One Shots Bughead

Tu sangre pt2

J: B-Betty?

Jughead sintió como se le partía el corazón al ver a la rubia negar con la cabeza y soltar lágrimas, mientras intentaba zafarse del agarre del guardia

T: Ella es...

J: Sí, es ella

Los gritos de Betty se intensificaron al sentir como era atada a las tablas en el piso, el pelinegro se acercó rápidamente ahí para intentar hacer que la soltaran, cosa que parecía en vano, la fuerza del guardia era inmensa

J: Tiene que soltarla!! conozco a esta chica

X: No importa, en cien años ni siquiera recordarás su nombre

J: SUELTÉLA AHORA MISMO!!

Jughead sintió como su sangre comenzaba a hervir, y como comenzaba a apretar sus puños, mientras unos grandes colmillos empezaron a asomarse por su boca. Giró su rostro para ver a la ojiverde y la pude ver llorando y con una expresión de miedo y confusión a la vez

X: O qué vas a hacer? Este instituto durará años, no importa sí es ahora o en seis años, en algún momento llegarán a a ésta chica y tomarán de su sangre, después de todo, es para lo único que sirven los humanos, son comida, ni siquiera son inmortales, no tienen una función más. Además, dicen que la sangre de las personas rubias es deliciosa

El guardia comenzó a acariciar el rostro de Betty mientras ella intentaba alejarse, pero le era imposible al estar atada de piernas y brazos

J: DEJE DE TOCARLA!!

De alguna manera Jughead aventó al guardia haciéndolo elevarse en el aire y caer sobre la mesa del ponche. Antes de que éste se acercara a él, tomó a la rubia y salió corriendo de ahí con ella para dirigirse al Blanco y Negro  y cerrar la puerta con seguro. Comenzó a desatar sus piernas y brazos 

J: Estás bien?

Betty no emitía una sola palabra, solo lo miraba paralizada y con lágrimas aún cayendo por sus ojos, luego de unos segundos se aventó a los brazos de Jughead, quien inmediatamente le correspondió el abrazo mientras ella seguía llorando en su pecho y el acariciaba su cabello

J: Ésta bien pequeña, ya pasó, no dejaré que te hagan daño

Ella se separó para mirarlo a los ojos y hablar

B: Qué eres?

El ojiazul notó como la voz de la rubia temblaba y su mirada reflejaba miedo ante la respuesta

J: Creo que eso ya lo sabes, no me hagas decirlo

B: P-pero, porque no me lo dijiste?

J: No lo tengo permitido. Perdón Betty, debo preguntar. Qué perfume estás usando?

B: Qué?

J: Sí, es que... huele demasiado bien

Éste acercó su rostro al cuello de la rubia e inhalo su aroma, al alejarse, Betty vio cómo sus pupilas se notaban dilatadas, y una sonrisa se deslizaba por su rostro

B: No llevo perfume, Jug, estás bien?

J: De maravilla

El pelinegro comenzó a acercarse a la ojiverde para acariciar su rostro

J: Tu sangre es única rubia

B: Y porqué no la tomas?

J: No soy capaz de herirte

Éste dio un paso atrás para tomarla de la muñeca y jalarla

J: Ven, vamos a sacarte de aquí

B: Cómo?