De vuelta en casa, tenía la mente en cualquier lado menos allí. La verdad, tenía la propuesta de Lev-kun rondando en mi cabeza desde hace bastante tiempo, mi hermano pareció notar que estaba algo rara después de abandonar la escuela. Intenté actuar normal, al menos hasta estar sola en mi habitación y así pensar con calma las cosas. Nuestros padres estaban trabajando en la oficina, incluso si nos habían prometido que estos días tomarían vacaciones para aprovechar que nosotros las tendríamos pronto. Mi hermano preparó la cena y comimos entre anécdotas de nuestra infancia.
En mi cuarto, miraba la nota una y otra vez sin saber que responderle. Luego de pensarlo varias veces, decidí que lo mejor sería aceptar su invitación ya que no habría nada de malo en hacerlo. Escribí en un pedazo de papel que había en mi escritorio una respuesta corta y la dejé en mi maletín para ponerlo en su casillero como me lo había puesto en la carta.Al día siguiente, lo primero que hice fue revisar que Lev no hubiese llegado y deposité el papel dentro en cuanto noté que no había nadie viéndome. Caminé a mi clase a paso tranquilo
—¡Fukunaga-chan! —gritó uno de mis compañeros de clase, uno quien ya había querido pedirme salir con él en varias ocasiones—. Hoy no tienes club, ¿verdad? Podríamos tener esa cita que tanto pospusimos...
—_____________ —mi hermano apareció en la puerta de mi salón, con un libro en mano—, tienes mi libro de matemáticas. ¿Quién es este?
—Es un gusto, me llamo Tsubaki Kyo —hizo una reverencia hacia mi hermano—. Soy compañero de clases de Fukunaga-chan.
—Fukunaga Shōhei, de la clase 2-2 —respondió mi hermano totalmente serio, esto no iría por buen camino si le permitía que siguieran hablando—. ¿Qué necesitabas de mi hermana?
—Pues... —el chico comenzaba a ponerse más nervioso, al escuchar que un senpai con muy mala cara afirmaba ser mi hermano—. Yo...
—Seguramente lo dejé en el casillero del club, iré a buscarlo si lo necesitas ahora —dije para buscar una escapatoria de esta situación.
—Sí, mi próxima clase es con Morioka-sensei y sabes cómo es con respecto a tener el material en clase —respondió mi hermano con una sonrisa pequeña en el rostro, salimos del salón y solté un suspiro de alivio—. ¿Desde cuándo tienes tantos seguidores detrás de ti?
—No lo sé, quizás porque averiguaron lo del festival o porque la gente quiere que haya un club de fanáticos tanto de los chicos como mío del club de voleibol... —me di cuenta de que probablemente Shōhei no estuviese enterado de los rumores de que Lev tenía una especie de club de fans, así que intenté evadir el asunto de nuevo—. De todas formas, gracias por sacarme de ahí. Ese chico es demasiado persistente para mi gusto.
—¿Acaso te pedía algo más qué la tarea? —preguntó mi hermano, a quien no era capaz de ocultarle las cosas—. No me digas que...
—Quiere tener una cita conmigo —respondí a su pregunta derrotada.Tsubaki Kyo es un chico de mi clase a quien no suelo prestarle atención ni de antes o después de superar mi fobia, se sentó detrás de mí durante todo el semestre luego de las vacaciones de verano. Es un chico alto, de piel bronceada, ojos azules, cabello algo largo y rubio; y lo más característico era su expediente entre las chicas por ser una especie de rompecorazones. Que yo supiese, estaba en el club de futbol de la escuela y según escuché por ahí era bastante bueno.
Su repentino interés en mí comenzó, a los pocos días en que me convertí en mánager del equipo de voleibol. Para ese entonces, apenas podía decir dos palabras debido al miedo que mantenía hacia la gente alta. Cuando gané más confianza, se enteró y volvió a intentar comunicarse conmigo nuevamente, solo que esta vez podía mantener una conversación tranquila. Lo que me desagradaba de Tsubaki-kun era su actitud altanera y, sobre todo, egocéntrica.Hubo una ocasión, en donde estaba hablando con Inuoka-kun y Yuki-kun sobre un partido que tendríamos próximamente. Estábamos en medio de los planes cuando Tsubaki-kun se interpuso en medio de la conversación, con la excusa de ver a pedirme ayuda con la tarea de biología. Puras mentiras. Me llevó a rastras a verlo en su práctica de club, para presumir que la chica más linda de primero lo estaba animando. No duré allí dos segundos, que pegué media vuelta y me fui.
Me da rabia el escuchar a mis compañeros, preguntarme cada dos por tres si nosotros estábamos saliendo o si éramos pareja. Todo porque ese maldito imbécil se la pasa diciendo de que yo estoy enamorada de él y soy tímida o no me acerco mucho a otros chicos (salvo los del club por una razón que él desconocía) porque siente que traiciono nuestra relación.—De veras, me dan ganas de matarlo —dije con rabia, refiriéndome a Tsubaki-kun—. Ojalá se le pase esta calentura que parece tener conmigo, así se distrae con alguien del club de animadoras.
—Vaya, eso sí que es amor intenso —soltó mi hermano de repente, noté que su sonrisa burlona comenzaba a salir a la luz—. Mejor dicho ustedes serían el mejor refrán de...
—Ni se te ocurra continuar con el chiste, porque no es para nada gracioso —le advertí tajantemente, mi hermano solo hizo señal de mantener la boca cerrada—. Tuve que lidiar con varios chicos esta semana, gracias que Yuki-kun e Inuoka-kun me ayudaron bastante.
—Supongo que ahora entiendo porque Kuroo-senpai cambió los horarios de práctica constantemente —Shōhei pareció meditarlo más a fondo— además de no dejar que nadie espiara nuestros entrenamientos.
—En parte fue porque yo se lo pedí —respondí, revisando el casillero en búsqueda del libro de mi hermano—. Pero tampoco sería necesario cambiar los horarios todos los días de manera radical.Encontré el dichoso libro de Shōhei y se lo entregué en mano. Lo malo es que, como tenía el cabestrillo puesto, tuve que pedirle a mi hermano que me ayudara acomodarlo todo porque se me habían caído algunas cosas. Llegué al salón y por suerte, Yuki-kun ya estaba en el salón. Las clases no fueron tan aburridas en sí, pero notaba que mi amigo apenas si podía mantener la vista en alto. Tuve que toquetear su espalda varias veces porque estaba comenzando a cabecear. ¿Qué estuvo haciendo ayer qué hoy está tan cansado?
Por suerte para ambos, el profesor no nos prestó mucha atención porque del otro lado de la habitación estaban armando mucho revuelo. Cuando sonó la campana para el primer receso, entonces Yuki-kun aprovechó esos pocos minutos para poder dormir al fin.—¡Fukunaga-chan! —otra vez, Tsubaki-kun estaba dispuesto a intentar poner una cita conmigo por segunda vez en el día—. Entonces, ¿dónde nos habíamos quedado?
—Lo siento —dijo una de nuestras compañeras, interrumpiendo la conversación. Tsubaki-kun soltó un bufido y yo suspiré de alivio (disimuladamente)—, pero hay dos chicos en la puerta que están muy insistentes por hablar con Fukunaga-chan ahora.
—¿No ves qué yo estoy hablando con ella ahora? —preguntó Tsubaki-kun, con una sonrisa muy falsa hacia la chica—. Que esperen a que terminemos, tienen el resto del receso para...
—Creo que nosotros ya terminamos lo que teníamos que discutir —respondí secamente, dirigiéndome a la puerta a encontrarme con Kuroo-senpai y Lev—. ¿Qué los trae hasta mi salón chicos? ¿No pudieron esperar hasta qué fuera la hora del club?
—Vaya, que forma de presumir que eres más que la joya del equipo —respondió sarcásticamente Kuroo-senpai—. Quería hablar con ustedes sobre el problema de los fanáticos.
—¡¿Eh?! —preguntó Lev totalmente sorprendido—. ¿Cómo que fanáticos?
—Ya recibimos quejas de los profesores y los responsables de distintos clubes, diciendo que varios chicos de primer y segundo año se la pasan buscando la manera de ver nuestras prácticas. Faltando a las reuniones de sus clubes —nos miramos intrigados, es la primera vez que escuchábamos algo así—. A menos que digamos que estamos en receso por preparación táctica del club, están dispuestos a llevar el asunto al consejo estudiantil y no será nada bueno para nosotros.
—¿Tan mala es la situación? —pregunté atónita ante aquella noticia, jamás creí que las cosas habían llegado a ese extremo. Kuroo-senpai solo asintió como respuesta—. Vaya... Am... Veré como puedo solucionar esto.
—Wow... Tengo un club de fans —dijo Lev-kun impresionado de recién enterarse de tal maravillosa noticia—. Claro, buscaré la forma de calmar a los fanáticos.Kuroo-senpai se retiró, por lo que Lev me pidió hablar conmigo en privado. Acepté sin dudarlo, ya que nos quedó pendiente la propuesta que me había hecho el día anterior. Otro factor por el que acepté sin dudar, fue que Tsubaki-kun parecía ansioso por hablar de la tan deseada cita. Caminamos hasta el patio externo, donde no había casi nadie. Enfrentados, me mostró mi nota y me anotó en la misma el lugar de encuentro para el fin de semana. Sería una cena, considerando el horario que apuntó.
Volvimos a nuestros salones, pero antes de siquiera entrar al edificio, me encontré con mi hermano mirándome con cierta intriga mientras masticaba una rosquilla. No sé porque, pero me reír ante la imagen. Shōhei solo me miraba con una ceja alzada, probablemente pensando que había perdido al cabeza.
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Mi rascacielos humano (Lev Haiba x Lectora)
FanfictionFukunaga _________ es una chica de 15 años, una estudiante de primer año en la preparatoria Nekoma en Tokio. Es una chica de estatura promedio (1,65 mtrs.), pelo oscuro y largo, ojos marrones y piel blanca. Cualquiera que la viera, pensaría que es u...