INEFABLE [Draco Malfoy]

Treintaidos FINAL p.2

Narra Isabella Black

El lugar estaba hecho un alboroto, mortifagos huyendo y otros atacando. Hermione y Ron fueron por la serpiente, Harry iba tras Voldemort. Neville se me había perdido de la vista, al igual que Draco.

Vi como George y Lee Jordan derribaban a un mortifago que se infiltraba en el ministerio de magia, su nombre era Yaxley, también vi como unos caían, atacados por Flitwick y como Hagrid lanzaba a otros desde un lado del castillo a otro.

No encontraba a Draco por ningún lado.

Divisé a Bellatrix, quién con una sonrisa malévola se apresuró hasta mi para lanzar un hechizo. Me puse firme para combatir yo sola, pero en cuestión de segundos, Ginny Weasley y Luna se unieron a mi y me ayudaron a pelear. Éramos las tres contra Bellatrix.
Luchábamos a fondo, pero ella igualaba nuestras fuerzas rápidamente.

Vi como Bellatrix pronunció las palabras del maleficios asesino, pero este solamente alcanzó a rozar a Ginny.

La señora Weasley corrió rápidamente al lugar, bastante furiosa.

—¡Con mi hija no, perra! —movió su varita de forma circular y Bellatrix voló por los aires, pero alcanzó amortiguar la caída.

—¡Chicas, váyanse de aquí! —nos ordenó la señora Weasley sin dejar de lanzar hechizos hacia otros mortifagos.

Salimos corriendo rápidamente pero el caos era de tan magnitud que perdí de vista inmediatamente a Ginny y a Luna. Lancé unos encantamientos e intentaba concentrarme pero solo escuchaba su voz. Bellatrix me estaba buscando. Quería provocarme.

—¿Qué pensará Potter cuándo te haya matado? —la escuché decir—. Primero el odioso de mi primo y ahora mi sobrini...

—¡Basta! —grité mientras lanzaba un hechizo al aire.

—¡Que desperdició de sangre pura!

Intenté lazarle un encantamiento pero la esquivó.

—¡Eres débil! ¡Igual que él!

—¡Cruccio! —exclamé, pero no le hizo mayor daño.

—¡Pobrecita! ¡Cree que me puede vencer! ¡Eres igual a él, qué ingenua!

Ella empezó a reír vorazmente y se posicionó justo en frente de mi. Movió su varita determinadamente y antes de que pudiera reaccionar, vi como una luz de protego atravesó el encantamiento de Bellatrix. Alguien había lanzado un hechizo justo detrás de mí, para ayudarme.

Inmediatamente me giré y no podía creerlo. Era Narcissa Malfoy.

¿Pero qué?

—Estás un poco mayor para combatir con jovencitas, ¿no crees Bellatrix? —dijo la madre de Draco mientras me hacía a un lado para pelear a duelo con Bellatrix.

—El señor oscuro no te perdonará esto, Narcissa. Vivirás junto a tú familia en la miseria, por el resto de tú asquerosa vida —le respondió Bellatrix.

Ambas agitaron sus varitas dejando salir chorros de luces potentes, y alrededor de ambas brujas el piso se recalentó y empezó a quebrarse.

El lugar era un desastre.
Puede que haya sido efecto de los encantamientos que había recibido o la sugestión de que podía morir en cualquier momento pero juro qué; escuché su voz.

Era como si Sirius estuviera ahí, hablándome.

No era una conversación convencional, ni tampoco podía entender con mucha claridad, pero sabía que era su voz.