Capítulo 2: De la leyenda al mito.

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La figura imponente de Eren en forma de Titán portaba aquella enorme roca como si del Atlas de Farnesio se tratara, su descomunal tamaño y fuerza se veían mermados poco a poco por el peso del pedazo de escombro. Eren notaba sus músculos agarrotados, y su andar era cada vez más lento, pesado y doloroso; aun así no tenía pensado parar hasta sellar aquella brecha y acabar con la entrada fortuita y continua de titanes. Algunos otros soldados lo protegían mientras él completaba su camino paso a paso, lento pero constante. Era demasiado pesado, se había dado cuenta de que incluso en su forma de Titán, pese a que no conocía muchos de los detalles que le permitían convertirse en uno de ellos, su fuerza no era ilimitada. Un enorme estruendo retumbó en toda la ciudad de Trost, era curioso como una ciudad podía caer y levantarse con el mismo impulso. El peñasco cayó a plomo sellando la grieta del Muro Rose, ante los ojos de partidarios e incrédulos al plan; Armin, Mikasa, Jean y los otros miraban atónitos desde sus posiciones el éxito acaecido; la primera pequeña victoria de la humanidad contra los titanes. Eren dejó caer su cuerpo junto a la roca, quedando en cuclillas frente a la misma, apoyó la cabeza contra la superficie dura y rasposa y cerró los ojos dejando los brazos muertos a los lados de sus costados; dentro del Titán sentía un calidez satisfactoria de haber conseguido llevar a cabo su misión; si eso era ser un soldado de la Legión de Reconocimiento quería sentirse así toda la vida.

La bengala amarilla de confirmación del éxito de la misión se podía ver por encima del sol a punto de esconderse para dar paso a la noche, Eren cerró los ojos cansado y no se movió. Armin y Mikasa descendieron rápidamente hasta donde el Titán se encontraba, el rubio lanzó el cable derecho de su equipo de maniobras tridimensionales para escalar hasta el hombro homónimo del cuerpo inerte, con serias dificultades por el vapor que desprendía el cuerpo y su inexperiencia en el uso de las armas, pasar sus brazos bajo las axilas de Eren para asirlo con fuerza y tratar de sacarlo de allí. Armin tiraba con todas sus fuerzas, pero nada parecía funcionar, el cuerpo de Eren a peso muerto pesaba mucho más que él, sin contar el hecho de que seguía conectado al titán por aquellas masas de fibras musculares rojas. Una de los soldados del Cuerpo de Vigilancia, también llamado Legión de Guarnición, cortó las ramificaciones carmesí cuando ella y Mikasa aterrizaron junto a Armin, automáticamente Armin y Eren, aún inconsciente, cayeron por la espalda del cuerpo del titán hasta el suelo. La sombra incipiente se formó sobre sus cabezas y Armin se giró asustado y desprotegido para ver a dos titanes de clase 4 mirándoles fijamente mientras él sostenía a su amigo desmayado contra su pecho.

Eren abrió los ojos al escuchar a su hermana decir su nombre, el cielo oscurecía lentamente en un fondo de lilas, rosas y ocres cada vez más ennegrecidos; los destellos de unas espadas dobles atravesaron su campo de visión; no era posible que alguien se moviese más rápido que Mikasa, pensó. El brilló cesó por un momento, y cayó sobre el titán de la derecha girando sobre su propio eje de nuevo usando su centro de gravedad para acabar con su punto débil, el brillo de las espadas dobles y el vapor de la carne recién cortada se vieron mezcladas con el color verde de la capa del Cuerpo de Exploración. Inmediatamente, de la sombra bajo la capa salió un cable del dispositivo de maniobras tridimensionales, se clavó de manera certera sobre el hombro del titán que aún estaba en pie ante los ojos atónitos de Armin y Eren. El mismo brillo azulado de las hojas de aluminio reforzado dobles interfirió con la capa, mezclándose en una espiral de destrucción que acabo por filetear la nuca del clase cuatro que aún quedaba en pie. En cuestión de menos de dos minutos, habían quedado reducidos a montones grotescos de carne caliente. El titán cayó a plomo frente a los dos muchachos que sin moverse: Armin por el miedo y la impresión y Eren por que no era capaz de tenerse en pie por sí mismo, trataban de enfocar la mirada para orientarse en torno a lo acaecido. La nube de polvo comenzó a asentarse suavemente, después del caos reinaba un silencio casi sagrado, ninguno de los presentes se atrevió a emitir ningún tipo de sonido; Armin se giró contra Eren, tratando de proteger a su amigo del revuelo, dejando así al moreno de cara a la figura imponente del cadáver del titán. Una silueta poderosa aterrizó sobre la espalda del monstruo abatido, la capa verde ondeando al viento suavemente mientras aún sostenía firmemente las espadas, su dueño parecía estar revisando alguna otra perturbación en los alrededores. Mikasa descendió para reunirse con los dos chicos.

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora