PROV _________:
Tres días después del ataque, volví a la preparatoria. Durante estos días estuve recluida en mi casa, con visitas terapéuticas a domicilio. Ahora mi fobia no solo había aumentado, sino que mi confianza en la gente había caído abruptamente. Estábamos cada día más cerca de la concentración de verano en Saitama, el entrenador Nekomata me ofreció que no fuera si sentía que sería demasiado para mí.
Shibayama-kun y Yaku-senpai fueron quienes intentaron subir mi autoestima, ni bien volví a las clases. En el receso, Inuoka-kun y Haiba-kun habían venido a verme pero estaba tan aterrada (a causa de la fobia), que Yuki-kun tuvo que salir a explicarles la situación. Eso solo me hacía sentir peor.—Tranquila __________-chan —dijo Yuki-kun, mirándome a los ojos—, toma las cosas con calma y no te presiones a ti misma.
—No lo entiendes, Yuki-kun —respondí ocultando mi cabeza en mis brazos que estaban apoyadas sobre el escritorio—. Ni siquiera puedo estar cerca de mi hermano porque le tengo miedo, ¿ves lo ridículo que suena eso?
—Sí, tienes razón... Pero esto no fue tu culpa —dijo mi amigo, alentándome a ver las cosas desde un ángulo más positivo.Durante el primer receso, Yaku-senpai vino a nuestro salón para saber como estaba. Me dijo que Kuroo-san y Nekomata-sensei querían verme ahora en la sala de profesores para discutir sobre un asunto importante, probablemente me pidan que no vaya a la concentración de verano en Saitama. Al menos, no sería un estorbo para nadie o tampoco demostraría lo penoso que hacia ver al Nekoma. Caminé con mis ánimos por el piso acompañada del líbero, ya que Shibayama-kun tenía que terminar una tarea que dejó para último momento.
En la sala de profesores, no solo estaban Kuroo-san y Nekomata-sensei, también vi a Kuguri-chan junto a Haiba-kun. Desvíe la mirada rápidamente, solo por la presencia de Haiba-kun en la habitación, la cabeza me retumbaba y mis nervios me provocaban que tiemble como nunca. Yaku-senpai me sujetó de los hombros, dándome el apoyo necesario al mismo tiempo que evitaba mi escape del lugar.—Lamentamos haberte hecho venir hasta aquí de esta forma, Fukunaga-chan —comenzó a hablar Nekomata-sensei—. Queríamos saber de tus palabras, qué fue lo que pasó exactamente hace unos días atrás.
—Acompañé a Kuguri-chan a la sala de técnicas audiovisuales, porque me pidió ayuda para llevar unos papeles —relaté los hechos—. Cuando llegamos y dejamos los papeles sobre una de las mesas, apareció un grupo de gente, no pude verles las caras y, además, apagaron las luces. Después, ella salió de la habitación dejándome sola con esa gente. Solo reconocí la voz de un chico, pero no tengo idea de a quién le pertenece o quiénes eran sus acompañantes.
—¿Hay algo más qué puedas decirnos sobre ellos? —preguntó Kuroo-senpai, aún que no estaba segura si la pregunta estaba dirigida a mí o hacia Kuguri-chan—. ¿Quizás algo qué les hayan dicho?
—De hecho, me dijeron que hicieron eso en venganza por parte del equipo de voleibol femenino —respondí con algunas lágrimas en los ojos—. Juro que no les hice nada malo, solo le dije a su entrenadora que habían dejado la cocina echa un desastre cuando recibimos al Grupo de Academias Fukurōdani.
—Cálmate, Fukunaga-chan —sentía la mano de Yaku-senpai pasearse por mi espalda, buscando la forma de consolarme—. Ya no tienes que preocuparte por eso, jamás dejaríamos que se salgan con la suya.
—¿Algo más que añadir, Kuguri-san? —preguntó Haiba-kun, en un tono bastante neutro.
—¡De verdad siento mucho lo qué pasó, Fukunaga-chan! —dijo mi compañera, arrodillándose mientras pedía disculpas—. No sabía que traería tantos problemas, pero mi primo sale con una de las chicas del equipo del Nekoma. Me pidió si podía visitarme a la preparatoria, ya me resultaba raro que me lo pidiera... Pero yo... Tampoco hice nada para detenerlo... De verdad lo siento.
—Como aceptas tu error, el castigo no será grave Kuguri-chan —dijo Nekomata-sensei—. Hablaré con la entrenadora de las chicas más tarde sobre este asunto. Antes del entrenamiento, discutiremos otro tema bastante relevante para el equipo.
—Sí señor —respondimos los miembros del equipo y nos retiramos, esta vez fui acompañada por Kuguri-chan hasta mi salón. No estaba enojada con ella, solo que le tengo cierta desconfianza después de lo que hizo.Las clases continuaron tranquilas, Shibayama-kun intentó ayudarme nuevamente a superar mi fobia, pero me costaba horrores. Esta vez, ni siquiera podía estar cerca de Inuoka-kun. Realmente me hacía sentir un desastre ante esta estúpida situación, quería de verdad tener la posibilidad de eliminar por completo este miedo que se alojaba en mi interior. En el segundo receso, antes del entrenamiento, Haiba-kun vino acompañado de mi hermano para platicarme sobre la concentración de Saitama. Mi cabeza no prestó atención a la conversación por dos motivos: el primero era la fobia, la cual nublaba todo instante de conciencia, y la segunda la constante duda de no saber si iría a ese viaje.
El timbre anunció el fin de la jornada de clases y el comienzo de las actividades de los clubes, era el momento de enfrentar la realidad y aceptarla de la mejor forma posible. Yuki-kun se mantuvo a mi lado en todo el recorrido hacia el gimnasio, me confesó que si el entrenador me echaba del equipo él vendría conmigo. Intenté convencerlo de que no hiciera tal locura, pero parecía estar dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus actos. Frente a la puerta del gimnasio, estaban los dos entrenadores del equipo, con un semblante demasiado serio.—Fukunaga-chan —dijo Naoi-sensei—, debido a los recientes acontecimientos, Nekomata-sensei y yo decidimos...
—Antes de que siga, sensei... Quisiera decirles algo —ambos adultos se dieron una mirada curiosa y luego asintieron, dándome hincapié a que continuara hablando—. Les agradezco todo lo que hicieron por mí, al igual que los miembros del equipo. Y estoy de acuerdo, en que solo seré un estorbo con esta fobia que viene y va en momentos críticos. Así que comprenderé si desean que abandone el puesto de mánager.
—Sensei, si __________-chan se va, yo también me retiro del equipo —dijo Yuki-kun.
—¿Pero de qué están hablando? —preguntó Naoi-sensei ante nuestra declaración—. No tenemos planeado echar a nadie del equipo, mucho menos con las clasificatorias acercándose cada vez más.
—Solo les seré un estorbo y una carga negativa en la reputación del Nekoma —dije con desesperación—, es lo último que quiero para el equipo. Después de todo, son como una segunda familia para mí.
—Agradecemos ese sentimiento, Fukunaga-chan —dijo Nekomata-sensei—. Los muchachos se molestarían con nosotros, si se enteraran de que te echamos en un momento como este. Es por eso que el entrenamiento de hoy irá algo fuera de lo convencional.Los entrenadores me pidieron que me vendara los ojos, para hacer un ejercicio antes del entrenamiento. Por suerte, ya estábamos cambiados y con las zapatillas del gimnasio puestas para entrar directamente. Yaku-san y Kenma-san se encontraban atrás de los entrenadores, no entiendo a dónde iba todo esto. Yuki-kun me vendó los ojos con una pañoleta, que había traído Nekomata-sensei, y sujetada de la mano por mi amigo (quien se ofreció a ser mi lazarillo) me llevó caminando hasta lo que supuse yo era el centro.
Extendí mi mano por instinto y encontré una cara, fui explorándola con ambas manos y cuando sentí toda la cabeza rapada reconocí que era Kai-senpai. Lo extraño era que lo sentía a la altura de mi cara y yo sabía que era mucho más alto que yo. Seguimos a otro rostro, esta vez notaba más cabello (de hecho era demasiado largo) que estaba parado salvo por un mechón: Kuroo-senpai. Estuve así con todos los miembros del equipo, salvo por Kenma-san, Yaku-senpai y Yuki-kun. Al destaparme los ojos, todos los miembros del equipo estaban sentados en sillas enfiladas a lo largo del gimnasio.—No entiendo esto —pregunté con cierto nerviosismo—, ¿por qué hicimos este ejercicio?
—Dinos ________-chan, ¿te asustate al reconocer por el tacto a los miembros del equipo? —preguntó Nekomata-sensei, yo negué con la cabeza—. ¿Sientes qué quieres escapar de aquí?
—No, de hecho, siento como si estuviese en un lugar seguro —comenté con un poco de vergüenza, mientras miraba al suelo.
—Quizás nuestra altura te abrume demasiado, pero queremos que sepas que nunca te haríamos daño —dijo Haiba-kun, levantando mi cabeza, considerando que era el más cercano de donde estaba—. Lamentamos no haber podido estar ahí cuando nos necesitaste, pero prometemos que no volverá a pasar.
—Sí, si hace falta, estaremos acompañándote a casi todas partes —añadió Inuoka-kun, mostrándome una sonrisa.
—Quizás hoy tenga que estar en la banca —se quejó mi hermano, llevándose una mano al ojo—, Shibayama-kun tendrías que haber guiado mejor la mano de mi hermana.
—¡Ahh! Lo siento mucho Shōhei, de verdad lo siento —dije mientras hacía varias reverencias, a lo que demás rieron de fondo.
—Aquí somos una familia, Fukunaga-chan —dijo Nekomata-sensei—, y tú formas parte de ella —quería llorar, pero me contuve ya que sentía que de por sí estábamos retrasando la práctica por mi culpa.
—Gracias por todo el apoyo, sensei, y a ustedes también chicos —miré a todos con una sonrisa, al mismo tiempo que un peso imaginario en mi espalda desaparecía—lamento atrasar tanto el entrenamiento, comencemos con toda la energía.
ESTÁS LEYENDO
Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)
Fiksi PenggemarFukunaga _________ es una chica de 15 años, una estudiante de primer año en la preparatoria Nekoma en Tokio. Es una chica de estatura promedio (1,65 mtrs.), pelo oscuro y largo, ojos marrones y piel blanca. Cualquiera que la viera, pensaría que es u...