La vida escolar no es de lo más emocionante, pero tiene sus momentos por así decirlo. Teníamos clases durante casi todo el día, después de eso eran las prácticas para el club y acercándose la noche volvía a casa con mi hermano. Lo molesto ahora, era tener que usar el cabestrillo por unas semanas y era demasiado incómodo. Resulta que esa caída me había dislocado el hombro izquierdo y por eso tenía el dolor en el brazo, al menos no me había fracturado eso también. En cambio, Yaku-senpai solo tuvo una torcedura leve de pie y tendría que hacer reposo del club por una semana al menos.
Yuki-kun me acompañaba hasta el salón, llevaba mi mochila y mi almuerzo cuando mi hermano no estaba cerca. Agradecía que lo hiciera, pero tenía esa sensación de parecer una inútil por esta lesión. Realmente detestaba sentirme así. Hubo momentos, en donde algunos compañeros de clase se ofrecían a darme una mano con mis cosas: por ejemplo, se me había caído una goma y un lápiz en mitad de una clase y, en menos de un segundo, ya tenía a dos chicos extendiéndome lápices y gomas para evitar agacharme; o aquella vez que Yuki-kun tuvo que ir al baño cuando estaba por comenzar el almuerzo, Shōhei tenía que preparar varios trabajos prácticos para mañana (en casa no llegaría a hacerlos por el entrenamiento intensivo del club), pero tenía como cinco chicos distintos que se habían ofrecido a hacerme compañía en el almuerzo.Vaya a saber porque parecía el nuevo interés de los chicos de nuestra clase, aún que si lo considero, mi clase no es la única en donde tengo "seguidores". Había algunos chicos de distintas clases que habían venido hasta mí con intensiones de pedirme mi número de celular. No me negué a dárselos a los primeros diez, ya que su excusa era para tener mi contacto para estudiar para materias que debían, pero el número once dio un pretexto tan ridículo que me negué a darle mi número. "¿Por qué no me pasas tu número para tener un tiempo de calidad entre personas que realmente pertenecen al mismo grupo?". Demasiado presumido para mi gusto.
Tuve que rogarle a Yuki-kun que no me dejase sola, a merced de estos tontos que pensaba que era una persona fácil. Por suerte, Lev y Inuoka-kun me dieron una mano en mantener a varios a raya. Según me contó mi amigo, aquellos dos "enloquecieron" (por así decirlo) cuando se enteraron de lo que pasaba, que quisieron contribuir. Ahora mismo, salí del baño y me encontré que ninguno de los chicos andaba cerca, pero la circulación en los pasillos eran en su mayoría de chicas.—Oye... ¿Oíste qué Haiba-kun de la clase 3 tiene una especie de club de fans? —escuché algunos rumores que se esparcían al aire cerca de mí como si nada.
—¿El mestizo apuesto y alto? —preguntó su acompañante—. Sí, está en el equipo de voleibol masculino. Apenas si sabía que teníamos un equipo de volley...
—Fukunaga-chan tiene tanta suerte —escuchaba desde la otra punta—, puede pasar todo el día apreciando al hermoso Haiba-kun.
—Lastima que el capitán no permita que veamos las prácticas del equipo —salió otro comentario del pasillo.
—__________-chan —vi que Inuoka-kun salió a mi encuentro—, ¿hubo algún chico qué te molestara hoy?
—Sō-kun —solté una sonrisa inmediatamente—. Todo en orden, solo que los rumores que escucho aquí son algo... ¿Cómo decirlo? Molestos, supongo.
—Ohh... —soltó completamente inocente—. Kuroo-san quería discutir contigo sobre algo, me pidió que te buscara y que te llevara hasta la sala del equipo.
—¡¿Acaso te volviste loco, Inuoka-kun?! —me importaba poco que lo haya gritado con todas mis fuerzas—. Ahí es donde se cambian para el club, además va siendo hora de ir para allá.
—Fueron órdenes del capitán, Fukunaga-chan —entonces, Sō-kun hizo lo que más detestaba. Me cargó en su hombro y me llevó así hasta la puerta del cuarto habilitado como vestuario para los chicos del club—. Confía en mí, no te preocupes que todo el mundo estará vestido.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de que...? —improvistamente, Inuoka-kun abrió la puerta del vestuario. Apenas si pude cubrir mis ojos (consideren que tengo un cabestrillo para no mover demasiado el brazo, lo cual me dificulta bastante las cosas) para evitar mirar que alguno esté cambiándose de ropa—. ¡Por favor, Inuoka! No estoy para que me hagas este tipo de bromas.
—¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños, __________-chan! —escuché los gritos desde adentro.Quité mi mano del rostro y vi que los chicos habían decorado el cuarto con guirnaldas y globos por doquier, los miré con una cara demasiado extraña que a más de uno le dio cierto miedo. Observé el calendario que estaba a nuestra disposición y noté que hoy era 12/7, el día de mi cumpleaños. Me había olvidado que hoy era mi cumpleaños. Vaya, que forma de hacer que me sintiera más patética y tonta de lo que estaba. Ahora entendía porque Yuki-kun se escapaba con más frecuencia estos últimos días, estuvo planeando mi fiesta sorpresa.
Los del equipo me revolvieron el pelo, hasta que quedó más despeinado que el de Kuroo-senpai. Mi hermano me abrazó con tanta fuerza, que sentía que me dejaría alguna costilla rota. Los de primero me extendieron un pequeño pastel de chocolate con unas velas prendidas en la cima. Las apagué y luego me dijeron que tenían otra sorpresa preparada en el gimnasio. Kai-kun y Kuroo-san me cargaron sobre sus hombros, como si entre los dos conformaran una especie de silla y me llevaron hasta el gimnasio.Mi vergüenza era extrema, que sentía las ganas de convertirme en un avestruz para enterrar mi cabeza en el hoyo de la tierra. Entramos al gimnasio y vimos que Naoi-sensei y Nekomata-sensei traían de esas vinchas con orejas de gato puestas. Tuve que juntar mucha fuerza de voluntad para no soltar carcajadas ruidosas, jamás pensé ver a los entrenadores hacer una cosa como esta. Los chicos me depositaron en una silla en el medio de todo, después cada uno agarró una rosa junto a una carta y me las fueron entregando uno por uno.
Lev-kun, quien era el único que traía solo la rosa en mano, me dedicó una sonrisa y deslizó discretamente un papel por nuestras manos cuando estuve a punto de aceptar la flor. Estuvimos en el gimnasio durante una hora mientras que los chicos entrenaban, los entrenadores me entregaron una caja como regalo por mi cumpleaños y me explicaron que lo de las vinchas había sido una especie de condición que les pidieron los chicos por el día de hoy. Aun que Naoi-sensei les aseguró, que cuando volviésemos a los entrenamientos durante el Torneo de Primavera, les esperaba un castigo.—Este equipo te aprecia demasiado _________-chan —me dijo Nekomata-sensei, al mismo tiempo que observamos como Naoi-sensei daba instrucciones para el ataque—, la verdad que eres alguien importante para todos aquí.
—Le agradezco por sus palabras, sensei —abrí la caja que me habían entregado y me sorprendí de lo que encontré en su interior. Era una tableta gráfica junto a una computadora portátil. Miré a Nekomata-sensei con mis ojos desorbitados—. Todo el equipo contribuyo al pago de las cosas, así que no te preocupes que haya gastado mi retiro en esto.
—Es demasiado, Nekomata-sensei —dije apenada ante la situación en la que encontraba—. ¿Cómo demonios se les ocurrió gastar en esto con navidad cerca?
—Somos una familia, __________-chan —comencé a notar que Nekomata-sensei usaba un tono en sí de regaño—. Así que aceptalo como es, un regalo de parte de tu familia.El entrenamiento fue bastante intenso, que me dieron ganas de pararme de aquella silla y hacer mis labores de mánager, ya que se me había vuelto costumbre. Yuki-kun se aseguró de mantenerme sentada durante todo el entrenamiento y no hacer que me moviera de aquel lugar. Cuando los chicos fueron a cambiarse, comencé a leer las cartas que habían escrito para entregarme con las rosas. Algunas eran muy lindas, otras medio cómicas (la de Inuoka-kun sobre todo), hasta que llegué al pedazo de papel que me había entregado Lev. Miré a mi alrededor, para asegurarme de que ninguno de los chicos estuviese cerca y la leí:
"Feliz cumpleaños a la chica más extraordinaria que podría estar en el Nekoma. Espero que este día sea el mejor de tu corta vida y desearía darte un regalo de mi parte solamente, ¿aceptas pasar el próximo domingo conmigo para celebrarlo? Déjame tu respuesta en mi casillero mañana".
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Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)
FanfictionFukunaga _________ es una chica de 15 años, una estudiante de primer año en la preparatoria Nekoma en Tokio. Es una chica de estatura promedio (1,65 mtrs.), pelo oscuro y largo, ojos marrones y piel blanca. Cualquiera que la viera, pensaría que es u...