Taehyun parecía llevar una vida normal, instituto, un amigo incondicional, sonrisas, hasta que sus padres decidieron separarse. Su vida cambió desde que se mudo a un lugar que solía recordar, pero sobre todo por aquel chico que lo miraba tímidamente...
Después de dos semanas más, ya podían verse cara a cara sin miedo, también podían verse a los ojos por bastante tiempo sin sentir vergüenza, se podría decir que TaeHyun y BeomGyu comenzaban a tomar bastante confianza. Al indagar más allá de las sonrisas, parecían amigos de años, como si se conocieran desde la infancia, pues algo en común tenían, aquella necesidad de cariño.
Habían pasado los diez primeros minutos de su descanso hablando de sus fines de semana, claro, lo que habían hecho mientras no se miraban desde sus respectivos techos. Luego del cruce de palabras, se habían quedado cortos de ideas y esperar a que HueningKai volviera luego de intentar buscar a SooBin por todo el instituto, se había vuelto aburrido. Lo único no aburrido de ese momento, era quedarse viendo fijamente a los ojos y luchar hasta descubrir quien se sonrojaba primero y apartaba la mirada.
No estaban muy lejos de descubrirlo.
─Hyung ─llamó TaeHyun cubriendo con sus manos su boca.
─TaeHyun ha caído ─respondió BeomGyu casi burlándose del pequeño que se tiro a la mesa sobre sus brazos aún mirándolo.
─No ─jadeó con una sonrisa tímida intentando no mostrarla al azabache que no podía dejar de mirar todo lo lindo que era y sus hermosas expresiones cada que actuaba tímido inexplicablemente.
Ambos comenzaron a reír casi a carcajadas, comportamientos inusuales para el resto del alumnado que únicamente comían.
La duración de aquellas risas y buen tiempo no duró mucho, pues pronto llegó HueningKai y no muy feliz como debería estarlo. Siempre corría, gritaba, saludaba haciendo aegyo, por eso mismo TaeHyun se preocupó.
Juró internamente que si SooBin le había hecho algo, lo colgaría.
—¿Por qué tienes esa cara? ─preguntó TaeHyun mientras que HueningKai se sentaba justo a un lado de BeomGyu y para finalizar se recargó sobre su mano.
─No debería mentirte ─musitó sin dirigirle la mirada, efectivamente algo no andaba bien.
El azabache se acercó a su rostro, pero aún así dejando suficiente espacio vital, para verlo más de cerca de comprobar que no estuviera llorando.
─¿Te hizo algo SooBin? ─inquirió el mayor en la mesa.
HueningKai rápidamente negó con la cabeza y por fin miró al chico rubio.
─¿Entonces?
─Son muchas preguntas, me aturden ─Kai frunció sus labios y con su dedo índice señaló sus mejillas como si lágrimas estuvieran cayendo sobre ellas —. No sé que tan malo sea, en realidad eso depende de ti.
Los dos mayores se miraron entre sí bastante confundidos, HueningKai comenzó a jugar con sus manos.
─¿De mí?
─Sí, TaeHyun ─Huening contestó rápidamente ─. Bueno, es que, pasé mucho tiempo buscando a SooBin, pero no lo veía.
Kang asintió.
─Decidí buscarlo en los patios y sí estaba ─suspiró.
─¿Cuál es el problema?
─No sé si sea un problema, pero estaba con JeongHo, tu primo ─admitió rápidamente ─. Habían más chicos, pero ellos realmente no importan. Parecen ser buenos amigos.
─¿Cómo van a ser buenos amigos sí dijiste que SooBin es nuevo?
─No es nuevo, tonto ─BeomGyu se detuvo a analizar cómo ambos chicos empezaban a actuar alterados ─. Es nuevo en mi vida, pero lleva aquí algo de tiempo.
TaeHyun bufó fuertemente. No se sentía tranquilo de es manera, confiaba ciegamente en SooBin, pero no confiaba en su primo y lo que puede hacer por molestarlo.
¿Debería hablar seriamente con SooBin?
─¿Quién es él y cuál es el problema? ─preguntó BeomGyu bastante confundido, se había puesto nervioso de tan solo verlos gritar de esa manera.
─El fastidioso de mi primo, hace comentarios estúpidos e incluso intenta saber mi orientación sexual, creo que solo quiere dejarme en mal con mi familia.
HueningKai asintió mirando a BeomGyu.
─Entiendo ─el mayor murmuró.
─Él haría cualquier cosa por dejarme en mal con mis abuelos ─TaeHyun recargó su mentón sobre la palma de su mano. Comenzaba a frustrarse y más sin saber lo que pasaría más adelante. Se tranquilizó pensando que solo era trabajos escolares, o quizás un asunto ajeno a él.
─SooBin no es malo, no diría cosas que tú no quisieras que fueran contadas ─afirmó BeomGyu intentando consolar al rubio, este solo asintió no muy convencido ─. Todo estará bien y si no es así, yo estaré para apoyarte.
TaeHyun asintió, definitivamente eso era lo que esperaba.
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Dos días habían sido suficientes para convencer a TaeHyun que HueningKai había dicho la verdad. Se sentía traicionado, pero no debería, SooBin solo era un amigo en común con Huening, nada más.
Terminaron sus clases y salió, no quería toparse a ninguno de ellos dos, al menos en el instituto, a JeongHo tendría que soportarlo todo el día en casa. Se detuvo un momento al pie de las escaleras, pues a unos pasos de él, habían más estudiantes luchando por abandonar su lugar menos favorito.
Para matar un poco el tiempo, tomó el móvil entre sus manos, no había notificaciones y no era raro, el día anterior había vencido sus megas, necesitaba volver a recargarlos.
De repente sintió como una persona recargó su cabeza en sus hombros, estaba a punto de pegarle, pero BeomGyu no lo merecía.
─¿Qué haces aquí?
─Haciéndote compañía, ¿ves? ─respondió alegremente el de cabello negro.
Kang sonrió.
BeomGyu sí que lograba sacar buenos sustos, pero también buenos ratos.
