¿Quien sabe cual es la decisión correcta? La vida esta llena de errores y Kara tendrá que cometer algunos para encontrar nuevamente su camino. Ella deberá descubrir que es amor y que es pasión, deberá tomar una decisión o puede perder al amor...
—Cielo, no quería despertarte. —Kara sonrió y abrazo a Lena por la espalda.
—Me a despertado el no sentirte a mi lado. —susurro Kara dejando un beso en el cuello de Lena.
—Mañana es el gran día. —Kara sonrió.
—Mañana por fin serás mi esposa.
—Si no hay nadie que lo impida, así será. —Kara giro a Lena y la miro con curiosidad.
—Él ya no puede hacerte daño. —susurro la rubia acariciando la mejilla de Lena. —sé que no ha sido fácil para ti, pero intenta dejar todo eso atrás, piensa en nosotras, en lo mucho que te amo. —Lena abrazo a Kara con fuerza.
—Te amo tanto. —susurro Lena acariciando la espalda de Kara. —me da terror pensar que te puedo perder.
—¡Ey! —Kara tomo el rostro de Lena entre sus manos. —no me perderás, te daré lata por mucho tiempo.
—Amo que me des lata.
—¡Oye! —Lena soltó una pequeña risa y entre besos y caricias entraron a la habitación.
En una sencilla ceremonia, con las personas más cercanas y las promesas de amor más sinceras, Lena y Kara se unieron para ser una sola, ahora Kara era la esposa de Lena Luthor y nada ni nadie podía alejarlas, Lena era la mujer más feliz, por fin la rubia se había convertido en su esposa. Un sueño que si bien años atrás lo veía imposible, en ese momento, bailando con la rubia le mostraba lo equivocada que estaba. Los sueños se podían cumplir.
—Mi esposa. —susurro Lena sonriendo, una sonrisa que irradiaba felicidad.
—Para siempre. —dijo Kara uniendo sus labios a los de la morena.
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Años después.
—¡Calma Kara, Lena viene para acá!
—¡Ah, no me pidas que me calme! —grito la rubia sujetando la mano de Alex. —¡Estoy apunto de tener un hijo! —Alex aguantaba como podía la presión en su mano, nunca imagino que su hermana tuviera tantas fuerza. —¡Demonios como duele!
—Respira, respira. -Alex le mostraba a Kara como hacerlo, pero la rubia no se lo ponía fácil.
—¡Mierda!
—Estoy aquí. —en cuanto Lena se acerco, Kara soltó la mano de su hermana para tomar la de la morena. —calma, cielo, respira. —Lena acariciaba la espalda de Kara intentando aminorar el dolor, sabia que no era mucho, pero de algo debía servir. —así, cielo, así. —susurro Lena acariciando el rostro de Kara.
—Seremos mamás. —susurro la rubia respirando acompasadamente.
—Lo seremos, solo un poco más, cariño. susurro Lena dejando un beso en la frente de Kara.
Después de una ardua labor, gritos de dolor y lagrimas de felicidad, Kara por fin descansaba, mientras que Lena no podía dejar de admirar a aquellas hermosas bebés que tenia entre sus brazos. Lo cual por supuesto había sido una sorpresa, ellas solo esperaban a un bebé, pero claro, no les importo, eran doblemente felices.
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