Capítulo 5: La chispa de la revolución.

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La situación de la instalaciones de investigación era realmente insostenible, una mano negra anónima había acabado con la vida de los dos titanes que Hange estaba usando para experimentar; no es como que entre aquel grupo de soldados no faltaran personas que odiaran a las bestias o las hubieran cazado sin descanso durante sus años de servicio, pero deshacerse de sujetos de pruebas tan importantes no tenía una lógica de odio, sino una de guerra. O eso barruntaba Levi Heichou mientras bajaba del caballo y se quitaba la capucha colocándose el pelo con cuidado, caminó siguiendo las maldiciones y gritos de la científica mientras sus hombres lo seguían. Observó en silencio como Hange se desesperaba junto a los restos de los cadáveres hirvientes de los titanes, cuanto más los miraba más le recordaba a una ejecución para silenciar algo. Mirando de reojo a la científica, que probablemente era su mejor amiga, supo que se pasaría gran parte de la noche tratando de consolarla por su pérdida sin ningún éxito, porque ¿A quién quería engañar? Era posible que el joven dirigente fuera el mejor soldado del Cuerpo de Exploración pero sus cualidades sociales eran ariscas y descuidadas, a veces le dolía un poco no poder ser tan encantador como Erwin Smith o como Mobblit Berner, que de lejos sabrían lidiar mejor con el dolor que Hange estaba sintiendo.

Aquellos ojos fríos, del color del acero azulado de las hojas que portaban se pasearon firmes sobre la escena del crimen; estaba completamente seguro, las había visto un millón de veces cuando aún vivía en la ciudad subterránea, y sabía perfectamente como era un ajuste de silencios. Observó cómo Erwin, que parecía haber llegado antes que ellos al lugar, se acercaba a algunos de los soldados y mantenía unas palabras sencillas con ellos, como en susurros. Aquello extrañó a Levi, conocía a Erwin desde hacía mucho tiempo, literalmente él fue quien lo arrastró por las ropas fuera del agujero de ratas que era la ciudad subterránea y lo había puesto al servicio del Cuerpo de Exploración, por lo que le estaría realmente agradecido hasta el día de su muerte; y no era el tipo de hombre que mantenía conversaciones a escondidas o medias tintas, era el comandante y como dirigente se emplazaba frente a sus hombres y los problemas de cara y siempre con una buena estrategia. Observó durante unos segundos más la escena y después de sacar sus propias conclusiones se giró hacia el novato que estaba de pie a su lado aún con la capucha cubriendo su rostro.

- ¿Qué ha pasado? –Preguntó el más joven de los dos sin dejar de mirar los esqueletos humeantes de la escena frente a sus ojos.-

- Vámonos, ahora es asunto de la Policía Militar...—Tras aquella orden, Eren se quedó un poco atrás todavía observando la escena del crimen mientras Levi Heichou caminaba decidido entre la multitud. —

El agarre de una mano fuerte lo detuvo de ir más lejos y alzó la cabeza de manera altiva para mirar hacia atrás por encima de su propio hombro, examinándole con su estoica expresión al hombre que lo había detenido. Erwin Smith era un hombre alto, no solo en comparación al Capitán Levi, si no a la media general; su pelo rubio en la parte más alta de su cabeza se oscurecía hacia las sienes enmarcando su cara recta y amable. Era el mejor estratega de los cuerpos de seguridad, era un hecho constatable con la cantidad de avances que había logrado para los Exploradores en los últimos años, desde que era capitán hasta aquel momento. Sus hombros anchos caían de manera imponente a los lados de su cabeza, y una de sus enormes manos estaba ahora agarrando con fuerza el hombro de Levi. El comandante estaba ahora tras él, apoyado en su hombro, lo miró en silencio y después le susurró:

- ¿Quién crees que es el enemigo aquí, Levi? – Los ojos azules enarcados en aquellas pobladas cejas se fijaron en la mirada azul oscuro y fría que lo contemplaba sin vacilar desde abajo.-

- Tenemos un puto topo, como hace cinco años.- Contestó en un susurro un tanto siniestro el más bajito de los hombres realmente muy enfadado mientras apretaba los puños suavemente con los brazos estirados hacia el suelo.-

El verdadero corazón de la libertad (SNK fanfiction - Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora