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PROV. OMNISCENTE:

—¿Alguien ha visto a mi hermana? —preguntó Fukunaga, paseándose por los pasillos en donde se encontraban las aulas de segundo—. No la he visto desde que empezó la hora del almuerzo, Inuoka-kun vino a preguntarme si estaba conmigo.
—No la hemos visto —respondió Kenma, con la vista en su consola portátil.
—Tú casi nunca levantas la vista de algún aparato electrónico —lo reprendió Yamamoto, aunque su amigo no le prestó mucha atención—, tampoco la vi Fukunaga. También Shibayama-kun vino a preguntarme con respecto a eso, le dije que no tenía la menor idea.
—Ah, senpai —el más alto del equipo llegó corriendo al encuentro de los de segundo—. ¿De casualidad alguno de ustedes...?
—Nadie sabe de Fukunaga-chan, Lev —respondió Kenma ante la pregunta obvia del peligris.
—Ah, ya veo —dijo Haiba, con cierta desilusión en su voz—. Es que habíamos acordado vernos en la biblioteca para estudiar, pero llevo esperándola más de una hora y no aparece.
—Que extraño, ella no es de llegar tarde a ningún lugar —comentó Yamamoto-senpai—. De hecho, es muy estricta con lo que significa ser puntual.

En algún lugar de la preparatoria Nekoma, los estudiantes del club de técnicas audiovisuales estaban a punto de tener su reunión estratégica sobre como afrontar las actividades después de las vacaciones de verano. Antes de poner la llave en la cerradura de la puerta de su espacio, notaron que había papeles desparramados por el piso que se deslizaba de debajo de la puerta. El encargado del club pidió que alguien fuera a buscar a algún profesor por si acaso.
Cuando el líder del grupo abrió la puerta, la escena petrificó a todos los presentes. En el piso había un rastro pequeño de gotas de sangre que guiaban a una chica tirada en el suelo, inconsciente. Uno de los chicos del club la identificó como la mánager del equipo masculino de voleibol. Antes de que pudieran hacer algo, Naoi-sensei se presentó en la puerta del aula y pidió que nadie se moviese del lugar hasta que él diese la orden.

—Si cualquiera de ustedes está en tercero, quiero que busquen a Kuroo-kun y a Fukunaga-kun de segundo año —fueron las únicas órdenes que dio el entrenador del Nekoma, antes de salir cargando a la chica hacia la enfermería—. Que solo salgan tres a buscarlos, díganles que los veré en la enfermería.
—Sí señor.

Dos chicos de segundo y uno de tercero salieron corriendo tras las órdenes del entrenador, mientras el resto se puso a ordenar y limpiar el espacio que usarían. El hombre llegó a la enfermería justo antes de que la enfermera se fuera a casa, llamando su atención le pidió que atendiera a la chica inconsciente que tenía en brazos.
Volviendo a donde antes se vieron los tres miembros de segundo y Haiba Lev, ahora se les había sumado Inuoka-kun quien junto con su compañero de clases aceptaron el reto de su senpai al cargar los dos con Kenma-san. Se suponía que tenían que dejar colgando al armador en el aire por unos cinco minutos, pero el reto se vio interrumpido cuando un chico de segundo del club de técnicas audiovisuales entró jadeando al aula donde se encontraban.

—Fukunaga... Hay un... Profesor... —el estudiante de segundo se recostó en el marco de la puerta—. Que quiere verte... En la... Enfermería.
—¿Un profesor? —preguntó el azabache mirando a sus compañeros de club—. ¿Exactamente para qué?
—Este... Mejor ve... A la enfermería y entenderás todo —el chico que recién había llegado, corrió asustado de nuevo hacia el salón del club.
—Bien, chicos los veo mañana —saludó Fukunaga a quienes todavía seguían ahí.

En el camino hacia la enfermería, se encontró a Kuroo-san quien también se dirigía hacia la enfermería. Curiosamente, entre ambos comenzaron a preguntarse el motivo por el cual alguien los hubiese llamado para ir la enfermería. Llegaron a la puerta y se encontraron con Naoi-sensei, quien tenía una cara demasiado seria y preocupante a la vez, al costado de la puerta que daba a la enfermería en el pasillo de la preparatoria.
Los estudiantes le reclamaban recibir algún tipo de respuesta por parte del adulto, pero hasta el momento no estaban teniendo mucho éxito (sobre todo debido a que Kuroo-kun parecía gritarle más que preguntarle calmadamente). Todo se volvió más silencioso, en cuanto la enfermera asomó la cabeza por la puerta de la habitación.

—¿Como está? —preguntó Naoi-sensei, dándole la espalda unos segundos a los miembros del equipo de voleibol.
—Por ahora está bien, lo que vi fueron heridas superficiales —respondió—, de todas formas, recomendaría que viera un especialista.
—Se lo agradezco mucho —dijo el entrenador, mientras hacía una reverencia— y lamento haberla detenido cuando había terminado su turno.
—Está bien, me alegro que lo haya hecho —la enfermera se mostró nerviosa ante la acción del hombre—. Fukunaga-kun, pasa por favor.
—¿Alguien es capaz de explicarnos qué dominios pasa? —preguntó Kuroo-san perdiendo la paciencia. Ambos adultos se miraron y se hicieron a un lado.
—Encontraron a ________-chan inconsciente y toda golpeada en el laboratorio de técnicas audiovisuales —ambos chicos quedaron impactados ante la noticia—, hasta ahora no sabemos quién o cómo lograron hacerlo. Tengo a los chicos del club retenidos en la habitación para interrogarlos.
—Lo acompaño sensei —dijo Kuroo-san—, yo mismo quisiera hacerles algunas preguntas a los chicos de técnicas audiovisuales —volteó a ver a Fukunaga y le dio un pequeño empujón—. Ve y quédate con ella.
—Gracias senpai.

Dentro de la habitación de la enfermería, Fukunaga se encontró a su hermana sentada sobre la camilla mirando hacia la ventana. Al oír que alguien se acercaba, se volteó con una expresión de terror plasmada en el rostro que ambos hermanos parecían estar en una escena de violencia en una película. El mayor, al notar el miedo en la cara de su hermana, decidió que sería mejor no acercarse más; pero por otro lado, la menor solo suavizó un poco su cara y ocultó su cabeza en sus rodillas, las cuales las llevó hasta su pecho.
  A Shōhei le dolía ver como su hermanita sufría, aún que presentía que sería un retroceso abrupto en el progreso que había logrado __________ para superar sus miedos. Unos minutos después, Kuroo-san entró para saber la situación de la menor de los Fukunaga, sin embargo el mayor le pidió hablar fuera de la enfermería. Según su percepción, su hermana podría escuchar la charla y sentirse más frustada de lo que debería de estarse sintiendo en estos momentos.

—¿Cómo está? —preguntó el capitán del equipo, mientras que Shōhei negaba con la cabeza—. No pudiste conversar con ella.
—Intenté acercarme y tenía miedo de mí, Kuroo-san —respondió con cierto dolor su contrario—. Hace años que no pasaba esto, debe sentirse frustrada por no decirme quién fue el que le hizo esto.
—Tengo una pista —dijo Kuroo-kun, recibiendo toda la atención de Fukunaga-kun—. Por lo que cuentan los del club de técnicas audiovisuales, una de sus miembros de primero tenía que dejar unos documentos. Fueron durante el horario del almuerzo, pero la chica dijo que se sentía mal y que no iría al club hoy. Me dijeron que su nombre es Naoyasu Sayu, ¿te suena de algún lugar?
—No, para nada —negó Fukunaga—. Pero hace sentido. Desde el almuerzo que no veo a mi hermana y Shibayama-kun tampoco la vio en las clases de la tarde.
—Mañana los profesores la interrogaran, que _________-chan tome un descanso del club. Al menos, hasta que se sienta más segura.

Fukunaga-kun tuvo que llamar a sus padres para que vinieran a recogerlos, ya que _________-chan no quería salir de la escuela con su hermano. Por otro lado, la chica sintió que todos sus esfuerzos se había ido por el caño. A este punto, no sabía que hacer con respecto a volver a tener la conexión tan cercana tanto con su hermano como con la mayoría de los chicos del equipo.

Mi rascacielos humano  (Lev Haiba x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora