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   —Confíen en mi chicos, estoy segura de que los del Sarukawa irán tras Kenma-san —los demás solo me miraban con cierta duda—. Si conseguimos hacerles creer que su plan está funcionando, les daremos una golpiza.
   —No está mal —opinó Kenma-san, con su rostro indiferente—. Ellos conocen nuestro estilo de juego, además deben haber visto videos de jugadas más actuales. No está mal que esa sea una posible táctica del Sarukawa.
   —Sabemos que odias moverte por la cancha —razonó Kuroo-senpai, como buen capitán que es—. ¿Piensas qué podrás soportar todo el movimiento que requiere el partido?
   —Haré lo mejor que pueda —respondió el armador—, sé que es difícil pedirles que hagan recepciones malas a propósito. Pero si lo que dice Fukunaga-chan es cierto, será nuestra única forma de ganar este partido.
   —Si quieren algo para motivarlos aún más, ya he visto la grilla —les mostré el diagrama del torneo—. Este sería el último escalón, para tener la batalla del basurero en las ligas mayores. Karasuno debe ganar contra el Inarizaki de Hyōgo y nosotros tenemos que ganar este partido —a más de uno se le notó las chispas en los ojos, por la emoción de tener el encuentro de todos los tiempos.
   —Hagámoslo, quiero enfrentarme cara a cara contra mi hermano pueblerino —era muy fácil hacer que Yamamoto-senpai tuviese ganas para algo.

  Antes de tener el partido oficial, tuvimos acceso a una de las canchas secundarias dentro del gimnasio principal. Mientras Kuroo-senpai ponía en forma a Lev, en compañía de Yaku-san, me reuní con Kenma-san y mi hermano para pulir un poco más la estrategia. El resto se concentraron en otras áreas para perfeccionar, totalmente ajenos a nuestra discusión. Los entrenadores entraron más tarde, ya que se quedaron charlando con otros entrenadores de otras escuelas, quizás creando nuevas alianzas.
  Después de varias revisiones y mucho consenso con los entrenadores, logramos armar un buen plan contra los representantes de Ishiwaka. Faltaba poco para entrar a la cancha y empezar el partido, así que repasamos el plan una vez más. Teníamos dos estrategias distintas, suponiendo que el Sarukawa hubiese hecho su trabajo: la primera consistía en que, si Kenma-san era su objetivo, los que estuviesen en la zona defensiva harían malas recepciones a propósito para que Kenma-san moviera las piernas hasta el cansancio, intentar ganar el primer set y en la mitad del segundo, confundirlos con ciertas maniobras del amador; la segunda era un poco más compleja, si ellos buscan evadir el bloqueo del Nekoma, entonces Yaku-senpai, Kai-san o mi hermano tendrían que estar atentos a sus posturas o movimientos aún en tierra.

  Calentaríamos en conjunto, por lo que ambos equipos tendríamos la oportunidad de estudiar al otro en fuerza y movimientos. En esta ocasión, yo estaba a cargo de las tácticas, los cambios y supervisar que no sobreexplotaran a Kenma-san. Supongo que Nekomata-sensei, quería ver si era capaz de manejar al equipo por mi cuenta y ver cuanto he progresado en lidiar con gente alta. Durante nuestro turno de practicar remates, noté que ambos entrenadores rivales intercambiaban palabras, pero no sabría decir si eran amistosas o competitivas a muerte. Si su entrenador realmente fue alumno de Nekomata-sensei, entonces tendríamos problemas.

   —Fukunaga-chan —escuché que Nekomata-sensei me llamaba, cuando estaba lanzando un balón para que Kenma-san le colocara a Yamamoto-senpai—, ven un momento por favor.
   —¡Sí! —deje el canasto a un lado, me posicioné al lado del entrenador y él solo apoyó una mano sobre mi hombro—. Un placer conocerlo, me llamo Fukunaga __________ de primer año y mánager del equipo.
   —Vaya sensei, hasta van a hacer historia con la primera mánager en la historia del club de voleibol. Que debut, además en las nacionales —comentó alegre el entrenador del Sarukawa, un hombre de estatura mediana, corpulento, de piel algo bronceada, cabello negro al igual que sus ojos y algo serio—. Yo soy el entrenador de la preparatoria Sarukawa y ex-miembro del equipo de la preparatoria Nekoma, Shishio Aritaka. Es un gusto, poder conocer en persona a la primera mánager del equipo, de la preparatoria donde pasé muchos lindos recuerdos.
   —Le aseguro Shishio-sensei, que este partido hará más que traerle recuerdos de la preparatoria —le mostré una sonrisa, con cierta arrogancia de mi parte—. El Nekoma será uno de los mejores equipos con la más alta defensa de Tokio, pero las tácticas son nuestra fortaleza.
   —Me alegra ver que encontraron una persona estratégica para el equipo, Nekomata-sensei —lo felicitó Shishio-sensei, a lo que Nekomata-sensei me dio unas palmadas en el hombro y me dio un pequeño empujón en dirección a donde los demás miembros del equipo me estaban esperando—. Espero tener un partido excelente con los nuevos miembros del equipo de voleibol Nekoma.

  El partido dio inició y como nos lo imaginamos, el Sarukawa nos había estudiado muy bien. Al principio recibimos bien los remates que nos daban, pero ellos realmente podían mantener el ritmo en no dejar caer el balón fácilmente. Así que tendríamos que hacer la opción uno, me compadezco de Kenma-san por no haberle insistido en tener una mejor preparación física para estos casos. En nuestro primer tiempo muerto, nos organizamos con el equipo con respecto a nuestra carta de recepciones.
  Los chicos consiguieron ganar el primer set, así que por ahora el plan iba bastante bien. Decidí darle un factor más psicológico para el equipo contrario, le pedí a Teshiro-kun que se sentara en la banca, con el cartel del número de Kenma-san. Esto les haría bajar un poco la guardia al Sarukawa, pensando que haríamos un cambio de jugadores, aún que no sería así. Me sentía mal por usar a Teshiro-kun de esta forma, pero lo consulté con él el día anterior por si acaso y accedió sin problemas. Le prometí que para el próximo partido, le pediría a Nekomata-sensei para que al menos lo metiera en un juego oficial.

  La parte del final del partido fue algo maravillo y sorprendente al mismo tiempo. Dicen que el primer paso de un colocador es crucial en una colocación, el pasó largo de Kenma-san, además de saltar para hacerlo una colocación elevada nos sorprendió a todos. Mientras que los bloqueadores pensaron que el pase sería hacia a Kuroo-senpai, mi hermano tuvo la oportunidad de rematar y mandar el balón a un punto libre de la cancha.
  Festejamos como si fuese nuestro último partido en la vida, ayude a Kenma-san le costaba pararse, ya que después de todo el movimiento al cual no estaba acostumbrado, se tiró al piso de la cancha agotado. Mi hermano lo felicitó por aquel pase maravilloso y Kenma-san sonrió. Era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera. Se ve que ganar ambos sets, 25-23 y 32-30, también lo dejó de buen humor.
  Dejamos la cancha y nos acercamos a donde estaba jugando el Karasuno contra el Inarizaki. Los representantes de Hyōgo eran un equipo bastante fuerte, no era para tomarlos a la ligera. Según el marcador, los cuervos habían ganado el primer set, pero ahora quien reinaba en el set eran los zorros. Solo observé el marcador, porque estaba demasiado ocupada ayudado a Kenma-san a terminar su calentamiento después de ese partido.

   —Veía que el resto estaba dando todo de sí, que había una parte de mí que me decía "Tú también pon algo de tu parte" —comenzó a reflexionar en voz alta el colocador, ante la pregunta de Yamamoto-senpai sobre su espontanea demostración de agallas—. ¡¿Acaso es extraño qué demuestre mis habilidades?!
  ­ —¡No entiendo porque te enojas! —respondió Yamamoto-senpai ante la reacción de Kenma-san.
   —Estás demasiado cansado, después de sobre esforzarte —resoplé mientras ejercía más presión sobre su espalda, haciendo que se le facilitara el calentamiento de sus cuádriceps—. ¿Qué era lo mejor en estos casos?
   —Necesita ingerir más carbohidratos, toma una banana —dijo Kuroo-senpai, acercándose a nosotros. Me levanté y me fui en dirección a la cancha del Karasuno para ver mejor el partido.
   —¡¿Qué acaso no puedo demostrarle a mis amigos que me importan por medio de mi esfuerzo? ¿Les resulta extraño qué lo haga?! —Kenma-senpai seguía protestado, vaya a saber porque.
   —¡Kyan... Kyanmaaa! —tanto mi hermano como Taketora-senpai querían abalanzarse sobre Kenma-san, con algunas pequeñas lágrimas en los ojos.
   —No se me acerquen, Fukunaga no lo copies —escuché que Kenma-san comenzaba a asustarse, vaya a saber como terminaría eso.

  Le avisé a Kuroo-senpai que iría a hablar con Yachi-san sobre el partido y, probablemente, me quede con ella unos minutos. Mientras ellos iban a la zona de la platea para ver el partido desde arriba, acordamos que en cuanto terminara el segundo tiempo iría con el equipo. Realmente aquel partido me había dejado un poco agotada, al menos mentalmente porque no me moví para nada. Encontré a Yachi-san afuera del perímetro permitido, cerca del marcador que se encontraba cerca de la pancarta de Karasuno, donde había una banda de taiko apoyando a los representantes de Miyagi.
  Vi que Bokuto-san y Akaashi-senpai también estaban aquí, si mal no recordaba su partido era mucho más tarde que el de Karasuno. Así que podrían verlo antes de comenzar su calentamiento. Hablaría con ellos más tarde, si tenía la oportunidad. Me reuní con la mánager, parecía más que contenta de verme.

   —Dime _________-chan —me preguntó la rubia, para quitar un poco la tensión que acumuló por el partido—, ¿es normal sentir estos nervios?
   —Pues, yo esto agotada después de nuestro partido —respondí a su pregunta—, incluso si me moví menos del 5% que los del equipo.
   —¿Qué me dices con respecto a los chicos del Nekoma? —la miré sin entender del todo su pregunta—. Lo siento, no debería sonar como una metida.
   —Esta bien, en realidad estuve pensando eso últimamente —era la primera vez que lo admitía—. Suzumeda-chan me hizo la misma pregunta hace unos días atrás, entonces comencé a entender la actitud de aquellos dos.
   —¿Tienes una respuesta? —preguntó Yachi-san.
   —Todavía no —miré en dirección a los lugares que había ocupado el Nekoma en lo alto—, pero espero tenerla pronto.

Mi rascacielos humano  (Lev Haiba x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora