Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)

😺 30 [FINAL]

Unos pocos meses después, llegó el día de la graduación de los chicos de tercero. Tendríamos el cierre formal del club una vez terminada la ceremonia. Ahí, revelarían al siguiente capitán y vice-capitán del equipo para el próximo año. Mi hermano y Taketora-san habían estado compitiendo por ese puesto desde que comencé primer año, aparentemente según me había contado Kenma-san, aquellos dos tenían buenas habilidades y podrían tener el potencial de volverse los próximos líderes del club.
Los chicos de primer año nos habíamos reunido unas horas antes en el gimnasio porque teníamos una sorpresa para los graduados, ya con el consentimiento de Nekomata-sensei. Fue algo de último minuto, pero digamos que lo teníamos todo preparado desde antes. Los chicos de segundo irían a traer a los senpais después de su ceremonia de graduación y los traerían al gimnasio para nuestra pequeña sorpresa.

Terminamos los preparativos y nos tomamos un pequeño descanso, faltaba tan solo una hora y media para el final del evento formal. Yo quise tomarme unos minutos afuera del gimnasio, apreciando las flores de cerezo las cuales habían florecido ayer. Me distraje tanto en ellas, que apenas noté que alguien se había puesto a mi lado para observar las flores. No necesitaba mirarlo directamente para saber de quién se trataba, pero eso no significaba que odiara su presencia, al contrario, era mi posibilidad de hablar con él sobre algo.

—Se ven bonitas, ¿no crees? —solté la pregunta de manera natural, solo escuché como soltaba una pequeña risa relajada.
—Sí, de verdad lo son —una pequeña brisa primaveral nos envolvió, junto con algunos pétalos de las flores de cerezo que caían lentamente al suelo—. Es increíble que pronto se cumpla un año desde que nos conocimos, cuando dicen que el tiempo vuela no mienten.
—Quizás tengas razón —hubo un pequeño silencio, tomé una bocanada de aire y la retuve hasta que la solté con las siguientes palabras—. Oye Lev, hay algo que quería hablar contigo...
—¡Oh! ¿Qué hacen ahí chicos? —¡¿De verdad me tenía qué pasar esto justo ahora?! Vaya forma de arruinar un momento, Naoi-sensei.
—Pues... Le tenemos una última sorpresa a los senpais por su graduación —Lev se me adelantó, lo cual agradecí internamente ya que me sentía capaz de matar al entrenador—, vamos. Hay que entrar para eso.
—Chicos, a sus posiciones —les avisé a quienes todavía estaban dentro del gimnasio, las luces se prendieron y revelaron una mesa mediana con bocadillos y bebidas, además de una mesa con una consola de música—. ¡Felicidades por graduarse!
—Ustedes... ¿Hicieron esto por nosotros? —preguntó Kuroo-san sorprendido ante la pequeña sorpresa que les habíamos preparado.
—Todo fue idea de ___________-chan —Yuki-kun me empujó al frente—, ella organizó todo para la ocasión.
—Gracias, Fukunaga-chan —respondió Kai-san con una sonrisa, mientras los otros dos intentaban no liberar las lágrimas.
—Más les vale que la cuiden y la valoren por estos dos años que les queda, ¿entendieron? —amenazó Yaku-san a los de primero, ellos solo asintieron con algo de miedo, mientras yo me reía ante la situación.
—Sí, les conviene hacerle caso —continuó Kuroo-san—. Porque sino, realmente no querrán saber lo que les deparará de castigo si nos enteramos que renunció.
—Ya, ya —intenté calmar un poco las cosas—. Creo que ya se dieron una idea chicos.

Disfrutamos la última tarde como equipo que nos quedaba, puse algunas mezclas en las que estuve trabajando últimamente mientras los chicos hacían un intento por bailar (aún que la mayoría no tenía madera de bailarines, era mejor que se quedaran con el voleibol). Nos la pasamos riendo y contando todo tipo de anécdotas, además de hacer el traspaso oficial. Mi hermano quedó como capitán del equipo y Yamamoto-senpai como vice. La cara de Taketora-san era muy cómica, parecía a punto de llorar ante la decepción de no haber vencido del todo a su rival, pero al mismo tiempo estaba orgulloso de mi hermano. Shōhei estaba más que feliz, al obtener este reconocimiento de los senpais.