Sol y Luna (SUPERCORP)

Hallazgo

—Hola, Kara. ¿Todo bien?

—Hola, sí todos aquí son muy amables.

—Lo son. —contestó Kieran. —necesito que organices una junta con todos los socios. —Kara tomo los papeles que Kieran le daba. —ahí están sus números, que sea lo más pronto posible.

—Claro.

—¿Puedes comentarle a Lena o lo hago yo?

—Yo lo haré. —Kieran asintió. —¿Estás bien? —la morena asintió y volvió a su oficina, Kara conocía a Kieran y sabía que eso no era cierto, el rostro de la morena se notaba cansado, parecía que no había dormido en días, la rubia sacudió la cabeza apartando cualquier pensamiento, ya averiguaría qué le pasaba, miro hacia la oficina de Lena y suspiro. —aquí vamos.

—Adelante. —Kara suspiro y entro.

—Hola. —Lena levantó la mirada algo asombrada. —Kieran hará una junta, quiere saber si estás disponible, para mañana si es posible.

—Entonces es cierto. —comentó Lena recargándose en su silla. —ahora trabajas para ella.

—Sí, su secretaria está de vacaciones y yo...

—No tienes que darme explicaciones. —interrumpió Lena con seriedad. —dile a Kieran que ahí estaré. —Kara asintió dando la vuelta.

—¿Sabes algo de Sam, el detective que contrataste ha encontrado algo? —Lena arqueo la ceja. —Sam me importa.

—Parece que tiene algo, vendrá esta tarde.

—¿Podrías mantenerme informada? —la seriedad de Lena ponía muy nerviosa a Kara. —por favor.

—Bien. —contestó regresando su atención a los documentos en su escritorio. Kara suspiro y salió.

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—Cálmate y dime. ¿De que estás hablando?

—Él me destrozó la vida.

—Kieran. ¿De qué hablas? Estás muy nerviosa. ¿Tomaste?

—¡Recordé todo Andy! —gritó Kieran arrojando las cosas que estaban en su escritorio.

—¿Siguen las pesadillas? —Andrea nunca había visto a Kieran en ese estado, en cuanto la morena se dejó caer Andrea se arrodilló a su lado y la abrazó. —cálmate, ven hablemos. —Andrea ayudó a que Kieran se pusiera de pie y la llevo hasta el sofá, sirvió un poco de agua y lo dejo en sus manos.

—Él pagará por todo lo que ha hecho.

—Lo siento pero no entiendo nada.

—No importa, él pagará.

—Permíteme ir contigo.

—No, necesito que te quedes aquí, quiero que él me diga a la cara todo lo que hizo.

—¿No le dirás a Lena que él fue quien falsificó su firma?

—Después de hablar con él, hablaré con ella.

—Bien, pero no puedes ir en ese estado.

—Estoy bien. —contestó Kieran poniéndose de pie, tomó su bolso y salió de la oficina.

—¡Estúpido! —exclamó Andrea, con prisa tomó el teléfono del escritorio. —¡Contesta, maldita sea! —Andrea colgó y salió de la oficina.

Kieran condujo hasta la casa de Adam, tenía prisa y prueba de ello fue un par de semáforos que se pasó, en el camino las imágenes venían una tras otra como una enorme avalancha. ¿Cuando olvidó todo? ¿En que momento dejó que pasara? Esas eran algunas de las preguntas que se hacía.

Al llegar a la casa era como si de pronto la prisa que tenía se hubiera esfumado, se estacionó y se mantuvo en el auto contemplando la casa, un recuerdo llegó a su mente.

-Hola pequeña. ¿Qué haces?

-Hola tío, termino un par de trabajos.

-Eres una chica muy trabajadora.

-Me esfuerzo para ser toda una Luthor.

-Lo sé Kieran, lo sé. —Adam sonrió tomando la mano de Kieran. -tú quieres a tu tío. ¿Cierto?

-Claro, algún día quiero ser como tú.

-Bien y tú quieres que tío sea feliz. ¿Cierto? —Kieran asintió sonriendo.

Un golpe en la ventana del auto saco a Kieran de sus pensamientos. Sacudió la cabeza y apretó con fuerza el volante al ver a Adam sonriéndole.

—¿Qué haces aquí? —Kieran bajo la ventana.

—Tenía que hablar contigo.

—Estoy todo sudado, pasa me daré una ducha rápida. —Kieran observo al hombre y suspiro. Bajo de su auto y camino al lado de Adam. —¿Está todo bien?

—Aún no lo sé. —contestó Kieran antes de entrar a la casa.

—Espera en la sala, ya bajo. —Kieran asintió, camino por la casa, recuerdos de ella y Lena viviendo ahí venían a su mente.

-¿Qué pasa, Lena?

-Yo... qui... quiero irme.

-¿De qué hablas?

-No... yo... no quiero vivir aquí.

-Este es nuestro hogar ahora. —Lena sollozo abrazándose así misma. -ven, veamos una película. —dijo Kieran abrazando a su hermana. -te acostumbrarás.

Kieran cerró los ojos dejando caer algunas lágrimas que ni ella había notado retenía.

—Ahora entiendo todo. —susurro viendo hacia las escaleras, el lugar donde años atrás había encontrado a Lena llorando. —un ruido llamó su atención. Kieran lo siguió llegando hasta el sótano. Abrió la puerta y bajo. —¿Samantha? —Kieran se llevo las manos a la boca al ver a Samantha atada de pies y manos, en la boca tenía una mordaza.

—¡No debiste bajar aquí! —fue lo último que escuchó Kieran antes de que un golpe la dejara inconsciente. —shhh, shhh. —susurró Adam sonriéndole a Samantha, quien lo veía con odio.