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PROV. Lev:

   —Chicos, no están cumpliendo bien la penitencia que les impuso Fukunaga-chan —se burlaba Taketora-san, mientras le pasaba un dedo por una de las ventanas—. Tienen que esforzarse más.
—No es nuestra culpa que ustedes, cuando terminan de usarlos, nos dejan los baños peor que cuando terminamos de limpiarlos —se quejó Inuoka-kun—. Di algo, Lev...
—¿Qué quieres que diga? —respondí, volviendo a mojar el trapo que tenía en mis pies con el balde—. Mejor es no discutirles nada, hay que terminar pronto...
—Bueno, tienes razón Lev —mi compañero se resignó y volvimos a la labor de limpiar el baño faltante.

  Estábamos terminando nuestro castigo. Fukunaga-chan había acordado con las demás mánagers, en que Inuoka-kun y yo limpiaríamos los baños de los chicos por pocos días. Habíamos limpiado cuatro baños en dos pisos distintos y en diversas partes de la escuela. Nos encontrábamos terminando de limpiar el baño, que estaba cerca de nuestro cuarto, pero los miembros del Nekoma habían terminado de comer y querían darse un baño. Claro, con Inuoka-kun no habíamos terminado de limpiar, porque tuvimos una "discusión" entre chicos.
  Digamos que desde hace algunos meses, Inuoka-kun y yo comenzamos a tener una especie de competencia en el club. No se trataba solamente de quién de los dos conseguiría el puesto como titular este año, sino que también era sobre otro asunto... Ambos queríamos conquistar a ________-chan. Ella es hermosa, amigable e inteligente, creo que para los dos fue algo espontáneo la atracción que sentíamos hacia ella. Había veces en las que nos poníamos a discutir, sobre cuál de nosotros se le declararía primero, pero ella aparecía a nuestro alrededor y cambiábamos de tema.

  Cuando terminamos nuestra labor, volvimos a la habitación a buscar un cambio de ropa para ir por nuestra cena. Nos tomó casi medio día limpiar los cuatro baños, así que estábamos exhaustos y como si eso no fuera poco, Kuroo-san ordenó hacer ejercitación extra para todo el equipo. Yo tendría que practicar recepciones con él, porque Yaku-san no sabía cómo enseñarme. Según él, ya tenía úlceras por las veces que me repetía la forma correcta de recibir el balón.
  Me reuní con el capitán del equipo en el gimnasio tres, donde ya había una cancha armada, pero estaba completamente desierta a excepción por dos miembros del Fukurōdani: Bokuto-san y Akaashi-san. Recordé que el armador de los búhos había sido el senpai de Fukunaga-chan, quizás esto sea una ventaja para obtener cierta información de ella, pero Kuroo-senpai fue directo conmigo en lo que respecta a la defensa del voleibol. Luego de varios servicios en donde no pude devolver ninguno, me tiré al suelo totalmente agotado.

   —¡Hey! ¿Están haciendo remates? ¿Necesitan qué alguien bloqueé? —escuché la voz de Inuoka-kun entrar al gimnasio.
   —¡Lev, arriba! Hagamos más recepciones —también había venido Yaku-san, la verdad es que Kuroo-san me había liquidado al momento de practicar hace menos de cinco minutos.
   —¡¿Qué cosa?! —pregunté levantando la cabeza del piso, completamente agotado.
   —¡¿Cómo que "qué cosa"?! —me reprendió mi senpai—. Vamos, levantate que quiero ver como progresaste con Kuroo las recepciones.
   —Yo les haré unos remates, necesito practicar —dijo Fukunaga-senpai con una mirada que me daba algo de miedo.
   —Nadie de ustedes tendrá más entrenamiento hasta mañana —se oyó una voz aterradora desde la entrada del gimnasio. Los del Nekoma teníamos los pelos de punta—, ahora quiero que todos vayan a la cafetería a cenar antes de que cierre. Sin quejas y sin engañarme, porque de verdad no querrán verme enojada. ¿Quedó claro?
   —Sí señora —respondimos todos los chicos del Nekoma, mientras corríamos despavoridos hacia la cafetería, tal como nos había indicado aquella chica.
   —Es tu culpa Yaku —lo regañó Kuroo-san, mientras caminábamos a la cafetería—. Sino le hubieses dicho a Fukunaga-chan lo del entrenamiento post-partidos, estaríamos entrenando.
   —Bueno, ella es razonable, miren la hora que es —dijo Inuoka-kun mostrándonos la pantalla de su celular, eran casi las diez de la noche—. Mañana tenemos partidos a partir de las ocho y media de la mañana, si le agregamos el tiempo de desayuno, alistarnos y el precalentamiento...
   —Ya entendimos el punto, Inuoka —respondió Kuroo-san algo fastidiado—. ¡Bien, todo el mundo a comer y luego a bañarse otra vez!

  Terminamos de cenar cuando ya las chicas habían terminado con la comida, apenas si llegamos para cenar y los baños quedaron peor de como los encontremos horas antes. Considerando que el castigo compartido con Inuoka-kun le faltaba otro día más, siento que terminaré peor que nunca. Cuando nos cambiamos y fuimos a nuestro cuarto, alguien tocó la puerta para entrar, de todas formas solo estábamos Kenma-san, Shibayama-kun, Yamamoto-senpai, Yaku-san y Kai-san. La cara de Fukunaga-chan se asomó cuando le otorgamos el permiso para entrar.

   —Lamento molestarlos chicos, pero Nekomata-sensei pidió que nos levantásemos más temprano para una charla táctica —dijo mirando a los presentes—. ¿Dónde está el resto?
   —Fueron a hablar con la mánager del Shinzen, sobre el gimnasio que estaba utilizando Kuroo —respondió Kai-san, terminando de arreglar su futón listo para irse a dormir—. Parece que Bokuto rompió una de las herramientas de limpieza por accidente.
   —De acuerdo, ¿les pueden pasar el mensaje por mí? —ella soltó un bostezo de cansancio—. Estoy agotada y quiero irme a dormir lo más temprano posible.
   —Tranquila _________-chan —dijo Shibayama-kun acercándose a la puerta—, les diremos en cuanto pongan un pie en la habitación.
   —Gracias Yuki-kun —respondió Fukunaga-chan—. Eso es todo, buenas noches a todos.
   —Buenas noches —respondimos los presentes, mientras ella se retiraba a su cuarto.
   —Oye Lev —Taketora-san llamó mi atención, porque me quedé mirando la puerta, admirando los últimos minutos en donde ella estaba ahí—. ¡Hey Lev! —al no responder, mi senpai me dio un manotazo en la nuca, claro que ante eso reaccioné y lo miré algo adolorido—. ¿Qué te pasa? Te quedaste mirando a la puerta como un bobo.
   —Nada, solo estoy algo agotado y eso me deja tonto —respondí rápidamente, mientras me metía en el futón, fingiendo que me iría a dormir—. Mejor me voy a la cama, buenas noches a todos.

  Cerré los ojos, pero sin dormirme. Llegó el resto del equipo y Shibayama-kun les pasó el mensaje del entrenador, yo estaba consciente de los sonidos a mi alrededor pero me mantenía inmóvil, para que mi fachada fuera más creíble. El silencio se apoderó de la sala a los pocos minutos, a excepción de los ronquidos de Kuroo-san y Yaku-san, me levanté ante la falta de sueño y me acerqué a la ventana a paso lento para no despertar a nadie. Apoyé los brazos sobre el marco de la ventana frente a mí y admiré el paisaje nocturno por varios minutos, ajeno a lo que pasaba a mi alrededor.
  De repente, oí sonidos extraños. Volteé y vi que Kenma-san estaba despierto concentrado en su consola jugando a algún videojuego, era de esperarse ya que había hecho lo mismo hace casi un mes atrás. En cuanto él no me delatara, yo no lo haría porque sabía como se pondría Kuroo-senpai si se enterara que Kenma-san se quedó hasta altas horas de la noche jugando videojuegos..

   —¿Qué es lo que te mantiene despierto esta noche Lev? ¿Acaso no era qué estabas exhausto? —preguntó Kenma-san cuando perdió la partida—. Normalmente al estar K.O, estarías roncando al igual que Kuroo.
   —Digamos que tengo muchas cosas rondando en mi cabeza en este momento, Kenma-san —respondí, la verdad no sabría a quién decirle lo que siento en estos momentos—. Cosas que me cuesta dejarlas de lado.
   —Seguro podrás encontrar algún objeto especial que te ayude a controlar tus niveles de energía emocional... —llegamos al punto en donde cada vez, me costaba entender de lo que hablaba Kenma-san—. Por cierto Lev, deja de andar babeando cuando Fukunaga-chan está cerca. No solo es asqueroso, sino que también da algo de miedo.
   —¡¿Qué? ¿Cómo? Yo no...! —estaba completamente sorprendido de que él se diera cuenta—. Es que, es la primera vez que...
   —Solo diré que, considerando tu nivel de relación con Fukunaga-chan pende de un hilo —esa frase fue la que me trajo a la realidad—. Hay más chances que Inuoka o otro chico gané el corazón de Fukunaga-chan antes que tú.
   —No pienso rendirme tan fácilmente Kenma-san —respondí observando la luna—, no descansaré hasta que Fukunaga-chan se sienta más cómoda cerca de personas como yo.
   —Muy inocentes y aterradoras a la vez.
   —Hablo por la altura.
   —Ustedes dos, váyanse a dormir ahora —Kuroo-san estaba despierto y no tenía buena cara—. La consola queda confiscada hasta nuevo aviso, Kenma. Y tú Lev, ejercitación extra con Yaku en recepciones.

Mi rascacielos humano  (Lev Haiba x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora