Dieciocho •BONUS•

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Aclaración: Este cap es un Bonus cortito, ya que es prácticamente lo mismo que el anterior pero desde la versión de Draco.
Lxs amo♥️


Narra Draco Malfoy

Mi madre y mi padre estaban bastante nerviosos, podía notarlo. Él me sostenía levemente del cuello, y mi madre se encontraba al lado mío.

Bellatrix tenía a Harry y colagusano traía a Isa desde el calabozo.

Ella a penas me miró, simplemente posó su mirada en Bellatrix.

Mi padre se alejó de mí lentamente, agarró a Isa directamente del brazo, y la posicionó frente a Potter y Bellatrix. Lo que me puso bastante incómodo, ni siquiera tenía mi varita.

—¿Es Potter? ¿Es Harry Potter? —preguntó mi padre pero ella se quedó en silencio, lo que ocasionó que él apuntara su varita directo a la cabeza de Isa.

Me moví rápidamente para acercarme pero mi madre me detuvo.

—No hagas nada nada estupido, Draco—susurró a mis oídos.

—¿Y bien?  —volvió a insistir mi padre, sin dejar de apuntar su varita en Isa.

—¡Habla! —gritó Bellatrix.

—Pues... el rostro de Harry no luce así, que yo recuerde —ella sonrió un poco, casi de forma irónica.

Realmente extrañaba su sonrisa.

—¡Niña tonta! —chilló Bellatrix, alejandose de Potter y apartando a mi padre de ella—. ¡Veamos si piensas igual después de la maldición cruciatus!

—¡Bellatrix! —exclamé mientras intentaba zafarme de mi madre. Pero ella me retuve.

—Basta —volvió a susúrrame mi madre.

Bellatrix sonrío de oreja a oreja, mientras pronunciaba las palabras:

—¡Crucio!

Isa cayó al piso de inmediato, seguido de unos gritos de dolor.

No podía soportarlo.

No podía verla así.

—¡¿Estás loca!? —le grité a Bellatrix y por la fuerza de mi impacto pude zafarme de mi madre, pero mi padre intervino esta vez y no pude acercarme a Isa. Ambos me sujetaron.

—Detente ahora mismo Draco —ordenó mi padre—. No me obligues a encerrarte en el calabozo también.

—¡Lucius! —le reprochó mi madre.

—¡¿Qué es eso?! —habló Bellatrix mientras apuntaba una espada. La espada que Isa había guardado en su bolsillo con un encantamiento de extensión indetectable. 

Bellatrix se veía bastante enojada. Más que eso, furiosa.

—¡¿De dónde has sacado esta espada?! —gritó más fuerte, pero Isa no respondía. Seguía en el suelo por el crucio que le había lanzado Bellatrix.

—Colagusano, llévate a este al calabozo —le ordenó mientras apuntaba a Potter—. Vamos a tener una charla de chica a chica.

Sonrió de una forma sarcástica.

—Te lo advierto, Bellatrix. Si le... —intenté amenazarla pero ésta solo comenzó a reír como loca.

—¡Ella me robó! ¡Y ahora pagará por eso!

—¡Esto no tiene sentido! —le respondí—. ¡Ella no robó nada!

—Basta, Draco —me susurró mi madre para que me callara, pero la ignoré.

—¡Esa espada estaba guardada bajo llave en Gringotts! —chilló Bellatrix frente a mis narices—. ¡Snape la envió a mi bóveda de Gringotts!

Dicho eso, se acercó a Isabella que seguía en el piso, y cuando sacó su navaja para ponerla en su ante brazo, el cuerpo de me tensó por completo.

—¡No! —grité pero mi padre me sujeto con fuerza. No podía llegar a dónde estaba Bellatrix y tampoco tenía mi varita para hacer algo.

Los gritos de Isa cada vez eran más alarmantes, ni siquiera podía escuchar el interrogatorio de Bellatrix porque las marcas eran muy profundas.

—¿¡Qué más te robaste!? —le gritaba sin dejar de torturarla—. ¡Contesta! ¿¡Qué más se llevaron?!

Por más que Bellatrix le gritara, Isa no podía responder.

—¡Basta! —exclamé, abrumado y desesperado por la situación.

Con todas mis fuerzas logré zafarme de mi padre, a lo que me moví rápidamente para llegar hasta Isa pero mi padre actuó con más fuerza y de una abofeteada me lanzó al suelo.

Sentí de inmediato la sangre en mi rostro. Me había roto cerca del labio.

Mi madre, sorprendida por el acto solo se limitó a llevarse las manos a la cara. Avergonzada y asustada. Bellatrix por su parte, seguía gritándole a Isa que respondiera.

—Es suficiente, Draco —habló mi padre con mucha autoridad—. Harás lo que te ordenemos.

Intenté limpiar la sangre de mi cara, y enojado por la situación, iba a responderle a mi padre pero justo escuché su voz...

—Yo no robé nada —dijo Isa, sollozando.

Jamás la había visto así.
Tan indefensa.
Tan vulnerable.

—¡Mentirosa! ¡Eres una vergüenza a la sangre pura! ¡Una traidora! ¡Igual que el putrefacto de mi primo! —gritó Bellatrix.

En cual otro momento, Isa hubiera reaccionado muy enojada ante ese comentario. Sin embargo, solo la escuchaba llorar.

—Trae al duende —le ordenó a colagusano.

Isa quedó en el suelo, seguramente no tenía ni para pararse.

Quería ir a verla.
Quería pedirle perdón, por todo.
Quería sacarla de ahí.
Quería hacer algo.

Intenté moverme, algo adolorido por el golpe que me había dado mi padre, pero mi madre me volvió a detener.

—Basta, Draco —me suplicó—. No vale la pena.

—Te equivocas —la enfrenté—, vale toda la pena del mundo.

INEFABLE [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora