cosas, así mismo, presta dinero a personas y a empresas asociadas, en perspectiva, ayudan a personas a cumplir sus sueños ¿que cool no?

Y claro, personas con ideas funcionales y con una base firme, luego, si las ideas eran rentables sacaban ganancia de ellas, personas muy inteligentes van y vienen con invenciones, y los pobres gerentes, que en este caso son los hermanos Tucker, junto con el socio e/o inversionista del proyecto asignado tienen que organizar estos proyectos para presentarlos al CEO, y bueno Armando Tucker no era nada fácil.

Mi puesto, como ya había dicho, era de secretaria, aunque a las pocas semanas, Joshua decidió que era mejor ser asistente de la secretaria principal, ya que yo no tenía mucha experiencia y no conocía mucho del lugar, cuando supiera manejar mejor todo, trabajaría directamente con Joshua.

Tenía mi escritorio, el cual compartía con Shonda Anne, la secretaria principal de los Tucker, una mujer alta de cabello azabache, ojos grandes color miel y labios finos, me llevaba 2 años al parecer, era atractiva, y había sido admitida aquí desde que los Tucker empezaron su liderazgo en la compañía, pese a su carácter imponente y autoritario, era muy lista y centrada, había estudiado secretariado en algún lado o algo parecido. Nuestro lugar de trabajo estaba ubicado a un lado del pasillo frente a las oficinas de los Tucker, era el recibidor secundario se podría decir, ya que este edificio constaba de 3 plantas, nosotros nos encontrábamos en la tercera y última de ellas. El pasillo no era muy concurrido, salvo cuando había inversionistas esperando, las oficinas de atención al cliente estaban a la derecha y el ascensor al lado izquierdo, había otro ascensor en el área de atención al cliente, así que no teníamos muchos acercamientos con ellos.

The Player [El club 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora