Entonces llegó el día en donde iríamos a Saitama para la concentración de verano. Con respecto a mi fobia, volví a tener la confianza suficiente como para tratar a los miembros del equipo como si nada hubiese pasado. Hablando con respecto a la gente ajena al club, es un trabajo en progreso, sobre todo lo que está relacionado a la confianza. Quienes estuvieron aliviados y animados ante la noticia de poder hacer las cosas como antes, fueron Inuoka-kun y Haiba-kun. Más de una vez, me sorprendí cuando los encontraba discutiendo sobre algo, pero cuando veían que estaba presente en el mismo lugar cambiaban de tema. Mantenían una mirada bastante intensa entre ambos, aún que no me atreví a preguntar.
El viaje era corto, así que nos reunimos cerca de las ocho de la mañana en la preparatoria para luego salir camino a la concentración de verano. Antes de que Nekomata-sensei diera las instrucciones de como nos acomodaríamos en la preparatoria Shinzen (la escuela anfitriona en esta ocasión), Inuoka-kun y Haiba-kun se habían acercado a mí, con intención a cargar las cosas en el autobús. Volvió a surgir aquella mirada tensa entre ambos.—¿Qué les sucede últimamente a ustedes dos? —pregunté algo incómoda ante esta escena. Ambos me miraron curiosos, como si no entendiesen de qué estaba hablando—. Desde que recuperé la confianza en mí misma con respecto a los miembros del equipo, han estado actuando de forma extraña en donde no comprendo el porqué.
—Pues, es que es... Una cuestión entre chicos, ___________-chan —dijo Inuoka-kun, excusándose al mismo tiempo que Haiba-kun asentía varias veces con la cabeza—. No lo entenderías.
—Quizás tengas razón, pero me están dejando en una situación incómoda en la que no quiero ser partícipe —expresé mis sentimientos en voz alta, los otros dos solo evitaron verme a los ojos—. Si quieren discutir sus asuntos entre ustedes, no tengo nada en contra. Pero es muy distinto, que delante mío muestren cierta actitud, para luego cambiarla de un momento a otro.
—¡Fukunaga-chan! —Naoi-sensei me estaba llamando desde la otra punta—. ¡Necesito que me confirmes las cosas que te pedí!
—¡Ya voy! —respondí ante el llamado del entrenador—. Piénselo al menos, ¿de acuerdo?Los dejé con la respuesta en la boca, me reuní con Naoi-sensei y le entregué todos los papeles que me pidió. Subimos al autobús, el cual era bastante grande para todos nosotros y salimos rumbo a Saitama. En el viaje no hice mucho, solo me puse a estudiar algunas tácticas más del mundo del voleibol, de unos libros que me prestó Akaashi-senpai la última vez que jugamos un partido amistoso no hace mucho tiempo.
Yaku-senpai se me acercó para discutir algunas cosas sobre mantener vigilado a todo el equipo, sobre todo después de las prácticas ya que normalmente se escabullían a otros gimnasios a seguir entrenando hasta altas horas de la noche. Era importante que no se sobre exigieran físicamente porque luego, no dormirían bien y le traería al equipo problemas el resto del día y de la semana también.Ahora me encontraba en la cocina del Shinzen junto al resto de las mánagers, preparando el almuerzo del primer día de la concentración de verano. Tener que organizar tres comidas entre siete chicas para casi cincuenta personas... Era más complicado que intentar que Kenma-san no escapara de los entrenamientos, para ponerse a jugar en su consola en horarios de entrenamiento. Créanme cuando les digo, que nunca JAMÁS se tienen que meter con su consola o sus videojuegos, el parecido físico de los gatos no es lo único característico en los miembros del equipo.
—________-chan —dijo Yukie-senpai, quitando su vista de la comida por la cual se baboseaba por darle un mordisco—, ¿es cierto lo del ataque que sufriste la semana pasada?
—¿Qué? ¿Cómo es eso de que te atacaron? —preguntó Kaori-chan, impactada de no haber sabido de eso—. ¡¿Por qué no me lo dijiste?!
—La verdad, en ese momento me sentía más que humillada —respondí sin quitar los ojos de las verduras que estaba cortando—. Igual, eso ya pasó. Los responsables recibieron su castigo, o eso creo —dije eso último en susurros, porque realmente no tenía idea de quienes fueron los que me agredieron físicamente—, y mi confianza vuelve poco a poco.
—De verdad sentimos lo que pasó esta mañana —Shimizu-senpai junto a Ya-chan hicieron una reverencia—. Si lo hubiésemos sabido, quizás habríamos evitado ese mal momento que pasaste.
—Está bien —respondí moviendo las manos nerviosamente—. Ustedes no tenían forma de saberlo, yo soy quien tendría que disculparse por la actitud de mi hermano y de Yamamoto-senpai.Cuando llegamos a la preparatoria Shinzen esta mañana, algunos de los chicos del Karasuno habían intentado coquetear conmigo y dos de ellos se habían sobrepasado. Obviamente, no solo me puse nerviosa ante esa situación, sino que también mi hermano al ver todo esto lo quiso "resolver con los puños" y Taketora-san se unió a la pelea.
Los entrenadores por poco no entran en esa movida también, pero reaccione a tiempo para detener a Naoi-sensei y mi hermano. El caso de Yamamoto-san es algo complicado.En fin, así son los chicos del Nekoma, posesivos y protectores. Supongo que en algún punto dentro de mí estaba más que feliz por esa actitud, pero si lo pensaba dos veces, lo que no me agradaba para nada era la agresión que tenían. Entre las chicas, comentábamos los progresos de nuestros respectivos equipos, en preparación de la última selección de representantes para las prefecturas.
Por lo que dijo Suzumeda-chan, el Fukurōdani estaba más que listo para derrotar a todos los equipos de Tokio. En el Nekoma aún teníamos cosas por pulir, pero gracias al esfuerzo de los chicos y en gran parte porque Kenma-san o yo pensábamos e varias estrategias, nos habíamos abierto paso entre uno de los mejores equipos con las mejores defensas de Tokio.—Amm... Chicas, lamentamos interrumpir —vi que Haiba-kun asomaba la cabeza por la puerta junto a Inuoka-kun—. ¿Podríamos discutir con Fukunaga-chan sobre algo?
—Denme unos minutos y ya estoy con ustedes —respondí terminando mi tarea y salí—. ¿Qué necesitan chicos?
—Queríamos pedirte disculpas, por ponerte en medio de nuestras discusiones —inició a hablar Inuoka-kun—. Tienes razón que quizás hubiésemos actuado extraño estos últimos días, pero no era para incomodarte.
—Prometemos hacer nuestras discusiones entre nosotros solos —continuó Haiba-kun—, y para compensarlo, le pedimos a Kuroo-san que nos diera ejercicios extra post-entrenamiento.
—Chicos, agradezco que llegaran a un acuerdo y que pensaran lo que les dije —les mostré una sonrisa, la cual ellos imitaron—. Aún que, que se excedan después de los entrenamientos no es buena idea. Creo que el mejor castigo sería encargarse de las limpieza de los baños masculinos por dos días, ¿qué opinas Ōtaki-san? —me dirigí a la mánager del Shinzen, una chica alta de ojos y cabello marones oscuro y piel clara.
—Pues, no estaría mal —respondió ella, levantando el pulgar—. Solo tendrían que limpiar tres baños, así que creo que se las pueden arreglar perfectamente.
—Eso sí, serían ustedes dos solos —aclaré hacia los chicos de primero—. No pueden pedirle apoyo a ninguno de los otros, ¿entendido?
—¡Sí! —respondieron los dos entusiasmados. Jamás vi que cualquiera de los chicos, les fascinara tener que limpiar los baños.Los dos volvieron al gimnasio porque los partidos no habían terminado, mientras las demás mánagers me preguntaban cuál era mi secreto para que los del Nekoma no protestaran cada vez que daba indicaciones o les aconsejaba sobre cualquier cosa. Mi cara ante sus preguntas reflejaba tanta confusión, que apenas si conseguía entender sus preguntas completas.
Lo que diré es una suposición, pero asumo que después de pelear por tantos años en conseguir una mánager mujer, no querían llevarme mucho la contra por miedo a que me rindiera y me fuera del equipo. Pero no dejaría que eso pasara, al menos, no facilmente.
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Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)
FanfictionFukunaga _________ es una chica de 15 años, una estudiante de primer año en la preparatoria Nekoma en Tokio. Es una chica de estatura promedio (1,65 mtrs.), pelo oscuro y largo, ojos marrones y piel blanca. Cualquiera que la viera, pensaría que es u...