Capítulo 32: La importancia de un nombre.

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  El vapor cada vez más espeso y agobiante empezaba a dificultar la vista, y por lo tanto también el uso de bengalas para comunicarse de uno al otro lado de la muralla; ahora dividida en tres partes con las enormes manos de la titánica abominación en la Rod Reiss se había convertido. El cuerpo enorme y ligeramente inestable del titán seguía expulsando vapor sin parar. El joven capitán miró al chico de nuevo que estaba de pie tras él, y dirigiéndose a él dijo:

- Recuerda, el Comandante Erwin lanzará la bengala roja, y mientras nosotros nos deshacemos de sus manos tú debes de convertirte en titán. Acto seguido, cuando su cabeza esté a tu alcance coges toda la carrerilla necesaria, tomas la red que está justo delante y la lanzas dentro de esa enorme y asquerosa boca. ¿Alguna duda, Jaeger?— La voz profunda, concisa y fría del soldado más fuerte de la humanidad entró en los oídos del muchacho de ojos verdes como si de la melodía más agradable del mundo se tratase.—

- No, capitán. Todo en orden, señor.— Contestó el chico mientras se ponía en posición junto a superior que con la mano alzada esperaba pacientemente a la señal de la bengala de color rojo que marcaría el inicio de la operación.—

- Otras cosa, Jaeger. Trata de no acabar como merienda de titán; ahórrate las heroicidades suicidas por hoy. ¿Entendido?—La voz del capitán con el brazo en alto sonaba invariable pero la leve sombra de preocupación en sus ojos contaba una historia muy distinta.—

- Sí, capitán.— Contestó el chico asintiendo y mirando al hombre más menudo a los ojos como prometiéndole en silencio que nunca dejaría que lo apartaran de él.—

El humo rojo de la bengala llegó a la vista del joven dirigente que bajando la mano ordenó a Shasha disparar el dispositivo que Hange había diseñado; que consistía en un barril de pólvora con unas ruedas que impulsado por unos equipos tridimensionales averiados se lanzaron hacia las enorme manos haciéndolas explotar en mil pedazos de carne ardiente. Eren le dio un último vistazo a su amante, que estaba más ocupado controlando que ninguno de sus otros subordinados sufrieran ningún daño, el joven de piel canela respiró hondo y se mordió la mano con fuerza. Un rayo cadmio y un enorme estruendo invadió los oídos de los soldados a su alrededor, y, encima de la muralla surgió la enorme figura de un titán de pelo negro y enmarañado y ojos verdes como el campo en primera que refulgían de energía y suficiencia. La silueta enorme del titán cedió, y no muy delicadamente quedó apoyada contra el muro, su deforme cabeza casi rozando el borde.

Como se le había ordenado, Eren convertido en titán comenzó a coger velocidad, y tomando la enorme red y echándosela a la espalda saltó por encima de las diminutas siluetas de los soldados que eran sus camaradas y amigos para no aplastar a ninguno accidentalmente. Había recorrido casi la totalidad de la distancia, corriendo por encima de la muralla cuando el enorme titán que había sido Rod Reiss se giró para mirarle con su cara deforme, dándole la oportunidad perfecta para meterle la pólvora directamente en la garganta como se había acordado en la reunión estratégica. Dentro de la mole de carne se sucedieron numerosísimas explosiones, que hicieron que millones de trozos saltaran en todas direcciones; la voz profunda y autoritaria del comandante ordenó a los soldados lanzarse tras aquellos pedazos para asegurarse de acabar con la pieza de la nuca que sería la que impediría que Rod Reiss se regenerara y muriera en ese mismo momento. Incluso en un titán tan grande como aquel, su punto débil medía un metro de largo por diez centímetros de ancho; y, mientras no destruyeran ese punto el titán seguiría regenerándose y emitiendo su escudo de vapor ardiente. Los soldados seccionaron todas las piezas que sobrevolaron la ciudad y el lado contrario al muro, y el titán de Rod Reiss no volvió a regenerarse, por lo que la apuesta a órdago de Erwin Smith acabó por conocerse como un plan y una misión llevados a cabo con todas las garantías de éxito; aunque tanto Levi Heichou como Hange Zoe sabían que su superior y amigo no siempre había resultado victorioso. Habían pasado años hasta que le Cuerpo de Exploración había conseguido una mínima victoria contra los titanes.

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora