La cuenta de días corría y corría. Dos semanas después, muchas –o quizás no tantas– cosas habían cambiado, pero no del todo para bien. Al menos la hermana menor de HueningKai obtuvo una buena nota con la plantita que el castañito cultivo con todo su amor.
Si describimos la casa Kang, en realidad diría lo mismo de todos los días; los abuelos cuidando de su familia, MinHye siendo MinHye, KwanSoo con un empleo nuevo –aunque fuera mal remunerado–, JungMi aún más cercana a TaeHyun y siendo un buen soporte en todos los sentidos, mientras que JeongHo simplemente seguía siendo un chico inmaduro e insolente. A pesar de todo, TaeHyun estaba bien, se había comenzado a sentir en mejor estado los últimos días, pero no todo era perfecto.
En esta ocasión nos dirigiremos a un escenario distinto, que ya conocemos, pero no está más recordar la sencilla vida de BeomGyu. Había estado un poco triste los últimos días, pues TaeHyun no había subido al terrado para que el azabache pudiera verlo y comenzar a escribir palabras aleatorias en su libreta. No lograba concentrarse tan fácilmente, más sin embargo, cuando veía esos ojos tristes desde la distancia, la inspiración surgía inexplicablemente y trabajar en las cuerdas de su guitarra no era tan complejo.
Ahí estaba otra vez al atardecer, viendo como el sol caía con cada minuto que pasaba. Revisó la hora el su móvil, aún no era tarde y con eso, la esperanza de ver a TaeHyun incrementaba hasta el cielo. Fue una triste decepción que los primeros minutos hayan estado tan vacíos y silencios, pero al final obtuvo su recompensa. Se concentro en lo que verdaderamente importaba durante ese momento, y eso llevaba en su nombre siete letras, TaeHyun.
Después de varios días, por fin lo vería nuevamente, sonrió involuntariamente.
Muchos pensarán que es ridículo emocionarse, puesto que lo veía en el colegio todos los días, pero el sentimiento de verlo desde aquel ángulo, no podía compararse con nada. Incluso producía más intriga, era como recién haberlo visto por primera vez y vaya que eso se sentía genial.
Aún no había preguntado si TaeHyun sabía que el mismísimo Choi BeomGyu, aquel pelinegro de ojos brillantes y sonrisa traviesa, que lo defendió de algunos en el instituto, también era el chico que pasaba todo su tiempo libre sobre el tejado única y exclusivamente para verlo más tiempo al día. Sentía incertidumbre, pero tenía miedo como para arriesgarse a preguntar.
Unos metros a la distancia, TaeHyun subió para tomar un poco de aire y respirar tal como no podía hacerlo dentro de casa. Otra vez sentía la sensación de tener ojos sobre él, pero no tenía tiempo de buscar, debía relajarse e imaginar que estaba en un vacío desierto donde solo existía él, su existencia y aquella libreta con lápices de colores. Miró a su alrededor buscando algo para plasmar sobre sus hojas, pero lo único que encontró fue una sorpresa que podía explicar extraños comportamientos en un chico que invadía su espacio vital.
Estoy hablando de BeomGyu.
Cruzaron miradas, el mayor sintió que era momento de correr. La distancia no era abismal, lo cual significaba que podían verse con claridad, siempre y cuando no hubiera algo de por medio, como una silla de playa, si buscamos un ejemplo.
El rubio tomó su preciada libreta y escribió con gran velocidad sobre ella, mientras que Choi temblaba como si tuviera frío extremo.
"Eres muy listo, BeomGyu"
Palabras escritas con tinta color negro que apenas y fueron visibles para el azabache. Se levantó de su reposo y entró rápidamente a su hogar.
—¿Soy listo? —. Comenzó a cuestionar su cordura y exhaló con fuerza. Después buscaría algo que hacer y olvidar uno de los momentos más vergonzosos de su vida.
Esperaba que TaeHyun no se llevará una mala impresión de él, porque mirar desde tu tejado a alguien... Es un fetiche extraño.
TaeHyun estaba sentado en una de las mesas comiendo japchae. Por primera vez HueningKai no lo había obligado a comer, y es que el extranjero no estaba ahí debido, a otra falta. Interiormente estaba orgulloso, al menos su estómago ya no se revolvía con cualquier cosa que comiera. Eso era un avance.
De repente, un azabache, con mucha emoción se sentó justo enfrente de él, dejando su botella de agua justo sobre la mesa. Puso su mentón sobre las dos manos que poseía su cuerpo, sonrió por nerviosismo y TaeHyun lo miró finalmente, tal y como quería.
—Asunto —. Dijo el menor esperando una respuesta rápida por parte de su Hyung que únicamente lo miraba como si frente suyo estuviera el mismísimo Adonis.
—Hola, TaeHyun —saludó con sarcasmo—. Yo también estoy feliz por verte.
TaeHyun sonrió a punto de comenzar una carcajada.
—Hola, BeomGyu.
—Así es mejor —. BeomGyu sonrió mostrando sus dientes.
—¿Qué necesitas?
—Quizás solo hacerte compañía, parece que quieres a alguien a tu lado —. Musitó tímidamente, moviendo por debajo de la mesa sus pies de atrás hacia adelante por nerviosismo.
TaeHyun sintió un pinchazo en su corazón. Bien sabía que BeomGyu es algo espontáneo, pero que casualmente llegaba en el momento que más lo necesitaba y hacía que su felicidad incrementara más de lo que debería, aunque fuera algo torpe en el intento.
—¿Te quedarás callado? —. El mayor mordió su labio inferior algo impaciente por una respuesta o alguna señal de lo que pasaría de ese momento hasta que terminara el receso.
El rubio suspiró ligeramente debido a sus pensamientos algo inoportunos.
—Quizás solo quiero que nos miremos como lo hacemos desde nuestras respectivas azoteas —se detuvo a pensar cuando notó que de poco en poco, el tono rosado en las mejillas de BeomGyu, se extendía hasta sus oídos, aunque el azabache intento ocultarlo —. Ammm... Puedes olvidarlo.
—No, c-creo... Creo que también me gusta, mucho... U-un poco.
TaeHyun comenzó a reír alegremente por el tartamudeo de su Hyung. BeomGyu sonrió rendido. Todo terminó tal como querían que pasará.
Silencio, miradas y sonrisas.
[🌃]
Primero que nada, buenas noches :')
Segundo, espero les haya gustado el capítulo 💕Cuídense mucho, si van a salir, usen mascarilla y antibacterial.
Lxs amo ^^
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From Your Roof | BeomHyun
Fiksi PenggemarTaehyun parecía llevar una vida normal, instituto, un amigo incondicional, sonrisas, hasta que sus padres decidieron separarse. Su vida cambió desde que se mudo a un lugar que solía recordar, pero sobre todo por aquel chico que lo miraba tímidamente...