Capítulo 33: Mantenerse fuerte, sostenerse siempre.

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Advertencia:  yaoi smut, muy explícito (+18) Tags: odaxselagnia, saliva, asfixia erótica.

La brisa nocturna movía las ramas de un enorme álamo apostado en un lateral de la fachada del Cuartel General de Orvud; sus enormes brazos leñosos bailaban sobre el cielo estrellado y las puntas semidesnudas de los mismos golpeteaban de vez en cuando en la ventana de la acogedora habitación del Capitán Levi. El golpeteo constante contra la superficie cristalina hizo que dos enormes y brillantes esmeraldas se abrieran poco a poco para averiguar de dónde venía el ruido. Eren Jaeger abrió los ojos lentamente pera encontrarse con la figura relajada del joven capitán del Escuadrón de Operaciones Especiales durmiendo plácidamente contra su pecho, la respiración calmada y continua presionada contra su propio abdomen superior. Una de sus bronceadas manos, ligeramente temblorosa pero con cuidado dibujó el contorno de la tez pálida y plácidamente dormida sobre él. Sus jugosas yemas acariciaron siguiendo el dibujo de su fina ceja, pasando por su pómulo recto y su mejilla nívea para recorrer con cariño la línea de su mandíbula hasta llegar a su cuello como no queriendo despegar sus dedos del cuerpo ajeno para toda la eternidad. Un ligero escalofrío recorrió la espalda del joven dirigente que parpadeando despacio miró al chico confuso que apartó la mano rápidamente como arrepentido. El cadete de piel bronceada era más que consciente de los problemas para conciliar el sueño que Levi Heichou tenía, y se maldijo a sí mismo por haberle despertado; parecía tan calmado y tan feliz cuando dormitaba. Al ser consciente de la situación, las finas cejas del hombre más menudo se arrugaron en su ceño fruncido habitual, Eren lo miró en silencio unos segundos a la luz nocturna que entraba por la ventana iluminando suavemente el habitáculo asignado al soldado más fuerte de la humanidad.

- Lo siento, Levi.—susurró suavemente mientras apartaba unos mechones desordenados de cabello obsidiana de la frente pálida de su capitán.— Se lo que te cuesta dormir, y no quería despertarte.—

- Es igual.—murmuró el joven dirigente estirándose un poco como para desperezarse del todo mientras tomaba las mejillas del muchacho entre sus níveas manos acunándolas con cariño.— De todos los modos de despertar en mitad de la noche, este es mi favorito. Desde mi experiencia he de decir que prefiero despertarme dos horas antes de que amanezca con tus caricias que por una pesadilla horripilante y bañado en sudores fríos.—

Los dedos finos pero tenaces del hombre pelinegro recorrieron con delicadeza y decoro las morenas mejillas cada vez más sonrojadas con la cercanía de su propia presencia, e, inclinándose suavemente sobre el muchacho mientras se tumbaba a su lado para no aplastarlo fundió sus labios en un suave beso. El chico, azorado y emocionado con la respuesta de su amante, recibió los finos y experimentados labios del capitán como si fueran el manjar más delicioso de la historia de la humanidad. Se robaron unos cuantos besos más, mientras las manos antaño temblorosas del muchacho que habían provocado la consciencia del capitán recorrieron cada milímetro de los hombros trabajados del soldado más fuerte de la humanidad de manera hambrienta. Las pequeñas pero fuertes manos de Levi Heichou tironeaban de algunos mechones castaños y desordenados casi con desesperación, como para cerciorarse que muchacho entre sus brazos no iba a irse nunca.

Cuidadosamente, el joven capitán arrastró al chico sobre sus muslos mientras se besaban acaloradamente. Eren notó las pequeñas manos de Levi Ackerman sobre sus caderas, acercándolo más hacia su pecho y quedaron ambos sentados sobre el colchón a la luz clara de las estrellas que entraba por la única ventana de la estancia situada sobre el escritorio. Las caricias tímidas y cariñosas del muchacho de ojos esmeraldas se tornaron cada vez más sedientas y ardientes, sus yemas jugosas dibujaron las clavículas y hombros del hombre al que había entregado su corazón antes que al Cuerpo de Exploración mientras se besaban constantemente. Como si de un pequeño impulso se tratara, Levi Heichou tomó al soldado benjamín más alto pero menos fuerte que él por las nalgas con cuidado hundiendo así sus pálidos dedos en su piel lechosa y suave para acercarle más a su cuerpo, hasta que entre ambos sólo había espacio para los latidos desbocados y cada vez más rápidos de dos corazones.

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora