El mercadillo estaba lo suficientemente lleno como para que TaeHyun, accidentalmente chocará con los demás compradores mientras cargaba una pesada bolsa llena de frutas y verduras.
Decidió acompañar al abuelo, ya que nadie más podía hacerlo, estaba feliz de poder sentirse útil después de todo.El abuelo se detuvo por vigésima cuarta vez en el día, está vez frente a un pequeño puesto de frutas. TaeHyun tomó ese pequeño momento para descansar sus brazos y tomar un poco de aire mientras miraba su alrededor con melancolía recordando todas las veces en que solía acompañar a su madre en las compras, ya fuera en el supermercado o en el mercadillo. Él siempre cargaba las bolsas más pesadas, no tenía ningún inconveniente con hacerlo, además que solía comprar dulces para él en secreto y después los dejaba en su escritorio para cuando TaeHyun se diera cuenta.
—Compré esto para ti —mencionó el abuelo mostrando una bolsa de mangos, lindos y gorditos.
TaeHyun se señaló a sí mismo, con su entrecejo fruncido.
—Claro que sí, no me digas que no quieres —enarco su despoblada ceja ya de un color más claro del que era en sus mejores tiempos.
—Está bien, gracias abuelo —sonrió encogiendo sus grandes ojos.
Continuaron la caminata, TaeHyun llevaba la mayor parte de las compras, no dejó que en ningún momento, el abuelo hiciera más esfuerzo del que ya ejercía en ir a caminar por el lugar entre varias personas.
Cuando regresaron al departamento, JungMi los ayudo a guardar todo como corresponde. Al final, TaeHyun pudo subir al terrado a descansar, ahí se sentía más cómodo que en su actual hogar.
Fue directo a la barda que lo hacía mirar un hermoso paisaje que lo ayudaba a descansar su mente de todo lo que lo atormentaba, sin descanso y que cada cosa que veía, solo afectaba más a su estabilidad, pues todo le transmitía un recuerdo. Se recargó sobre sus brazos e imagino estar acostado en el sofá principal de su hogar mientras su mamá miraba dramas en el televisor.
—Tú necesitas compañía ~ —de pronto, escuchó aquella voz canturrear. Se levantó y giró sobre sus talones para encontrarse con el rostro de quién provenía esa voz.
—En realidad ya estaba por bajar, solo quería despejarme un poco —respondió sonriendo. El chico se acercó caminando con una pequeña maceta en sus manos, ambos se recargaron sobre la barda a mirar distintos puntos —. ¿Cómo estás?
—Muy lindo, claro —contestó HueningKai con una sonrisa traviesa —. ¿Y tú?
—Me refería a como estabas anímicamente, ya sé que eres lindo —reclamó riendo ligeramente de su acompañante.
—Uh, estoy bien —sonrió —. ¿Y tú?
TaeHyun únicamente asintió con la cabeza, miró a Kamal por algunos segundos, antes de volver a fijar su vista en aquella casa que era muy conocida, o bueno, solo por la parte trasera. Encogió sus hombros como forma de respuesta a HueningKai que lo esperaba ansioso mirándolo muy atentamente, mientras movía su cabeza de un lado al otro.
—¿Qué mira Tae?
—Nada interesante —miró por ultima vez, con mucho detenimiento, el tejado de BeomGyu, al notar que no estaba ahí, se sintió un poco triste y listo para volver al departamento —. ¿Quieres venir conmigo? Haré la tarea de matemáticas y supongo que necesitas ayuda.
—Creo que ya me conoces bien.
Ambos chicos se dirigieron como primer destino, al apartamento de HueningKai, donde el pequeño recogió todos sus útiles indispensables para poder hacer sus deberes junto a TaeHyun y después de un pequeño debate, tomaron la decisión de estudiar en una cafetería cercana, ninguno de ellos dos quería estar en casa de TaeHyun por una sola razón, JeongHo.
No es como que Kai haya convivido mucho con él, pero lo poco que ha logrado estar cerca de él, han sido momentos incomodos y bastantes veces cuando salieron a la par a tirar la basura, estuvo muchas veces cerca de pegarle una gran bofetada... O quizás un puño de los residuos que habían en su bolsa.
TaeHyun únicamente anunció su salida a los abuelos, ignorando el hecho de que su progenitor recién había llegado cuando él salió, asunto extraño, pues KwanSoo llegaba después de las ocho en punto y aún eran las cinco de la tarde. TaeHyun al partir oyó su voz llamar su nombre, pero pareció no importarle y se retiró caminando a un lado de HueningKai que ya se sentía un poco incomodo.
Y así terminaron la semana, volviendo a aquel lindo lugar con un toque vintage donde era cómodo hacer sus tareas, a pesar de los regaños para TaeHyun después de eso. Pasó tan rápido la semana, que incluso en sábado estaban ahí, esa vez sin afán de realizar tareas, simplemente convivir y darse un tiempo para respirar de ambos hogares. Los abuelos fueron tan consentidores con su nieto, que incluso ofrecieron dinero para que fuera con HueningKai a donde quisiera, pensó en negarse, hasta que lo obligaron entre cosquillas.
—¿Te imaginas un mundo sin dinero? Tendríamos que pagar con otros objetos, como piedras —reflexionó HueningKai antes de entrar por la puerta de cristal con un pequeño letrero que decía "abierto".
—Eso es algo estúpido, pero la vida sería fácil —respondió TaeHyun una vez que los dos estaban dentro.
Pasaron por dos mesas hasta llegar en la que se sentarían, sin saber que entre una de ellas estaría alguien que murió segundos después de haberlos visto caminar a su costado.
—¿Estás bien? —preguntó mortificado el hombre que estaba frente al chico que casi escupe su comida —. BeomGyu, ¿estás bien?
El azabache pareció haberse molestado, con su dedo índice de forma recta sobre sus belfos, hizo que su padre guardará un poco de silencio. Su madre, quien también estaba ahí, bebió incómodamente su café.
—¿Qué pasa? —susurró el señor Choi.
—Es... Es... TaeHyun —habló con un volumen bajo, pero aún más cuando pronunció el nombre de quien sus padres querían tener conocimiento al respecto.
—Creo que BeomGyu está enamorado —burló su progenitor, llevándose como consecuencia una mirada fulminante —. No puedes que no.
BeomGyu jadeó, recordó estar en una situación incomoda, así que tapó su boca con ambos manos mientras se aseguraba que su perímetro fuera seguro, pero era tarde, TaeHyun estaba haciendo señas con su mano mientras sonreía feliz de volver a ver a ese chico que hace días no sabía nada de él. Choi tomo un color más fuerte que el de un tomate.
—Lo ha visto —murmuró su madre hacia su esposo que volteaba "discretamente" a ver a quien se debía esa forma tan extraña de actuar.
—¡Mamá! —reclamó entre dientes antes de tomar aquel color más fuerte, mientras sonreía a TaeHyun.
[🌃]
Últimamente no me he sentido bien, pero eso no es impedimento para seguir escribiendo ;)
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From Your Roof | BeomHyun
FanfictionTaehyun parecía llevar una vida normal, instituto, un amigo incondicional, sonrisas, hasta que sus padres decidieron separarse. Su vida cambió desde que se mudo a un lugar que solía recordar, pero sobre todo por aquel chico que lo miraba tímidamente...