INEFABLE [Draco Malfoy]

Ocho

Entre los callejones había una habitación/bodega la cuál estaba completamente vacía, así que entré a Draco inconsciente (que por cierto pesaba un montón), y mientras esperaba que despertara hacía un poco de Aguamenti sobre un recipiente que había encontrado.

Aseguré el lugar con unos hechizos protectores y luego de unos minutos sentí como Draco se quejaba del dolor de cabeza.

—Toma —le entregué el agua—. Te hará sentir mejor.

Él me miró un poco dudoso, pero terminó aceptando.

Se terminó toda el Aguamenti en seguida, así que conjuré un poco más y lo aprecié lentamente mientras bebía.

¿Qué demonios hacía acá?

¿Cómo me había encontrado?

¿No estaba emparejado con esa tal Astoria?

Esperen, ¿estaba celosa?

¿Por eso le lancé el hechizo?

—¿Por qué me atascaste? —dijo de golpe, interrumpiendo mis pensamientos.

¿Por qué lo ataqué?

Supongo que... ¿se lo merecía?

Así es. Se lo merecía.

Se puso de novio con una tal Astoria al poco tiempo de haberme dicho que estaba enamorado de mi. Por supuesto que se lo merecía.

Además, ni siquiera se había intentado comunicar conmigo. Es decir, no éramos novios ni nada pero...

—¿Isa? —volvió a interrumpir mis pensamientos.

—No lo sé —Desvíe la mirada para no toparme directamente con sus ojos—. ¿Cómo me encontraste?

No, no. Él no estaba buscándome... ¿o si?

—Digo... —me corregí rápidamente—. ¿Qué haces aquí?

Intentó pararse de donde estaba pero rápidamente se quejó del dolor. Lo siento Draco, soy muy buena con los hechizos.

No sé porque aquella escena me produjo mucha ternura e hizo que una pequeña sonrisa saliera de mi rostro.

—Lo estás disfrutando ¿no? —Malfoy encarnó una ceja. Oh, como extrañaba eso.

—Un poco —fui sincera.

Draco sonrió levemente y eso, ese pequeño gesto, hizo que mi enojo se esfumara rápidamente.

—Supongo que lo merezco.

—Supongo que sí.

Él se intentó parar nuevamente y ésta vez lo consiguió.

Quería abrazarlo.

Quería realmente abrazarlo.

Debía hacerlo...

—Lo siento Isa, quería explicarte lo de Astoria yo mismo pero...

Y mi enojo volvió repentinamente.