Rota.

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Unas semanas más tarde de lo sucedido entre Alex y Kieran, las cosas entre Kara y su hermana estaban algo tensas, aquel día la rubia habló con ella, le pidió que la dejara manejar la situación como ella pensaba que era mejor, Alex se negó, le dijo que no aguantaría más que ella siguiera humillándose con alguien como Kieran, le hablo de la conversación que tuvo con ella y de lo manipuladora que era, Kara no quería creer que la mujer que amaba pensara en ella como alguien tan manipulable, pero tampoco podía ni quería creer que su hermana le mentía. Por ello Kara simplemente se alejó un poco de todo, se sumergió en el trabajo y decidió no pensar en que era cierto y que no. Kieran no paraba de buscarla, le mandaba todo tipo de regalos, joyas, flores, le pedía salir para hablar, pero la rubia simplemente le pedía tiempo.

Pero era cierto que Kara no podía negarse por mucho tiempo, ella amaba con locura a Kieran y la extrañaba, así que después de tantas insistencias de la morena, accedió hablar con ella. Lo que Kieran celebro, ella conocía a la rubia, sabía que no aguantaría más sin ella.

—¡Dios, te extrañe tanto! —exclamó Kara disfrutando de los besos que Kieran dejaba por su cuello.

—Y yo a ti mi amor. —susurró la morena deshaciéndose de la última prenda que acompañaba a Kara. Era tan fácil para ella convencer a la rubia, simplemente tuvo que llorarle un poco y la rubia volvió a sus brazos. —eres mía. —dijo Kieran aumentando sus movimientos.

Después de una pasional reconciliación, las dos ya hacían recostadas en la cama de la morena. Kieran no podía negar que también había extrañado a Kara, podía estar con muchas mujeres, pero con la rubia siempre era diferente.

—Solo necesito hablar con Alex.

—Ella no aceptará que estés nuevamente conmigo.

—Ella solo quiere mi felicidad y tú eres mi felicidad. —susurró la rubia recostada en el pecho de Kieran, con su mano jugaba en la piel desnuda de su novia.

—Bien, si necesitas que hable con ella, lo haré.

—Gracias amor, pero yo lo manejaré. —Kieran asintió.

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—Hola, Kara.

—¡Lena, que sorpresa! —exclamó la rubia.

—Espero que una agradable.

—Siempre. ¿Qué te trae por aquí?

—Bueno, vine a invitarte. —Lena le dio un sobre a Kara, la rubia leyó con atención.

—Un año más.

—Así es, este sería el aniversario 60 del legado que formaron mis padres. —Kara sonrió y abrazó a Lena, quién con cariño recibió el abrazo.

—Ustedes han sabido llevar esa empresa, además de lograr expandirse más, desde dónde quiera que las vean ellos deben estar orgullosos. —Lena sonrió.

—Gracias. Pues te veo ahí. —Kara hizo una mueca que no pasó desapercibida por la morena. —¿Qué?

—Nada, ahí nos veremos. —decidió no decirle que Kieran ya la había invitado.

—Sé que las cosas con mi hermana no...

—Tranquila, hace unos días que arreglamos todo. —la sonrisa de Kara era radiante.

—¡Oh! —Lena no iba a negar que aquello la entristeció. —entonces nos vemos luego.

—Claro.

—¡Genial! —la morena se despidió con un abrazo y salió del lugar. Kara tomo su celular y marco el número de Kieran, no hubo respuesta.

—Ross. —Kara llamo a su secretaria.

Sol y Luna (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora