—¿Estás bien, Fukunaga-chan? —preguntó Yaku-senpai, al momento de que aquel gigante se volvía a reunir con los chicos de primero—. ¿________-chan?
—Sí, lo siento —me disculpé rápidamente con el libero—. Estoy bien, Yaku-senpai.El tal chico Lev regresó con el resto de los de primero, quienes estaban haciendo las pruebas para entrar al club de voleibol. Casi ni pude reaccionar después de ese tiro perdido. Volví al lado de Nekomata-sensei quien mantenía su mirada sobre las jugadas de los jugadores oficiales. Al terminar el entrenamiento, habían entrado al menos cinco chicos de primero, incluidos Shibayama-kun y ese chico Lev.
Esperé a que mi hermano se terminase de cambiar, antes de ir a casa, Nekomata-sensei me entregó el uniforme oficial del equipo de voleibol. Diciendo que cuando estuviese lista, podía ir al entrenamiento para comenzar mis deberes oficiales como la mánager del Nekoma. Miré la chaqueta con cierta incertidumbre creciendo dentro mío, no sentía que fuera mi lugar. Quizás solo estorbaría con mi fobia, además la mayoría de los chicos, incluyendo algunos de primero, todos medían más de 1,70 metros. No quería dejar a mi hermano mal parado.Guardé el uniforme en mi maletín lo más rápido posible y mi hermano salió por fin del vestuario. Ya estaba oscuro afuera, así que fuimos con cuidado hacia la estación de autobús, ya que nuestros padres no querían que volviese caminando a casa. Una tontería considerando que no estaría sola, sino que volvería con un chico quien con una mirada aterradora, alejaría a cualquiera que intentase acercarse a mí.
Ya en casa, mi hermano se encargaría de preparar la cena. Yo solo me quede mirando por la ventana de la sala, pensativa sobre lo que haría próximamente.—¿Cómo enfrentaré mi fobia, si apenas logro mantenerme consciente? —pregunté en voz alta, sin darme cuenta—. Soy una rara, jamás lograre superar esta estúpida fobia.
—No digas eso ________ —me alentó mi hermano desde la cocina—, ve a tu propio ritmo. La gente no se apura solo en carreras, hasta que se pegan contra una valla y se caen.
—Si ese era un intento de chiste, era muy malo —comenté—. Pero agradezco tu esfuerzo por animarme.
—¿Para qué están los hermanos? –dejó las cacerolas un momento y me dio un abrazo—. Ve a cambiarte y baja a cenar, mamá y papá se quedarán hasta tarde en el trabajo.
—Dame una noticia nueva, nii-san —dije al subir las escaleras—. Si fuera por ellos, la oficina sería un hijo más.
—Maldición —dijo él, soltando pequeñas risitas—, tengo que usarte a ti como referencia para mi repertorio.Nuestros padres vivían trabajando seis días a la semana, se iban muy temprano en la mañana y volvían a altas horas de la noche. Sus días libres, apenas los veíamos, ya que siempre organizaban un plan para ellos pasar el rato. A nosotros no nos molestaba, hace algunos años pensaba que nosotros éramos nadie para ellos.
Subí y baje ya con la piyama puesta. La verdad no estaba de humor, para tener una charla interminable sobre el primer día de preparatoria.
La cena fue normal, mi hermano me comentaba sobre los novatos de primero y su opinión sobre sus habilidades. Cuando nombro a Shibayama-kun, dijo que ya habían considerado sus habilidades como líbero. Yo estaba feliz por él.—Por cierto, ese chico... ¿Cómo era su nombre? —soltó mi hermano de repente—. Ah sí, Haiba Lev. Me pidió disculpas por lo que pasó esta mañana contigo, cuando iban a la ceremonia de apertura —yo solo me quedé mirando a otro lado, menos a los ojos de mi hermano—. ¿Lo conoces de algún lado?
—¡No! Solo que él fue quien, accidentalmente, me tiró por las escaleras —dije nerviosa.
—¿Por qué no se disculpó contigo? —preguntó curioso Shōhei.
—¿Y me lo preguntas a mí? —pregunté con algo de molestia ya—. Por ahí, Shibayama-kun se dio cuenta de mi fobia, sin siquiera contarle concretamente y le comentó que eras mi hermano. ¡Qué sé yo!Me fui a la cama bastante nerviosa, pero la pregunta de mi hermano no era tonta. Si ese tal Lev, había chocado conmigo en las escaleras, ¿por qué se disculpó con Shōhei en vez de disculparse conmigo? Mi mente no paraba de maquinar distintas hipótesis.
Recordé que en clases me estaba por quedar sin hojas en mi carpeta, entonces saqué algunas hojas que tenía en mi escritorio para reponer en mi carpeta. Entonces, varias cosas de mi maletín quedaron desparramadas por el piso. Mientras recogía y volvía a poner en su lugar libros, anotadores, útiles y más; había una carta dirigida hacia mí, entre algunos libros."Saludos, Fukunaga-chan:
Entiendo que encuentres esto demasiado extraño, ya que apenas terminamos nuestro primer día de clases. Quería agradecerte personalmente, por tomarte la molestia de hablar con tu hermano sobre el club de voleibol.
Sé que no es fácil acércate a ciertas personas y lo entiendo. Si quieres, ven con Shibayama-kun para que tengas más confianza. Te veo en la terraza de la escuela en el primer receso.Atte. I.S".
La mañana siguiente, no paraba de preguntarme si tenía algún acosador dentro de la escuela, pero que me tenía en la mira desde antes. En la carta lo dejaba en claro, era extraño dejar una nota en mi maletín después del primer día de clases. Peor fue intentar convencer a Shibayama-kun de acompañarme a ese raro encuentro.
Comenzó a negarse rotundamente, aconsejándome de que le presentara esa nota al profesor a cargo de la clase. Pero eso sería ir a un extremo que, quizás, resultase innecesario si íbamos al lugar y hora acordada.Sonó la campana del primer receso, ambos nos dimos una mirada de miedo total. Lo habíamos acordado, ya era tarde para acobardarse. Fuimos hasta las escaleras y subimos hasta el último piso con las piernas temblándonos.
Lo único que nos separaba era una puerta. Dudosa, puse mi mano en el picaporte y abrí la puerta de golpe. Del otro lado, había un chico alto (1,85 mtrs.), castaño, con los pelos parados hacia arriba, ojos marrones y piel blanca. A mis espaldas, escuché a Yuki quejarse a los cuatro vientos.—Demonios, Inuoka. Podrías haberme mandado un texto o algo —ataco mi amigo al chico frente a nosotros.
—Perdona, Shiba-kun —se disculpó aquel chico—. Me olvidé de avisarte.
—¡Alto! ¡Tiempo fuera! ¿Ustedes dos se conocen? —pregunté algo estupefacta ante la interacción de aquellos dos.
—Es el amigo del que te comenté ayer —por fin, Shibayama-kun me aclaró la cabeza—, te juro que no sabia nada respecto a esto.
—Hola, soy el chico de la carta. Me llamo Inuoka Sō, de 1-3. Es un placer conocerte —hizo una reverencia como saludo.
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Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)
FanfictionFukunaga _________ es una chica de 15 años, una estudiante de primer año en la preparatoria Nekoma en Tokio. Es una chica de estatura promedio (1,65 mtrs.), pelo oscuro y largo, ojos marrones y piel blanca. Cualquiera que la viera, pensaría que es u...