😺 Extra #4

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   —Hola, lamento molestarlo doctor Itō —dije en cuanto escuché que alguien respondió el teléfono—. ¿Está en el hospital?
   —Todavía no terminó mi turno, pero dentro de unos minutos...
   —Necesito que se quede más tiempo... ¡Ahhh! —la contracción habló por mi—. Rompí fuente y siento que estoy de parto.
   —Muy bien, mantente lo más tranquila posible —me aconsejó el médico, mientras hacía los ejercicios de respiración—. Pediré que una ambulancia vaya a recogerte ahora mismo.
   —Se lo agradezco mucho doctor y, de verdad, lamento hacerlo quedarse más tiempo —colgué la llamada, ahora precisaba de hablar con Lev. Estaba a punto de marcarle cuando él me llamó, vaya intuición—. Lev, escucha. Necesito que...
   —Yo también te extraño amor, pero suenas demasiado nerviosa —de todas las llamadas que realizamos en estas semanas, ¿en está era en la qué más tranquilo se mostraba?—. Terminé la sesión, me dicen que podré regresar en tres días.
   —Lev, necesito que regreses ahora —me aguanté las ganas de protestar por la contracción, tuve que alejar el teléfono un poco para calmarme—. Necesitamos que regreses ya.
   —___________, estás rara. Normalmente me dirías que me preocupo de más, pero parece como si los roles se invirtieran...
   —Rompí fuente —hubo un pequeño silencio, que me hizo dudar de si la comunicación se cayó o no llegó a escucharme—. ¿Lev? ¿Sigues ahí?
   —¿Cómo que rompiste fuente? —preguntó sin comprender—. Apenas repararon las tuberías hace tres semanas.
   —¡El bebé Lev! —exploté ante la desesperación de que no entendiera lo que quería decirle—. Estoy en trabajo de parto, te necesito aquí.
   —¡¡¡¿AHORA?!!! —preguntó sorprendido—. Intentaré tomar el primer tren a Tokio, aguanta hasta que llegue.
   —Haré todo lo posible —y colgué la llamada.

  En cuanto rompí bolsa hace menos de veinte minutos, los dos hombres que estaban conmigo no sabían como demonios proceder a esta situación. Las contracciones cada vez eran más dolorosas e insoportables, por suerte, Yuki-kun había reaccionado de inmediato y fue en busca del bolso para el hospital, que estaba en la habitación del bebé. Tuve la oportunidad de llamar al médico, en cuanto sentí que las contracciones se calmaron un poco, el problema era la distancia de 15-10 minutos entre una y otra.
  La ambulancia llegó a los pocos minutos en que colgué la llamada, me cargaron en la camilla y les rogué a los paramédicos que dejaran que ambos hombres me acompañaran en la ambulancia. Yuki-kun se encargó de contactar a Shōhei y al resto de los ex-miembros del Nekoma, mientras que Inouka-kun tenía la tarea complicada de prestarme su mano para desviar el dolor hacia otra parte fuera de mi cuerpo. Supongo que Lev debe sentirse más nervioso desde Tochigi, posiblemente pensando que no llegaría a tiempo para cunado estuviese dando a luz a nuestro hijo.

  Ya en el hospital, que casualmente era en donde realizaba mis pasantías, mis compañeros de trabajo prepararon una habitación para mi llegada. En el ínterin, Inuoka-kun y Yuki-kun intentaban contactarse con Shōhei por la información necesaria para mi ingreso. Me pusieron la vía y el monitor pre-natal, respiraba buscando calmar un poco el dolor, miraba el reloj esperando a que Lev entrara por la puerta, entre varias cosas. Lamentablemente no permitían el ingreso a nadie que no se tratase del padre a la zona de partos.
  Me sentía demasiado sola en aquella habitación, de vez en cuanto mis compañeros se asomaban para ayudarme y controlar mis signos y los del bebé. Así estuve por horas, sin poder dilatar más de un centímetro cada tres horas. Me encontraba en los cinco centímetros, cuando noté que mi esposo entró todo agitado al lugar. Traía puesta una camisa blanca, una corbata roja, una chaqueta sin mangas gris, pantalón negro y unas zapatillas deportivas azules. Venía totalmente despeinado y con la respiración agitada, pero eso no le quitaba la sonrisa que llevaba en el rostro. Se acercó a mí, depositó un beso en mis labios y después posó una mano en mi vientre (sin presionar el monitor fetal).

Mi rascacielos humano  (Lev Haiba x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora