Capítulo 22: De héroes a fugitivos.

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El sol se levantó imperativo en la mañana, despertando a los integrantes del Escuadrón de Operaciones Especiales del Cuerpo de Exploración. El soldado más fuerte del mundo parpadeó despacio frotándose los ojos con sus pequeñas manos, tratando de desperezarse; apoyado con sus codos en el colchón y tumbado sobre su vientre trató de incorporarse pero el peso muerto del largo y bronceado brazo de Eren acostado a su lado se lo impidió. Sonrió ligeramente con el gesto cariñoso e inconsciente del novato, y zarandeó su hombro con cuidado mientras apoyaba la cabeza sobre su mano derecha y se recostaba de lado bajo el cálido tacto sin intención de salir de la cama. El joven titán cambiaformas abrió los ojos despacio, para encontrarse con la mirada azul oscuro, punzante y cariñosa del Capitán Levi. No era posible que aquellos ojos que lo desnudaban y lo apreciaban a partes iguales fueran los mismos que vivían bajo la estamina y la fuerza más increíbles de todos los Cuerpos Militares de aquellos muros.

Los mechones obsidianas siempre peinados al detalle y con esmero caían ahora sobre la frente pálida del capitán que, sin delicadeza ni ceremonia, pasó su mano izquierda por ellos hacia la parte trasera de su cabeza; dejando a la vista por completo su rostro. El joven de ojos esmeraldas lo observó en silencio durante unos segundos, después de haber tragado saliva con dificultad, ni él mismo se creía la sensación cálida que sentía en el pecho cuando miraba al capitán del Escuadrón de Operaciones Especiales. Era increíble como fuera del uniforme, los rangos y los sobretítulos que precedían su fama Levi era la persona más atractiva y guapa que había conocido en su vida. Siendo sincero consigo mismo, no podía negar que el uniforme favorecía al hombre más bajito, pero la sensación de cercanía familiar y comodidad que podían permitirse dentro de las cuatro paredes de la habitación del superior en rango era algo todavía más atrayente. El chico de piel bronceada notó como le ardían las mejillas mientras seguían mirando al joven capitán sin decir nada; la mano pálida de Levi Heichou cayó serena sobre los hombros bronceados acariciándolos con delicadeza, como si cada roce de sus yemas blanquecinas hicieran desgastarse la piel canela sobre la que paseaban sin rumbo. La media sonrisa entre sarcástica y seductora del más menudo, y su pelo colocado de aquella manera inusual y las caricias continuas fueron suficientes para que el hombre de ojos verdes como las malaquitas se sintiera el ser vivo más afortunado de aquel basto universo. Levi Heichou por su parte, examinaba cada micro expresión de aquel rostro bañado por el sol con el que soñaba cada minuto de su vida, ¿Era realmente posible querer tanto a alguien en apenas unos meses? El soldado más fuerte del mundo no sabía si estaba perdiendo la cabeza; pero si la locura se sentía así de bien pretendía disfrutar de cada segundo de ella. Especialmente, si la encontraba en todos los recovecos de la piel bronceada del hombre que había monopolizado el total de sus, cada vez menos escasas, sonrisas. Una mano bronceada de dedos alargados tironeó sin previo aviso del cuello de la camiseta blanca que vestía el capitán para dormir, acercando de manera inevitable su cuerpo contra el del muchacho que se giró un poco sobre sí mismo para envolverlo entre sus brazos; mientras sus labios se encontraban forzosamente.

El soldado más fuerte de la humanidad maldijo farfullando en voz baja porque no se esperó la reacción del chico que parecía demasiado embelesado mirándole bajo los primeros rayos tímidos del sol como para decir nada; cuando quiso darse cuenta aquellos labios rosados y carnosos que suponían su perdición devoraban sin piedad los suyos. Le besó de vuelta cerrando los ojos con un suspiro de satisfacción, quedando recogida su menuda pero fuerte figura en el pecho tonificado del muchacho más joven, los dedos alargados de Eren recorrieron con desespero la parte superior de la nuca del capitán, donde su pelo se mantenía corto al extremo y quedaba cubierto de manera aleatoria con sus mechones alargados y obsidianas provenientes de la parte superior de su cabeza. Se separaron para tomar aire, jadeando levemente y sonrojados; el Capitán Levi respiró el suave aroma a campo que siempre desprendía el cuerpo del chico. Una sonrisa amplia y fresca se estampó contra los labios finos del joven dirigente de cabellera azabache que se consideró a sí mismo el hombre más feliz del mundo por poder despertar entre los brazos de Eren Jaeger. Suavemente, Levi Heichou se incorporó en el lecho, tomando la mano bronceada del chico, y acariciando sus largos dedos para después entrelazarlos lento; no se había planteado como había echado de menos aquella sensación puesto que las manos del chico estaban realmente muy malheridas cuando había entrado en su cuarto por la noche.

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora