INEFABLE [Draco Malfoy]

Treintaiuno FINAL p.1

No sé cuantos segundos o minutos estuve así, aferrada a mi padrino, sin soltarlo, sin dejar de sollozar.

Esto no podía ser cierto. Él tenía un hijo. Un bebé...

Lupin... Tonks...

Aún costaba respirar.

—Isa —la tierna voz de Draci pronunciando mi nombre me trajo a la realidad. Me sequé un poco las lágrimas y me giré suavemente a él—. Lo siento... lo siento mucho...

No respondí.

—Granger y Weasley dijeron algo acerca de que Potter irá al bosque prohibido —soltó.

—¿Qué?

Solté levemente a mi padrino para ver lo que sucedía a mi alrededor. Ron consolaba a Hermione. Ginny tenía los ojos hinchados. George seguía junto al cuerpo de Fred. Los señores Weasley's estaban junto a sus otros hijos, abrazándolos. Los otros estudiantes ayudaban a los heridos. Hagrid ya no estaba. Tampoco Harry.

Me levanté con mucha dificultad y un gran nudo en mi corazón. No quería dejar su cuerpo ahí. Pero esto aún no había terminado.

Nos acercamos a Hermine y Ron. Draco sostuvo mi mano en todo momento.

—¿Harry? —pregunté con la voz en un hilo.

—Desapareció. Nadie lo ha visto —respondió Ron.

—Creemos que fue al bosque prohibido —agregó Hermione, entre sollozos.

Esto no podía ser cierto. Harry no podía ir ahí. No podía morir.

—Debemos ir a buscarlo —imploré.

Ambos estuvieron de acuerdo de inmediato, a excepción de Draco. Decía que era una misión suicida, y por más que pudiera tener razón, debíamos intentarlo. Harry no podía morir. No podía perder a nadie más.

Nos alejamos lo más rápido posible, para que nadie de los restantes miembros de la orden nos viera.

Intenté seguirle el ritmo a mis amigos, pero iba un poco más atrás. Draco estaba acompañándome. Se pegó más a mi, y tomó mi mano con delicadeza.

—Es inútil —dijo Hermione, resignada, mientras se sentaba en una de las escaleras del castillo—. No podemos ir al bosque prohibido. Voldemort solo nos matará... debemos... debemos matar a la serpiente y...

—Qué dices, Hermione —me puse delante, algo enojada—. No podemos abandonar a Harry.

Ella comenzó a sollozar.

—Tranquila —la consoló Ron.

—Miren quién está ahí. San Potter. —habló Draco, para la sopresa de todos. Era Harry, quién venía hacia nosotros.

—¡Harry! —se levantó de inmediato Hermione y le dio un pequeño abrazo.

—Creíamos que estabas en el bosque prohibido —comentó Ron.

—Es a dónde voy ahora —Harry dirigió la mirada hacia abajo.

—Estás loco —bufé molesta—. No dejaré que te entregues.

—Isa... —comenzó a hablar directamente hacia mi, mientras se me acercaba—. Lo siento mucho, en serio que sí... pero debo hacerlo. Sólo así podrán destruirlo por completo.

—¿A qué te refieres, Potter? —preguntó Draco, interponiéndose entre la distancia que tenía con Harry. Quedó prácticamente al medio de ambos.

Hermione y Ron también se apresurarnos a nosotros.

—Por una razón los escucho —dijo Harry—. A los Horrocruxes... yo... bueno yo... creo que siempre lo he sabido. Y ustedes también.