Veintitrés

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Narra Draco Malfoy

Después de lo sucedido en la mansión, mis padres decidieron que lo mejor para mí era volver a Hogwarts.

Errónea decisión. Lo mejor para mí, hubiera sido haber nacido en otra familia.

O también, hubiera preferido quedarme en cualquier otro lugar, poder contactar a Isa, poder saber cómo estaba...

Estaba en la sala común de Slytherin, junto a Pansy Parkinson y Blaise Zabini. Grabbe y Goyle seguían en el gran comedor comiendo.

—¿Es cierto que tus padres te comprometieron con Astoria Greengrass? —preguntó la chismosa de Parkinson.

—No.

—Pero ella le dijo a casi todos que...

—No —volví a repetir.

—Entonces, ¿El príncipe de Slytherin está soltero y disponible?

Su pregunta me puso un poco incómodo, y titubee un poco para responder:

—Eh... sí...

Técnicamente lo estaba.

—¿Y tú padre ya salió de Azkaban, Malfoy? —se unió Theordore Nott a nosotros.

—¿Y a ti, qué demonios te importa? —respondí secamente.

—Nada, la verdad —respondió sin importancia—. Supongo que ahora tienes más cosas en común con la chica Black... ambos padres estuvieron presos en Azkaban... aunque el tuyo está vivo todavía, claro.

Saqué mi varita y lo apunté directamente.

—Cierra la boca, Nott.

Él se quedó quieto, algo asustado. Pero no bajé mi varita.

—Ignóralo, Draco —habló Parkinson—. Hogwarts ha estado bastante aburrido sin ti.

—Hogwarts —bufé de mala gana mientras guardaba mi varita—. ¿Cómo pueden llamar a esto escuela?... me lanzaría de la torre de astronomía si tuviera que quedarme por otro año.

—¿A qué te refieres? —quiso saber ella.

—Que no pienso perder mi tiempo en la clase de encantamientos otro año —dije de mala gana.

La verdad me parecía una perdida de tiempo, considerando todo lo que estaba pasando.

Es estúpido y aburrido aprender encantamientos inservibles o sobre artículos y cosas muggles, cuando los hechizos de defensa y ataque, son los que realmente nos servirán.

Blaise soltó una pequeña carcajada.

—¿Te divierto, Blaise? —le pregunté y él solo quedó en silencio—. A ver quién ríe al final...

Me paré de golpe y me marché de la sala común.

Estaba enojado.

Más que enojado.

La ímpetu revoloteaba en todo mi ser, la rabia marcaba mis venas y el furor constante provenía de todo lo que me rodeaba, como si fuera imposible detener la irritabilidad que sentía al pensar en mi destino marcado y sellado. Porque sí, mi vida entera ya había sido definida y establecida por toda la situación actual, los mortifagos, mis padres, y el señor tenembroso. Pero, a pesar de eso, la completa oscuridad que transcendía en mí, el caos y la confusión; había solo la una persona capaz de airear la luz.

Isa.

Siempre había sido ella.

Pero era sumamente frustrante saber que había sido lastimada, en frente mío, y no había hecho nada por evitarlo. Siendo sincero, no me hubiera importado si le hubiera pasado algo a la sangre sucia Hermione, al traidor a la sangre Weasley, o incluso a San Potter el supuesto elegido. Pero, ¿a Isa? realmente no podía soportarlo...

A lo lejos, diviso al idiota de Neville Longbottom cerca de los baños que están justo fuera de la Torre de Gryffindor, caminando de forma muy sospechosa.

Espere... ¿Torre de Gryffindor?

¿Cómo llegué hasta acá? ¿Y por qué caminé en esta dirección?

—Andas de misterioso, ¿no, Draco? —dijo una voz atrás mío.

Pansy Parkinson.

—¿Me seguiste? —pregunté, molesto.

Ella me miró de forma "inocente", con una sonrisa fastidiosa.

Por supuesto que me había seguido, siempre había estado obsesionada conmigo.

—¿Qué hace Longbottom? —inquirió ella.

Se veía como si le hablara a algo... o alguien, dentro de los baños.

Pero no se podía divisar nada, estábamos a una distancia considerable.

—¿Ya te volviste loco, Longbottom? —exclamé de forma burlesca—. ¿O sólo hablas con tus únicos amigos, los fantasmas?

—Yo creo que ya enloqueció, como sus padres —me susurró Pansy y luego rio.

Neville Longbottom ya se veía bastante nervioso, pero no prestaba atención a nuestra presencia.

—Eh... yo —comenzó hablar, muy inquieto.

—T-t-tú.. t-tú...—imité las palabras de un tartamudo y Pansy explotó en risa. Pero Longbottom solo corrió a la sala común de Gryffindor.

—¡Qué cobarde! —exclamó Parkinson, pero la ignoré y me di media vuelta, para irme de esos sectores.

—No me sigas otra vez —le ordené.

Me alejé lo suficiente como para no volver a toparme con la fastidiosa de Parkinson, ni el idiota de Lonbottom, ni volver (inconscientemente, claro) a la torre de Gryffindor.

Iba de camino a la sala común de Slytherin, por lo que estaba pasando por las mazmorras. Quería estar solo, dejar de pensar en Isa y...

No podía ser...

Esa era... ¿Ella?

No. Era imposible ¿Qué demonios estaría haciendo en Hogwarts?

Me acerqué un poco más, ya que sólo le estaba viendo su espalda.

Ella bruscamente justo se da la vuelta y choca conmigo.

Sí. Definitivamente era ella.

Su expresión era de completa sorpresa.

Pero... ¿Qué hacía acá? ¿Cómo podía ser tan tonta para arriesgarse así?

Miró por encima de ella, para asegurarme de que no hubiera nadie y... diablos.

Los hermanos Carrow estaban en una de sus patrullas nocturnas, caminando justo hacía nosotros.

INEFABLE [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora