😺 Epílogo

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Dos años habían pasado desde aquella confesión bastante rápida entre ambos, para el inicio de nuestro segundo año escolar ya habíamos establecido un poco más nuestra relación. Inuoka-kun felicitó a Lev por haberle ganado en conquistar mi corazón y Yuki-kun ya estaba sobre mi novio, al pendiente de que no saliera lastimada de aquella relación. Con respecto al club, nos esmeramos al máximo durante ese tiempo. Tuvimos la oportunidad de llegar a la semifinal para segundo año y en el último nos habían eliminado en la cuarta ronda, de nuevo contra Karasuno.
En la ceremonia de nuestra graduación, yo fui la representante de año quien tuvo que hablar en nombre de todos los alumnos quienes nos graduaríamos. Cabe decir que los miembros del club no estaba de acuerdo en que yo fuera, la que armara el discurso y pasara a hablar frente a todo ese público. Aparentemente mi club de fanáticos solo había crecido más desde que entré en primer año y los de nuestra generación habían hecho varios intentos de separarnos a Lev y a mí, obviamente no tuvieron suerte. Intenté que mi discurso fuera corto y conciso para evitar los posibles conflictos durante la ceremonia y "troté" de regreso a mi asiento.

—De verdad, estos chicos solo me dan más ataques que tranquilidad —solté en susurros, con la esperanza que Yuki-kun, quien era a quién más cerca tenía no me hubiese escuchado—. Gracias a que nadie causó un escándalo...
—Oye Fukunaga-chan —escuché que alguien me llamaba de a susurros, me volteé a ver de quien se trataba y era Teshiro-kun—, los chicos pidieron que nos reuniéramos en el gimnasio después de la ceremonia.
—Lo sé, pero antes tengo que reunirme con mi familia en la entrada —miré con cierto fastidio al techo—. Mis padres pidieron el día libre hoy por la graduación, así que están más que enloquecidos por tomarnos una foto a mí y a Lev.
—Todavía me sorprende que lograran seguir juntos —comentó mi compañero de clase—, todos los cursos de la preparatoria estaban empeñados a separarlos por cualquier medio posible.
—Fueron dos años complicados, pero ahora todo acabó —solté un suspiro de alivio.

En cuanto terminó oficialmente la ceremonia de graduación, cada grupo de alumnos se dirigió por última vez a lo que eran sus aulas. Durante el tercer año, estuve con Teshiro-kun en las clases avanzadas. Para aquel entonces, los que habían pertenecido a ese grupo, habían logrado adquirir más humildad y tolerancia. Tomamos nuestros diplomas, nos colocamos bien las flores y salimos por la puerta principal. Fui envestida por mi hermano y mi padre, mientras que mi madre aprovechó la oportunidad y tomó una foto.
Veía como mis amigos y compañeros eran recibidos por varios de sus parientes o alumnos de años menores, sobre todo, había una manada de chicas que no paraban de rodearme a mí y a Lev alejados uno del otro. De ese pequeño grupo de chicos, también se encontraba Tsubaki-kun. El mismo tipo insistente desde mi primer año continuaba pensando que yo tenía un mínimo sentimiento amoroso hacia él, no le importaba cuantas veces me negaba a sus declaraciones o las advertencias de los profesores.

Me causó gracia ver como Lev, Shōhei y mis compañeros de club le daban una mirada aterradora, buscando intimidarlo. Funcionó de maravilla, porque al sentir esa presión invisible de miradas intimidantes hacia su persona, salió corriendo rápidamente de ahí. Los recién graduados de preparatoria nos reunimos para una última foto juntos, cortesía de Alisa-san y mi hermano. Después de eso, nos dirigimos al gimnasio, donde nuestros kohais nos habían preparado una sorpresa por la graduación. Algo parecido a lo que nosotros habíamos hecho, solo que nosotros estábamos informados de los preparativos. La sorpresa fue que me avisaron que habían conseguido dos mánagers para el próximo año.
Hasta ese momento, solo contaban conmigo y Akane-chan (quien entró un año después que nosotros), así que me generaba alegría que la cuestión de las mánagers del Nekoma hubiese durado tan poco. Antes de salir, Lev me entregó el segundo botón de su uniforme, según los mitos de romances de preparatoria. No les voy a mentir, fue un gesto muy lindo de su parte, así que lo premié con un beso en los labios de camino a casa. Dormiríamos allí, ya que al día siguiente haríamos un pequeño viaje a Enoshima, con el equipo de nuestro primer año, a relajarnos en la playa.

—No puedo creer que hayamos terminado la preparatoria —luego de una cena bastante grande para un batallón, incluso si éramos mi familia y los hermanos Haiba en casa, nosotros dos nos retiramos al patio trasero, para tener un poco de "privacidad"—, me costara no ver tu cara por los pasillos de la agencia.
—Me sorprende que eligieras modelar junto a Alisa-chan en la compañía de tus padres —sentí como me rodeaba con sus brazos, al mismo tiempo que ambos admirábamos la noche estrellada sobre nuestras cabezas—. Al menos, podremos vernos en tus días libres.
—Salvo a que tengas que estudiar para tus exámenes —los dos soltamos pequeñas risitas—, no pienso ser la distracción de la próxima gran enfermera de Japón.
—Tampoco es para exagerar, Lev —le di un pequeño empujón, él solo me atrajo más a su cuerpo—. Quizás yo seré la que tenga problemas, después de todo, estoy en una relación con la promesa del modelaje.
—Tú nunca serías un problema para mi, ___________ —me dio un beso apasionado en los labios, aún que no duró mucho tiempo hasta que Shōhei y Alisa aparecieron a nuestras espaldas.
—Siento interrumpir el aire de amor, pero están demasiado cerca —señaló mi hermano.

Al día siguiente, partimos a la estación de tren para hacer las conexiones necesarias para llegar a nuestro destino. Nos pasamos la semana entera, aprovechando al máximo de nuestras vacaciones antes que parte de nosotros entrara a la etapa de la universidad/trabajo que nos esperaba después. Los chicos disfrutaron esta reunión, inclusive Kenma-san (considerando que no es un fan de las actividades al aire libre) por supuesto por obligación impuesta por Yamamoto-san. Yo, por mi parte, me gustaba verlos divertirse.
En las noches, con Lev intentábamos pasar el tiempo juntos, hubo ocasiones en donde nos lo hacían imposible en especial Inuoka-kun y Shōhei, incluso Kuroo-san se había unido a ellos. Vaya forma de hacer alianzas, pero yo se las devolvía peor al día siguiente con ayuda de Yaku-senpai y Yuki-kun.

  Pasamos esos días como si hubiésemos vuelto a nuestro primer año de preparatoria, donde nos la pasábamos a lo grande como una familia

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Pasamos esos días como si hubiésemos vuelto a nuestro primer año de preparatoria, donde nos la pasábamos a lo grande como una familia. Extrañaré un poco el verlos seguirlos y tener ese contacto estrecho, pero nos aseguramos de que sin importar cuantos años pasaran, al menos una vez al año buscaríamos la forma de reunirnos.
Yo entré a estudiar enfermería y Lev comenzó su carrera como modelo, con ayuda de su hermana. Cada vez que salía con mis compañeros de clase y paseábamos por las calles de Tokio donde exhibían las fotos de Lev para distintas marcas. Jamás revelamos nuestra relación a los medios, para hacernos una vida más sencilla. Ni bien salió su primera campaña de fotografía, vivía rodeado de paparazzi.

Lo genial de esta relación, más allá de la atención que atraía mi novio, a él le gustaba sorprenderme cuando venía a verme a la entrada de la universidad. Siempre utilizando disfraces distintos, lo complicado era después explicarles a mis compañeros "quienes eran esos hombres con quienes" me reunía luego de clases.

—¿Crees qué en algún momento tengamos una oportunidad de tener una cita normal? —pregunté mirando a mi alrededor, pensando en la posibilidad de que lo hubiese seguido algún camarógrafo—. Di lo que quieras, pero con casi 21 años, me da cierta incomodidad esta situación.
—Miralo por este lado —me dijo Lev, quien estaba con una peluca de pelo corto negro, un cubrebocas descartable, una camisa lisa blanca, una corbata azul marino, unos jeans y unas zapatillas deportivas—, es como una forma de mantener nuestra relación con cierta adrenalina.
—Bueno, incluso con todo eso puesto —me pegué más a su cuerpo—, sigues siendo ese rascacielos humano de quien me enamoré. Y todavía te sigo amando.
—Yo también te amo, _________ —tuvo que aguantarse las ganas de querer besarme, porque tenía el tapabocas.

Mi rascacielos humano  (Lev Haiba x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora