Taehyun parecía llevar una vida normal, instituto, un amigo incondicional, sonrisas, hasta que sus padres decidieron separarse. Su vida cambió desde que se mudo a un lugar que solía recordar, pero sobre todo por aquel chico que lo miraba tímidamente...
—I'm awake ~ —. El sonido que producía aquel chico de cabello rosado, solía asemejarse al de un pobre hombre en desgracia, aunque realmente solo quería imitar las notas de la canción que escuchaba.
TaeHyun rió bastante, aunque en silencio tratando de no llamar la atención o molestar a algún otro habitante de la casa.
—Eres gracioso, hyung —. Expresó ya con un dolor de estómago debido a las risas que le provocaba su mejor amigo.
—Ya, solo estoy cantando, TaeHyunie —. YeonJun también comenzó a reír sintiéndose satisfecho al ver y oír a TaeHyun tan feliz, como cuando pasaban sus tardes juntos y llenaban sus vasos de soda que después, los haría cantar canciones viejas.
—Aún así, es agradable hablar contigo —suspiró profundamente, esa sonrisa comenzó a apagarse cuando sentía la necesidad de correr sobre el pavimento de la calle principal del vecindario donde ambos habitaban o salir de noche a comprar dulces a la tienda de conveniencia. Miró fijamente la imagen que capturaba la webcam de Yeon — Hyung...
YeonJun, enseguida de notar la triste mirada en los ojos de TaeHyun, detuvo la música que provenía desde su teléfono móvil para poner toda su atención en el de cabello claro.
—Dime, pelusita —. Yeon amplió su mirada y se acercó torpemente al ordenador para mirar saber si es que TaeHyun había comenzado a llorar.
—Mi ánimo está mejor, a comparación de cuando llegué... Pero, no todo está bien —. Apretó sus labios con fuerza y respiró agitado. A pesar de su estado, no apagó la cámara, tenía suficiente confianza en YeonJun.
—¿Qué es lo que más te mortifica?
—Extraño a mi mamá —. Dijo segundos antes de romperse por completo. Se abrazó a si mismo por el frío que comenzaba a sentir a esa hora de la noche.
YeonJun sintió como su corazón se detuvo, TaeHyun era sensible, pero le costaba aceptarlo y abrirse a los demás en ese sentido. Pensó que siempre lo protegería y estaría ahí para darle abrazos hasta que se sintiera mejor de nuevo, pero la distancia no lo iba a permitirlo de ninguna manera.
—Cariño, eso es normal.
—Pero aún así, quiero verla y abrazarla, necesito a mi mamá. Aunque aquí digan que es una mala persona, ella siempre me cuido y me ama —. Procuró no hablar muy fuerte, aún existía esa amenaza llamada JeongHo.
—Yo sé que ella está bien, ¿quieres que mañana hablé con mi mamá y vayamos a visitarla? Puedo hacer que tengas una videollamada con ella — Propuso.
Supongo que deben suponer que TaeHyun podría llamar a su madre en cualquier momento que el quisiera, pero la realidad no es así. KwanSoo se encargó de que en el celular de TaeHyun no estuviera su número de celular, mucho menos el de su antiguo hogar. Maldijo más de un millón de veces nunca haberlo aprendido de memoria.
—Junie, sabes que eso es lo que más me haría feliz —sonrió con esperanza —. ¿Enserio puedes hacerlo?
YeonJun sonrió con confianza. Sabía que su joven madre aceptaría al tratarse de ayudar a “su segundo hijo” –ella solía llamarlo así–.
—Lo haré o dejaré de llamarme Choi Yeon “haré todo por TaeHyun” Jun.
El menor rió cómodamente.
Una vez que terminó su alentadora video llamada con YeonJun, alistó todo para meterse entre las cobijas y dormir. Quería adelantar el tiempo y ver lo más rápido posible a su progenitora.
JeongHo aún no llegaba a la habitación, tampoco JungMi, ambos hermanos estaban viendo películas en la televisión, ya era tarde, pero eso no importó y mucho menos, el hecho de que al día siguiente había escuela. TaeHyun sintió un poco más de comodidad y se tiró de su respectivo lado de la cama, con la misma rapidez, cerró sus ojos y se quedó dormido.
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—Beom, Beom, Beom —la madre del recién nombrado entró a su habitación encontrado a su hijo dormido sobre su escritorio con una hoja pegada a la mejilla.
Se acercó lentamente para remover aquel papel de su rostro, pero BeomGyu despertó rápidamente y la miró aún recargado sobre la mesa de madera.
—Otra vez te quedaste dormido componiendo —dijo casi en forma de regaño limpiando superficialmente los residuos de borrador —. ¿Cómo vas?
BeomGyu se recargó completamente sobre el respaldo de la silla y miró con los ojos entrecerrados como su madre caminaba hasta el bote de basura en su habitación y después, volvía.
—Nada bien —suspiró —. ¡Estoy frustrado!
Se tiró sobre la mesa, otra vez y miró todas las hojas sobre las que había trabajado con cansancio.
—Recuerda que no te admitirán en la academia con un mal promedio —BeomGyu asintió —. Así que, tener una buena canción no es todo lo que importa, también debes cuidar tus notas.
—También me preocupo y ocupo de eso, pero actualmente es más difícil tener inspiración —bufó —. SooHa me dijo que a ella la aceptaron por haber compuesto su propia pieza, quiero hacer eso, quiero garantizar mi futuro.
La mayor negó con la cabeza antes de reír. BeomGyu se frustraba fácilmente, pero seguía adelante. Al final de todo, era lo que su hijo quería hacer, lo apoyaría hasta que cumpliera su sueño.
—Como digas —concluyó —. Ya hice el desayuno, te espero abajo en quince minutos o se te hará tarde para el instituto.
El azabache asintió aún tumbado sobre el escritorio. Una vez su madre salió, él se levantó a comenzar con su rutina del día. Si espalda comenzó a doler, pero comprendió que era por la posición en la que pasó su noche. Masajeó su hombro izquierdo y caminó al baño con una toalla en la mano. Finalmente salió de la ducha, se colocó el uniforme y bajó, tal como si madre ordenó. Comió todo lo que había en su plato y salió con cinco minutos de anticipación deseando que pasará pronto el autobús, no tenía fuerza suficiente para caminar más de dos cuadras sin tirarse al piso después de eso.
Con todo y un dolor de cabeza insoportable, observó como a la distancia, desde la parada de autobuses, se alejaba TaeHyun en compañía de un chico alto del cual no recordaba el nombre. Puso una mano en su sien y cerró sus ojos por un momento, cuando escuchó como un autobús se detuvo frente a él, volvió a la normalidad y subió después de que varias personas también lo hicieran, entre ellos, estudiantes del instituto que desconocía, pero sabía que eran compañeros gracias al uniforme.
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He de confesar que tengo muchas cosas planeadas, aunque de algunas me arrepentí porque está no es una historia triste 😾🖐️
